Capítulo 1

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Perspectiva de Clodeth

El día o la noche no sirven de nada cuando eres vampiro, no dormimos; más bien descansamos al terminar de alimentarnos, así que a las cuatro de la mañana estoy totalmente despierta y lista para comer.

El frío viento de la noche azota mi dorado cabello y enfría mi piel pero no me inmuto y sigo con mis ojos los movimientos de la oveja, la dieta que tenemos no es la mejor pero somos parte de la sociedad ahora así que ahora tenemos que consumir solo animales.

Lamo mis labios y saco mi colmillos; camino despacio, intentando no hacer ruidos para que no se espante, creo que soy una experta en esto pero todos los días es algo nuevo, aveces pienso que lo tengo todo con control pero otras veces solo pienso que soy la peor de todos los vampiros pero es parte de esto una nueva aventura todos los días. 

-Vamos linda, solo come -digo despacio; creo que la mejor forma de atraparlas es distrayéndolas así que le puse algo de pasto para que comience a comer y no me vea llegar.

-Tienes velocidad sobre humana ¿y la pones a comer pasto? -Una gruesa voz me espanta y suelto un pequeño gemido al sobresaltarme espantando a la oveja en el proceso, la cual comienza a correr lejos de mi.

-Mira lo que hiciste, idiota -Le grito al voltearme pero al momento en que lo tengo frente a mi me arrepiento, no puede ser que Jamel Himitury esté delante de mi-

*Explicó, Jamel Himitury es uno de los vampiros más viejos de la historia. Vive en la casa grande con el resto de originales y nunca baja, ni habla con los vampiros ordinarios. Es muy raro que esté aquí*

-Cierra la boca, en el aire hay moscas- y con eso desaparece, el es más fuerte y más rápido por antigüedad, yo solo tengo 125 años que para los humanos es mucho pero para nosotros todavía me perciben como una joven adulta y el es un hombre de 1,000 años.

-Maldición -maldigo dándome vuelta para buscar a la oveja, parece que hoy tendré que conformarme con la sangre de bolsa de la tienda. Odio la sangre de bolsa, es como tomar algo caliente, sabe horrible pero es lo qué hay, la sangre fresca de oveja ya se marcho gracias a Jamiel.

Respiro profundo dejando caer mis hombros, es raro que el esté aquí pero por los rumores no es raro que sea frío, dicen que de todos los originales es el único que no está de acuerdo con las nuevas reglas y no le pueden hacer nada por ser un original.

Estoy a punto de irme cuando siento una mano fría tomar mi brazo. Mi cuerpo se siente amenazado porque el frío que siento es mucho más frío que el de un vampiro normal es como si nunca fue cálido en su vida; los vampiros al nacer somos muy similares a los humanos ya que crecemos como ellos hasta nuestro cumpleaños 18 cuando nuestra piel comienza hacer fría y nuestros colmillos comienzan a salir en nuestra "transformación". Es cuando dejamos de crecer tan rápido y ya tenemos todos nuestras habilidades junto a un don especial. 

-¿Adonde vas?- Su gruesa voz penetra mis oídos y agudiza mis sentidos, puedo escuchar la sangre que pasa por sus venas, el latir lento de su corazón, y huelo el delicioso olor de su sangre, su sangre es antigua y tan llena de poder que me hace temblar, ¿Como es que se puede tener tanto poder?

-¿Que haces? -Cuando salgo del transe en que su sangre me había sometido me doy cuenta de que mis colmillos estas fuera nuevamente. Intento resistirme al olor pero es tan atrayente tan fuerte que enloquece cada parte de mi cuerpo.

Me alejo de él tapando mi boca; control, necesito control, los vampiros ya no pueden beber de la vena, eso está prohibido, tengo que seguir las reglas aunque del que quiera beber sea un vampiro.

-Las reglas son para idiotas, eres una vampira-Jamel coloca sus manos en sus bolsillos y me da la espalda; el idiota esta leyendo mis pensamientos- No deberías de ir contra tu naturaleza.

Por un colmillo  ||Libro uno||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora