Una pieza del rompecabezas✻

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Hermione vio un pasillo que sólo contenía un tramo de escaleras de piedra, pero al subirlas descubrió que en realidad eran dos tramos

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Hermione vio un pasillo que sólo contenía un tramo de escaleras de piedra, pero al subirlas descubrió que en realidad eran dos tramos. Las escaleras eran en espiral, y giraban alrededor de un pilar central, y era algo así como si estuvieran saliendo de un túnel subterráneo. La primera ventana que encontró estaba a nivel del suelo y daba al bosque prohibido, y la siguiente daba al lago que ahora reflejaba la luna recién salida.

El pasillo se niveló entonces y Hermione se dio cuenta de que estaban en una esquina, y que estaba viendo una parte del castillo en la que nunca se había fijado. Estaban en un pasillo plano con un tramo más alto de escaleras rectas que se dirigían al otro extremo del pasillo. Había dos retratos de guardianes enfrentados, uno en cada pared.

"¡Vaya!", se oyó decir a sí misma, y luego se estremeció al escuchar su propia voz, y sólo se puso más nerviosa cuando oyó a Severus reírse detrás de ella. Hermione había estado bastante hipnotizada con el viaje y no se había dado cuenta de que sus pensamientos se habían derramado por su boca.

"Este", indicó el retrato de la izquierda. "Es Basil el Banal, vigila la entrada del maestro a la sala común de Slytherin, ningún alumno u otro profesor puede utilizarla". Basil le hizo una profunda reverencia. Luego, volviéndose hacia el otro retrato, Severus dijo: "Este es un caballero que tal vez le resulte familiar, señorita Granger", y luego, mirando el marco vacío, continuó en voz alta, con esa expresión traviesa de antes. "Sí que suele pasar bastante tiempo en el despacho del director espiando y aconsejando".

"Oí que Severus Snape, escuchaba a escondidas", contestó el caballero en cuestión, regresando a su marco, y luego viendo a Hermione. "Señorita Granger, ¿qué la trae a los aposentos de Slytherin?".

"Maestra Granger, Phineas, y ahora es mi aprendiz".

"Oh, qué interesante para ti, Severus", sugirió socarronamente el antiguo director.

"Phineas Nigellus Black, viejo pícaro déjanos entrar". amonestó Severus y se volvió hacia Hermione. "Golpea con tu varita el retrato para acceder", le indicó.

"¿Puedo sacarle un ojo por accidente?" Hermione deseaba saberlo.

Severus soltó una carcajada que resonó por el pasillo y en algún lugar de lo más profundo de Hermione, provocando escalofríos de placer en ella.

"Oigan eso, mejor pórtense bien; tenemos una leoncita Gryffindor peleona entre nosotros".

"Severus, sé muy bien que la maestra Granger cumple sus amenazas". El retrato la miró con severidad y luego sonrió y dijo: "Bienvenida, querida, y permíteme decir que estás realmente espectacular. El uso de esas túnicas es una muestra de respeto a nuestra herencia mágica".

"Gracias, director Black", respondió ella inclinando la cabeza hacia él.

El viejo director continuó entonces aparentemente ajeno a que lo que iba a decir podía tener el poder de herir. "Me alegro mucho de que parezcas haberte recuperado después del desafortunado suceso, y de lo que ese pequeño pedazo de desecho Weasley trató de hacerte. He desalojado permanentemente mi retrato en Grimmauld Place en señal de protesta, querida". Miró a Severus: "No te preocupes, aquí has caído de pie, nosotros cuidaremos de ti".

𝐶𝑢𝑟𝑎𝑟 𝑎 𝐻𝑒𝑟𝑚𝑖𝑜𝑛𝑒 | 𝑆𝑒𝑣𝑚𝑖𝑜𝑛𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora