Capítulo 1.

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Románticos:

Para los románticos, el día comenzaba como cualquiera mañana, siendo Misaki el primero en despertar para comenzar con su rutina matutina.

—Dormí tan bien —Mencionó el castaño mientras soltaba un bostezo, sin embargo, al intentar estirarse sintió un peso encima suyo — ¿Usagi-san?

—Buenos días, Misaki.

—¿En qué momento entraste a la habitación?

—En la madrugada, alrededor de las tres de la mañana, estaba trabajando en una nueva novela, pero necesitaba Misaki, así que vine aquí contigo y supongo que el cansancio me ganó —Comentó el mayor, mientras se abrazaba más fuerte al cuerpo del castaño.

—Sueltamente, Usagi-san, tengo que preparar el desayuno y luego ir a la U.

A pesar de los intentos de Misaki por soltarse, no había conseguido nada más que cansarse, por lo que, agotado, dejó de moverse y prefirió quedarse quieto que seguir gastando energías.

—Tengo hambre —Comentó de pronto el mayor.

—Si me soltaras, tal vez podría ir a preparar el desayuno.

—Déjame pensar.... No —Concluyó el ojo violeta mientras abrazaba más fuerte al menor —Sin embargo —Un rugido del estomago de ambos lo hizo cambiar de parecer —Bueno, pensándolo mejor, sì.

—Muy gracioso, Usagi-san, muy gracioso.

Y sin mas retrasos, el menor salió de la habitación.

—Es extraño que no haya armado un alboroto por no dejarlo apurarse —Terminó por decir el mayor, mientras se colocaba una camisa —En fin, sólo espero que no ande ocultándome cosas otra vez.

Egoístas:

Como todos los días, un peli azul bastante feliz se disponía a levantar a su pareja para que este se alistara para el trabajo.

—Hiro-san, despierta —Con cuidado, Nowaki sacudió un poco a Hiroki, quien poco a poco fue abriendo los ojos —Buenos días, Hiro-san.

—Buenos días, Nowaki —Dijo el mayor acercándose a su pareja para darle un beso —Enseguida me levanto para ir a trabajar —Y como dijo, se colocó su ropa y tendió la cama siendo observado por un ojiazul asombrado —¿Sucede algo, Nowaki?

— ¿Eh?

—Te estoy preguntando si sucede algo, tienes una cara rara.

—No... No es nada, sólo que... Estoy algo sorprendido de que Hiro-san me haya besado en cuanto despertó, eso es todo.

Ese comentario hizo reflexionar a Hiroki sobre lo que acababa de hacer.

—No te acostumbres, fue un accidente, aún seguía medio dormido ¿Entendiste? —Terminó por decir el castaño, dándole la espalda a su pareja —Bue... Bueno, será mejor irme o llegaré tarde ¡Sí, eso! Jajaja, nos vemos en la tarde, adiós —Con un notable sonrojo en sus mejillas, Kamijou salió del departamento, dejando a un Nowaki un poco contrariado, pero feliz.

Nostálgicos:

Dos puertas continuas fueron abiertas al mismo tiempo, dejando ver a los dueños de los respectivos departamentos.

—¿Takano-san? —Preguntó extraño el menor, pues era raro que ambos coincidieran al momento de ir al trabajo.

—Se dice buenos días, no es como si no supieras que vivo justo a un lado de ti —Sonrió el azabache mirando el reloj de su celular —Parce que también se te ha hecho tarde.

—¡No era mi intención!

—Claro, simplemente no podías levantarte de la cama, lo entiendo, no me pasa porque soy un editor competente, pero lo entiendo —Disfrutando la reacción del otro, comenzó su andar hacia el elevador —¿Te encuentras bien? —Preguntó en cuanto se dio la vuelta para mirar por qué se retrasaba el menor.

—No es nada, solo amanecí un poco mareado, es todo.

—¿Estás seguro de qué... ¡Onodera! —Corriendo, el azabache alcanzó a tiempo a su compañero, quien se había desmayo —Maldición Onodera, ya te he dicho que no te sobre esfuerces.

Y sin más, el editor en jefe terminó llamando una ambulancia, pues el menor no parecía querer despertar. 

Una Familia Completa (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora