Un rayito de sol | Armin x Lectora (COMPLETADO)

Capitulo 11. En presencia de los Dioses (pt.1)

Buenas, disculpen la tardanza, para mí, este debía ser un capítulo perfecto, les juro que dejé la piel por esto. Se los subiré en dos partes para que lo disfruten mejor 👀.
No olviden comentar, me gusta leerlos. Espero que lo disfruten. ❤️

Después de aquel par de minutos que pareció eterno, vi como Armin deslizó su celular hacía el bolsillo derecho de su pantalón. Su rostro se levantó por completo y en él seguía aún plasmada esa sonrisa suya. Yo no pude resistirme, no pude hacer como si nada, ni seguir fingiendo que su sonrisa no me saca de órbita. Mi única reacción fue regalarle una sonrisa plenamente sincera y tierna, es la única parte de mí que aflora cuando tengo a este niño frente mío.

Di exactamente tres pasos al frente y, después de recorrer mi vestimenta con su mirada, las mejillas de Armin se iluminaron en matices rosados lo que provocó que el calor subiera hasta mis mejillas de la misma forma. "Menos mal el rubor me ayuda a disimularlo" O eso espero.

-Parece que tuvimos una enorme coincidencia. –Pronunció mientras inspeccionaba con la mirada mi vestido y repasaba el suyo.

-A mí me parece que más bien que estabas espiándome. –Dije con sarcasmo arqueando una ceja para romper la tensión del momento.

-N- No no no –río nervioso mientras la intensidad de su rubor incrementaba- yo no haría algo así. –dijo mientras negaba repetidamente y rascaba su nuca.

-Tranquilo, tranquilo –reí con ternura ante aquella reacción suya- es broma, sé que no lo harías.

El de cabellos dorados soltó un suspiro de alivio seguido de una risa ligera.

-Ah, lo siento, ven. -Armin extendió su mano hasta la manija de la puerta del copiloto del auto, la haló levemente y abrió la puerta- sube por favor.

Con su mano derecha sostenía la puerta del auto y extendió hacia mí su mano libre, invitándome a tomarla. Sus labios dibujaron una sonrisa nerviosa y sus ojos iban de mi mano derecha a mis ojos, esperando paciente a que correspondiera ante su gesto. Posé ligeramente mi mano sobre la suya que me aguardaba. Él, colocó con delicadeza su dedo pulgar sobre el dorso de mi mano y pude sentir su tacto suave, pareciera que un trozo de seda abrazara mis dedos con total sutileza. Su agarre era gentil pero seguro. Me haló hacia enfrente y me dirigió hasta dentro de su auto. Me sujetó hasta que mi segundo pie entró por completo en este y, una vez dentro, él deslizó sus dedos por debajo de los míos y retrocedió unos pasos para cerrar la puerta. Dio la vuelta hasta poder estar del lado del piloto e incorporarse en el convertible junto a mí.

Una vez que ambos estuvimos dentro y con los cinturones abrochados introdujo la llave y encendió el motor. Su rostro se dirigió hacia a mí y yo giré mi vista para encontrarme con su mirada, esperando a que su voz se hiciera presente.

-Me encantaría que pusieras algo de música para el camino, ten –me extendió una caja que contenía muchos caettes con etiquetas y, en ellas, había inscritos nombres de álbumes de varios artistas- puedes poner el que prefieras, siempre trato de armar algunos con música reciente y variada. –dijo mientras me sonreía.