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Mis manos llenas de moretones duelen, mis ojos arden, mi nariz se colorea de un color rojo, un particular rojo. Mis sentidos se confunden, mi mente no está en blanco, mis actos me delatan, mi hambre disminuye y mi amor crece. Mis manos te buscan, mi nariz extraña tu olor, mis labios a tus dientes y mis ojos a los tuyos. Te veo, no muy lejos, recuerdo el día anterior y ese beso que pedí durara el tiempo, el tiempo que no sabemos con exactitud que traerá, que solucionara o que disolverá.
Esperare por su respuesta, con ansias y la frente mirando al cielo o a las estrellas.
Te escribo esto porque te metiste muy dentro de mi, te enterraste en mi ser, lo que no sabías es que eres una semilla, y ahora te llevo hasta la raíz.
Una carta diaria servirá para desahogar, contener, pensar o aclarar mi mente, te escribiré.
Aquí te esperare, en algún lugar, hasta saber que tu dopamina aumento o disminuyo, hasta que mis letras sean infinitas o se acaben.

Por el momento estoy aquí y sigo completamente enamorado de ti, esperando, en algún lugar, donde las estrellan brillen más.

Cartas a nadie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora