Amaris.Frio. Es lo primero que siento al levantarme de la cama, el despertador de Aysel está sonando, lo que significa que tenemos que trabajar.
Aysel mi mejor (y única) amiga de toda la vida, compañera de departamento hace aproximadamente dos años. Es una morena de ojos preciosos color miel.
—¡Aysel levántate!— el despertador ya ha sonado dos veces y ni siquiera se dignó a apagarlo— ¡¿Qué no escuchas el maldito despertador?! — exclamo sacudiéndola.
Da algunas vueltas bajo las sábanas murmurando palabras inentendibles. Siempre le ha costada levantarse en las mañanas, y en las tardes, y en la noche... Tiene el sueño pesado, es casi imposible despertarla, he pasado varios minutos sacudiéndola y golpeándola con distintas cosas, a lo que ella solo se limita a voltearse y volver a dormir.
Una vez y se resigna a que ya no la voy a dejar dormir, saca la cabeza para mirarme <<no le cave la felicidad en el rostro>>
—Que ya voy pesada— rezonga sacando los pies de la cama. Al instante en que lo hace pone una mueca y vuelve a meterse, adentrándose otra vez en la comodidad de su colchón— ¡Que puto frío hace! No pienso ir a ningún lado.
Y volvemos a lo mismo…
Mi lucha de todos los días. Ella no quiere levantarse y yo tengo que recurrir a distintos métodos para conseguirlo.
—No quiero volver a llegar tarde por tu culpa — me subo a su cama y empiezo a saltar sobre ella — ¡A mi tampoco me gusta levantarme temprano! ¡Pero es lo que nos toca querida amiga!— sigo brincando sobre ella.
En un rápido movimiento me toma de los pies, mandándome al piso de un empujón —¡AUUUUUU! — chillo — ¡CREO QUE ME ROMPISTE ALGO ESTÚPIDA!
Aunque no lo crean esta no es la primera vez que pasa.
Cuando el aburrimiento nos consume,solemos juntar nuestras camas y usarlas como ring de lucha libre. Ya no somos amigas a la hora de pelear, no hay lástima, ni treguas, ni banderas blancas. La primera es caer de bruces al suelo pierde y a ninguna de las dos nos gusta perder.
Sus carcajadas retumban en la pequeña habitación, la muy desgraciada está que se ahoga de la risa mientras yo trato de levantarme.
<<me toca>> sigue riéndose como una foca, a lo que aprovecho para sujetarla de un brazo y arrastrarla hasta tirarla de la cama.
Su cara es digna de retrato. Al igual que yo, solo duerme con unas bragas y una remera grande sin brasier.
—¡AYYYYY!¡ESTÚPIDA QUE ESTÁ FRÍO!— suelta con voz aguda.
Es mi turno de reír— La venganza es un plato que se sirve frío— me burlo.
Se incorpora de un salto y mascullando insultos entre dientes, comienza a rebuscar entre su ropa algo para vestirse.
¿Ven? Mis métodos nunca fallan. Siempre consigo de alguna forma u otra que se levante, aunque termine alguna que otra vez con un moreton en alguna parte de mi cuerpo.
Tenemos una relación de amor-odio, cualquiera que nos viera desde afuera pensaría que nos odiamos. Pero la realidad es que nunca en un millón de vidas podría llegar a sentir algo paresido por ella.
La quiero. La quiero como nunca quise a nadie en la vida.
— Cada vez me convenzo mas de que debería matarte mientras duermes. Sería la solución a todos mis problemas.— murmura a mis espaldas.
—Mientes.— sonrío volteando a verla — No podrías vivir sin mi. No tendrías quien te cocine, y si no comes te mueres.
—Puedo vivir a base de pan con queso.
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Miradas Oscuras (En proceso)
RandomAmaris y Aysel se ven obligadas a ocultarse de los monstruos de su pasado. Cuando los creían enterrados, estos vuelven a aparecer obligándolas a tomar medidas de seguridad. Pero ya no estarán solas en esto. En el transcurso conocerán a personas, que...