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Siempre quise tener una conversación con Toge, y justo ahora estaba sucediendo. Yo estaba de pie frente a la cama donde él estaba sentado. Intento mantener distancia por una razón: aún desconfío. Sé que él esconde algo, pero aún no son claras mis ideas. Apenas puedo saber que lo hace por mi bien.

No sé lo que hay afuera, yo nunca he salido. Enchantress me tiene encerrado desde que tengo memoria —escuchar su voz hablando con normalidad es lo que siempre he querido; es tan suave y tímida a la vez, pero lo que me asombra es la pizca de atracción, es una mezcla exquisita que te provoca muchas emociones, como unos curiosos susurros que son adictivos—, pocas veces lo he visto. Me da comida, me da un lugar donde dormir, pero es como estar en una cárcel. Él me encierra..

Su mirada señala hacia abajo, eso me lastima mucho. Aunque él no me mire, yo puedo notar que sus ojos empiezan a verse brillosos, como si aguantara a romper en llanto en cualquier momento. Sin embargo, continúa hablando:

Él te trajo aquí. Estabas herida, estabas llorando... Tú fuiste la primera.. la primera chica que vi —ahora hicimos conexión de miradas—. Tanto yo como tú, también quiero acabar con todo esto. Quiero salir, quiero permanecer a tu lado, quiero que ambos salgamos de esta cabaña.

Sus ojos me transmiten mucho dolor. Toge es como un niño que me necesita mucho, no puedo dejarlo aquí.

Sea lo que sea que esté allá arriba, es mejor que piense en huir. Soy yo y Toge. Somos dos que queremos ser libres. Ésto no es una cárcel. No sé la razón de tenernos encerrados, pero lo averiguaré tan pronto tenga un plan.

—No te dejaré solo —le digo, dando un paso hacia adelante— Aunque me hayas hecho olvidar muchas veces.. yo.. te perdono —extiendo mi mano hacia él para que la estreche—. Además, ya estamos a mano ¿no? Tú provocaste un fuerte dolor en mi cabeza por tus palabras, y yo te di con un sartén, es casi lo mismo —esbozo una sonrisa torcida.

Toge entrecierra los ojos, se levanta unos mechones del cabello que cubre un poco su frente y.. aparece. Oh por Dios. Un chichón. Alejo mi mano para cubrir mi boca y no reír.

Bien, bien, la primera vez le di en la cabeza, pero, para asegurarme le volví a dar otro, solo que.. en la frente. No creí que se iba a dar cuenta de eso, fue un accidente, se me resbaló el sartén.

—Bueno, aún me duele la cabeza a mí también —dije, posando una mano en cualquier zona de mi cabeza y fingir una cara de dolor.— Las voces están ahí... Olvida, olvida.. —observo que Toge sigue con esa mirada de no creérselo. Dejo de agarrar mi cabeza y me disculpo por todo:—Está bien, lo siento por hacerte ese chichón, también lo siento por... —miro el techo al sentir el calor en las mejillas.— Por... Ya sabes.. el Inumaki de tus pantalones... —balbuceo—. Por manosear...

Ya entendí —me interrumpe y, al igual que yo, sus mejillas han tomado ese color rojo.

Después de todo es solo un tímido chico que necesita de mi ayuda. Pero aún se me hace extraño el nombre Enchantress, es como si ya lo hubiera escuchado.

¿Aún no confías? —Toge señala su boca—. Ya no te haré daño..

Dejo de lado aquellos pensamientos. Me siento en la orilla de la cama.

—Sí confío en ti, Toge. Ahora, tenemos que llamar su atención. Si esa cosa baja, ambos podremos contra él. Ese es el plan A. El plan B sería utilizar lo que hay en la cocina y romper el techo de madera.

Pero lo que me preocupaba era que nosotros no sabíamos en qué momento Enchantress se encontrá allí arriba.

¿Y el C? —pregunta, y se acerca un poco a mí.

𝙔𝙤 𝙡𝙤 𝙙𝙞𝙜𝙤, 𝙩𝙪́ 𝙡𝙤 𝙝𝙖𝙘𝙚𝙨 |𝑇𝑜𝑔𝑒 𝐼𝑛𝑢𝑚𝑎𝑘𝑖|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora