17. Acompáñame

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Louis sentía su pecho cálido al contacto de los labios de Nolan, el más alto sonriendo internamente abrazaba al oji azul con un sentimiento más suave que la misma tela de Louis. Al separarse el castaño miró a Lou con una sonrisa boba y los ojos con un brillo tenue en los mismos, sus pecas eras resaltadas por un caluroso color carmesí.

Lou por su parte sentía una nueva emoción en su pecho, le dolía el estómago de aquella misma emoción, su corazón latía con fuerza y sus mejillas estaban igual o más calientes que las de Nolan. Pero incluso eso no le evitó separarse más del castaño para carraspea ligeramente su garganta y avanzar al sofá.

-¿Con qué derecho besas a un líder?.-Cuestionó tembloroso de alegría.

-Bueno, dijiste que no me perdonarías a menos que mostrará interés en ello.-Respondió el castaño sonriendo victorioso.

-¡Si pero no así!, ahora tengo la cara caliente y el pecho agitado.-Reprochó un sonrojado rubio

-Mis más sinceras disculpas, por haberte dado un beso que claramente te gustó.-Sonrió maldoso el heterocromático.

-Cállate feo.-Dijo con frialdad torpe.- Eso es asunto mío, y por ahora quiero que te vayas de mi casa, que te alejes de mí y que te vayas al gran mundo.-Este ordenó guardando dignidad.

-Hace unos meses me habría encantado ir.-Este respondió calmado.-Pero realmente ahora, no sé si quiero ir.-Se acercó al rubio.

-¿Qué?, ¿entonces qué harás por el resto de tu creación?.-Preguntó interesado mirándolo acercarse.

-Si me permites, si quieres y si me dejas...quiero acompañarte hasta que tu tela sea vieja y flacida.-Sonrió tomándole su mano.-Acompañarte hasta que se haya caído un ojo de la cara, que tus dorados cabellos sean como los de una escoba abandonada y tú relleno pomposo y con olor a miados de perro.-Dijo lo último guardando su carcajada.

-...¿Qué me estás intentado decir?.-Cuestionó sonriendo forzadamente.- No me acompañarás a nada, debes ir con tu niño, no pienso volver a creer en ese cuento tan barato y estúpido.-Dijo bajando su emoción y apartando su mano.- Eso no es más que una mierda disfrazada de admiración y lástima, largate a tu casa, mañana será el reto y debes estar listo.

-Ah, pero, Lou.-Este intentó hablar.

-¡No!.-Exclamó alterado.- ¡Nadie se quedará conmigo!, ¡nadie lo ha hecho!, ¡no creeré de nuevo en esa puta mentira!, ya lo he visto, y por eso mismo acabe aquí, así.-Se señaló a sí mismo.- Así que ¡largate de mi maldita y perfecta vista!.-Le echó fuera a empujones.

-¡Espera Louis dejame hablar!.-Gritó Nolan siendo empujado.

-¡No quiero escuchar!.-Louis nervioso y traumado lo empujó con más fuerza.

Para cuando Louis logró sacar a Nolan, este mismo ya estaba goteando lágrimas por sus ojos cianitas, su corazón latía más rápido y su mente no dejaba de pensar en él día en que su inocente amor fue pisoteado. Con las manos epolladas en la puerta, el silencio y la luz a baja intensidad empezó a llorar cerrando fuertemente los ojos.

Sus manos temblaron de un momento a otro, su desesperación se hizo presente y el dolor no esperó para hacelo una bola de nada, sus recuerdos estaban tan vivos como si hubiese sido ayer, se hincó aún frente a la puerta y ahí se quedó por el resto de la noche y parte de la madrugada. Nolan suspiró sentado en su techo mirando la mansión a lo lejos, en su corazón realmente quería estar con aquel rubio mamón, pero si él se negaba no sería nadie para obligarlo.

Acompáñame >Nolou<Donde viven las historias. Descúbrelo ahora