Diez

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Al sentarme en mi suave y cómoda cama, mi celular empieza a sonar.

*El chico por el que estoy loca*
Mientras ponía el teléfono en mi oreja estaba pensando que tenia que cambiar ese nombre.
-¿Que quieres?.-Torci mis ojos.-Eres un idiota, andas por Kiara y le dejaste tu puta marca en el cuello.-Alce la voz.
-Celos.-Su ironía estaba aumentando.
-No son celos, solamente que eres bien arrogante.-Me di la vuelta.
-Yo no le deje nada en el cuello de Kiara, recuerda que ella es una retorcida mentirosa cuando quiere algo, asegúrense de que tenga las manos limpias, y cuando vino a mi casa fue para entregarme unos papeles importantes, nada más.-Dijo con ironía.
-Fue un placer conocerte, Samuel.-Corte la linea.
*Fin de la llamada*

No podía seguir estando en las nubes soñando que algún día Sam cambiaría su forma de ser, su forma engreída de ser.
Elimine su numero y su cuenta social, el ya no debería estar en mi vida nunca mas.
Nash me dijo que ya no tendría nada que ver con el, que me alejaria de el. Espero que cumpla con su palabra.

Fui a la habitación de Nash y me encontré con el revisando unos papeles.
-¿Nash? ¿Andas bien?.-Toque su espalda.
-No importa, es tarde, vete a dar una ducha y mañana a clases.-Me sonrió.
-Nash....-Me puse en cuclillas en su costado.
-Maldita Kiara.-Nego con la cabeza.
-Vendrá en una semana rogándote, y lo que vas a hacer será mandarla a la mierda.-Le bese la frente y salí de la habitación.
-No puedo hacer eso.-Me reprochó.
- ¿Por que?.-Escuche sus palabras, me regrese al preguntarle el negó con la cabeza como si yo no entendiera.
-Ella sabe demasiadas cosas. Tengo que mantenerla conmigo.-Me miro y apretó sus labios.-Es lo único que puedo decirte.
Negué nuevamente con la cabeza y está vez si salí de la habiración sin mirar atrás.
Me di una ducha y me puse la pijama.
Quería entender el por que de la insistencia de Sam.
Al acostarme en la cama y sentir como mis ojos se cerraban, caí en el sueño.

(...)
-¡Bee!.-Escuche a Nash gritarme desde afuera mientras su bocina resonaba.
Me exalte, corrí hacia la puerta y entre en el copiloto.
-Beth, ¿desde cuando tardas tanto?.-Negó con la cabeza, acelero y apretó sus nudillos.
-Lo siento, solamente estoy nerviosa.-Sacudí mi cabeza.-Tocó mi pierna reconforrándose.

Al llegar a la prepa Nash estaciono su auto y procedió a bajar conmigo.
Íbamos platicando mientras Nash rodeaba mis hombros.
Mientras estábamos riendo camino hacia la puerta, Nash choco con una chica morena de ojos miel.
-Lo sie-ento.-La chica se agachó a recoger los libros que Nash tumbo al chocar con la chica.
-Perdón, la culpa fue mia, disculpa ¿Cual es tu nombre?.-La chica le sonrió.
Nash fruncio el ceño y se le quedo mirando. La situacion estaba siendo incomoda. Le di un golpe al hombro de Nash y el respondió.
-Nash.-Le sonrió incómodo.
Asintió con la cabeza y yo veía en los ojos de Nash que le llamaba la atención las chicas morenas, la chica se despidió de Nash y me llevo hasta la puerta de el salón.
-Nos vemos en la salida, cuidate.-Me dio un beso en la mejilla y un abrazo.
Dio una vuelta en sus talones y se alejo.
Me di la vuelta y busque mi salón.
-Veo que te alejas de mi, le dijiste a Nash que me amenazara.-Sam apareció de la nada frente a mi.
-Estas loco, no le dije nada.-Gire mis ojos y tome asiento.
-¿Pero sabes algo? Tu le dirás que no te puede controlar, porque me quieres contigo.-Se recargo en mi mesa.
-Deja de pensar eso, por que no es cierto.-Me acerque.-Mas bien quieres pensar eso para que yo me convenza cada vez que me lo dices.-Apreté mis labios.
-Estas un poco salida de tus sentidos, puedes ver a mi alrededor de mi, y responde ¿Cuantas te están viendo con odio cuando estas conmigo? Vamos, mira.-Me dijo mirandome a los ojos.
-Eso no importa.-Aleje con la mano a Sam.
-Hola querido.-Escuche una voz femenina mientras unas manos delgadas pasaban por el cuello de Sam.
-Hola J.-Se dio la vuelta y colocó su mano en su cadera y pude apreciar como la vista de Samuel se postraba en los labios pintados de rojo. Negué con la cabeza con ironía, enrole los ojos, me di la vuelta sobre mis talones y caminé para terminar en mi pupitre.

Not enoughDonde viven las historias. Descúbrelo ahora