Uno

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Es frustrante despertar a causa de un sonido fuerte que revienta tus tímpanos, Nash esta demente si piensa que me levantare de mi cama para el primer día de clases, en una institución que ni siquiera conozco, quiero estar de vuelta en Los Ángeles, todos los pocos amigos, digo pocos por que Nash nunca quiso que me juntara con chicos porque segun sus estandares, el sexo opuesto al mio es peligrosos y el me quiere mantener a salvo, ¿De que? Nunca me quiso decir, se vuelve loco cada vez que se lo pregunto, y por eso prefiero no hacerlo. Los pasos de Nash se aproximaron, al escucharlos puse mis ojos en blanco y puse la almohada sobre mi cabeza.
-Be, tienes que estar en la preparatoria en 40 minutos. Asi que no creo que quieras que yo mismo me encargue de ti.-Se recargo en el marco de la puerta.
Ignore aquel comentario y cerré mis ojos esperando poder dormir un poco mas, sentí que respiro hondo y sostuvo de mis pies, yo gruñí.-De acuerdo Nash, tu ganas. Pero ahora sal de aquí, tengo que ducharme.-Nash sacudió mi pelo y sonrío, salió de mi habitación cerrando la puerta.
Me senté en la orilla de la cama, puse mis manos en mi cara para estirarme, al levantarme de mi cama me dirigí a darme una ducha corta, al salir todavía quedaba tiempo para cambiarme y salir en camino.
Elegí ropa sencilla, vintage. Recogí mi pelo en una coleta alta.
Al salir de mi habitación, baje las escaleras y mi destino fue buscar algo de comer, un pan tostado no estaba nada mal.
-¿Ya estas lista?.-Nash agarro las llaves de el auto.
-Sip.- Me levante de el asiento y fui tras Nash.
Subió al auto mientras esperaba que yo lo hiciera también; cuando lo hice el prendió el motor y acelero.

(....)
-Quiero que te cuides, estaré aquí en la salida. En cuanto salgas estaré aquí, ni un minuto mas ni uno menos.-Nash me hablo con seriedad mientras yo lo veía a través de la ventana.
Asentí con la cabeza y gire sobre mis talones, camine hacia la gran puerta de la preparatoria. Chicos me fulminaban con la mirada y las chicas bociferaban mientras me ahogaban con los ojos.
Al entrar solamente habían jóvenes hablando, al parecer era la única chica que no tenía a nadie de compañia.
Nash me había dicho antes de llegar que me dirigiera directo a la sala de el director para que me cediera la combinación de mi nuevo casillero y el horario, mientras buscaba la sala principal, mis pensamientos fueron interrumpidos por un chico atractivo se me acerco.
-¿Eres nueva?.-Toco mi hombro haciendo que diera un sobresalto.
-Me has asustado.-Reí.
-Si.-Seguí caminando.
-¿Buscas algo?.-Me sonrió.
-La sala de el director.-Lo mire y la forma que me miraba me estaba distrayendo. Al igual que su sonrisa tan simétrica.
-Es por ahí, la segunda puerta a la derecha.-Señalo.
Agredeci y camine mas rápido. Al entrar a la sala de dirección un gran olor a manantial artificial entro por mis fosas nasales, al entrar oficialmente a la puerta de el director, mi cuerpo choco con el de un chico alto, pelo negro y unas cejas que resaltaban en su rostro.
Lo fulmine con la mirada, estaba segura que ese chico y yo no nos llevaríamos bien.
-Ten mas cuidado por donde pasas.-Me saco la vuelta guiñándome un ojo y con una estupida sonrisa de modelo europeo.
Lo único que hice fue ignorarlo, le lance unos ojos que replicaban rencor, devolví mi mirada ignorando lo que había pasado, estaba el director mirándome.
-Beth Hamilton Grier.
Asentí con la cabeza y me dirigí hacia el señor que vestia con un traje formal y unos lentes que adornaban su rostro.
-Vengo aquí por el horario y la combinación de mi casillero, señor.-El señor que tenía placa de nombre Lee Blanck, pero eso era lo menos que me importaba, el solamente abrió un cajón de su costado y saco un papel, lo extendió hacia mi, lo tome, agradecí y salí de ahí, no tenía nada mas que hablar con el Señor Director.
Antes de poder revisar el horario, la campana sonó. Tenía que llegar a clases, cuando revise el horario. La clase que me tocaba era Historia Mundial Contemporánea.
Al correr por los pasillos para encontrar el salón correspondiente.
Entre y fui el centro de atención ya que estaba todo en silencio, lo único que se alcanzó a escuchar fue el chirrido de la puerta que provoque al entrar.
-Llega tarde Srita Grier.

Como mierda sabe mi nombre.
-No volverá a pasar.-puse mis manos sobre mi espalda "arrepentida"
-Tome asiento enseguida de el joven Gilinsky.-Señalo el ultimo pupitre.
Asentí y me dirigí hacia dicho pupitre, mientras caminaba por el pasillo todos se me quedaban viendo.

Este será un día largo....
Tome asiento y saque el cuaderno para empezar a tomar apuntes de lo que el profesor estaba apuntando en el pizarron.
-Chica nueva, eh.-El chico que estaba enseguida mío me hablo haciendo que yo volteara a verlo. Mierda, es el chico con el que choque en la sala de el director.

Not enoughDonde viven las historias. Descúbrelo ahora