Un placer conocerte...
Una nueva reunión cada mañana, era lo peor pero los millones que ganaba con ellas era satisfactorio. Era lamentablemente la forma en que los ganaba, pero como un viejo bandido dijo antes, "todo lo peligroso se convierte en plata". Vender nuevos virus era un poco... ¿Lamentablemente? Tal vez: no era bonito ver a las personas ser exterminadas por esas horripilantes bestias. Pero los lujos no se pagarían sin ellos. Los placeres que se ganaban con ellos eran demasiados, como el comer delicias, vestir de lo mejor posible, tener las mejores cosas como lujosos autos o una gran mansión decorada con las mejores cosas. Y lo mejor de todo, conquistar mujeres, aunque eso ya era un rasgo único. A veces era bueno tener ojos tan brillantes y azules, cabello semi-rubio, tener el semblante que cualquier hombre envidiaría y el cuerpo de un deportista profesional.
- Mirad mi gloria, la que no disfrutarás - era la frase que más adoraba. Era arrogante y no me molestaba, el dinero era demasiado para tener una buena actitud con la servidumbre.
Cada noche del fin de semana era una dicha, cada fiesta era mejor con las mujeres que llegaban, buen cuerpo y una belleza demasiado grata, una actitud deplorable pero bastaba para una buena revolcada en la cama; nunca, ninguna mujer me rechazó, y no lo haría con los guardias tan armados que tenía, o eso pensaba cuando era menos estúpido que ahora.
Esa maldita y dichosa noche fue la que me hizo entender de mi torpeza o lo más correcto era decir, mi estupidez:
La noche estaba ambientada con buena música, buena comida y buena bebida. Las personas bailaban, cantaban, bebían, comían, se divertían a todo lo que su cuerpo soportaba. Yo me encontraba entre la multitud, me encontraba bailando con una mujer espectacularmente buena, en todos los sentidos. En un momento tuve que ir por más bebida, y mientras pasaba entre la multitud, divisé a una mujer que llamo mi atención al instante quedando totalmente perplejo: era alta, de una tes blanca, pelo corto y negro, un maquillaje no muy llamativo a excepción de su labios, pintados con un color rojo extremadamente llamativo. Vestida con un traje formal pero provocativo color negro, con unos tacones color rojo al igual que al color de la camisa que asomaba debajo de un saco a juego con su falda. Me acerque lentamente a ella, mostrando mi mejor cara.
- ¿Qué haces tan sola? - le dije. Ella me miro, mostrando unos ojos color café que me hipnotizaron al instante. Ella dejo ver una sutil sonrisa.
- Buscaba a un hombre guapo y alto, y creo que lo he encontrado - dijo con una voz seductura.
- Pues, aquí estoy, es un placer, señorita - tome su mano con delicadeza y bese parte de sus nudillos - ¿Tengo el placer de conocer su nombre?
- Ada Wong - respondió.
- Un placer, Ada - dije - Leon Kennedy - me presenté.
- Supongo que no está en tus planes dejarme aquí - me dijo.
- Por supuesto que no, venga, y diviértase con el resto - le dije antes de guiarla al círculo de interesados que alguna pensé que fueron amigos míos.
La noche fue espectacular, beber y hablar con esa mujer tan extraordinaria, fue todo un poema. Como todo un idiota que fuí, contesté a toda pregunta que ella me hizo, sobre mis negocios y que virus tenía guardados en aquel edificio, incluyendo contraseñas y demás; lo sé, le dejé bien puestas las cartas sobre la mesa a aquella mujer para que me quitará todo lo que tenía a la venta. Un respetable y fácil juego del alcohol, inventar una buena historia y llevarme a la cama, fingir sexo duro por toda la noche y dejarme solo en esa cama, con la idea de una noche de ensueño. Mientras que la realidad era que me quito la ropa y me dejó ahí, desnudo, alborotando las sábanas y dejando prendas de ropa de no sé quién por todo el suelo. Lo admitiré, lo creí hasta cierto punto.
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[RESIDENT EVIL] Differences between each story
FanfictionDiferentes historias sobre esta pareja tan peculiar como lo es el shipp, aeon (Leon S. Kennedy y Ada Wong). Los personajes aquí mencionados no me pertenecen, les pertenecen a Capcom. Publicada el 07/08/2021