Dieciséis de marzo, me encuentro sentado a lado de mi ventana, veo como las gotas bajan y se estrellan en el frío concreto, mi cuarto se siente vacío, mis pies me duelen y mi piel está más pálida, mis uñas se tornan moradas, mis labios arden y en mi cabeza tengo chispas de ideas color rojo, naranja y amarillas. Mi café pierde su calor a cada minuto que permanezco aquí sentado, el cigarro que permanece en mis labios se consumé con el aire, el frío se apodera de mi cuerpo, ni la bola de mantas que llevo encima ayuda con esto. En el techo de mí cuarto cuelgan las innumerables cartas que te he escrito, en las que te explico mis sentimientos, muchos de ellos se fueron, escaparon por mi ventana, otros se quedaron y me alegran que sigan aquí, pienso en ti ahora de una manera muy diferente, tu obscuridad y tu claridad, tu felicidad y tu tristeza, tu comentarios y tu silencio, son sólo cosas por las que sigo aquí, contigo. El frío sigue afuera, el día sigue nublado y mi patio sigue mojado, y yo aún sigo sentado a lado de mi ventana mostrando los dientes al dejar mostrar una pequeña sonrisa al recordar la noche anterior.
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Cartas a nadie.
Teen FictionTe doy estas pequeñas "Cartas" porque las escribí para ti, porque cada vez que las leo siento unas inmensas ganas de ir tras de ti. Te las escribí porque era la única forma de desahogarme, la única forma de poder escribirte algo y no esperar una res...
