Fruto Prohibido

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¡Dame la manzana!

Tu omnisciente mirada

A hincar el diente conmina,

Empieza por el olor,

Sigue con el deguste

Y en la garganta culmina


Tú, palpitante boca de fresa

En mi árbol tus palabras se mecen,

Desenvainar el capullo ambiciono

Succionar tu savia...

¡Delicatessen!


Tus brazos, frondosas ramas de cálidas hojas;

Tus piernas, enredaderas de mi pensamiento

Tu pulpa chorrea, miel que moja...

Y como, bebo

De la bifurcación entre tus muslos

Mi inexorable sustento


¡Dame la manzana!

Que yo te doy el pecado

Originalmente detestado,

Envuélveme en tu vaina

Y me hendiré en tus raíces apasionado.


Poemas de amor: surgimiento y caídaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora