Tu explorador

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Tu pelo, madeja excitante que oscurece el firmamento;

Tus ojos, par de astros que gravitan en tu faz;

Tu boca, manantial que aplaca la sed;

Tu lengua, lúbrica serpiente que muerde la razón;

Tu cuello, altiva y orgullosa garza;

Tus senos, cúpula que corona la catedral de tu cuerpo;

Tus brazos, calidez de manta en álgida noche;

Tu espalda, abrupto recodo hacia el delirio;

Tu vientre, ambrosía palpitante que exalta el deseo;

Tu cintura, breve suspiro encarnado;

Tus caderas, oscilante sendero a la perdición;

Tu sexo, celestial Edén prometido;

Tus muslos, blancas torres griegas;

Tus piernas, puente largo de marfil;

Tus pies, divino templo de oración.

Poemas de amor: surgimiento y caídaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora