Caer en la Rutina✻

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A lo largo de las siguientes semanas, el curso avanzó y las cosas se fueron acomodando para Hermione, lo que la llevó a establecerse en una agradable rutina

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A lo largo de las siguientes semanas, el curso avanzó y las cosas se fueron acomodando para Hermione, lo que la llevó a establecerse en una agradable rutina. El ritmo era a menudo rápido y algunas de las noches se hacían muy tarde, pero ella disfrutaba cada minuto de su nueva ocupación, y especialmente de su creciente amistad con Severus.

El vínculo de Hermione con el acerado maestro de Pociones estaba floreciendo en una verdadera y cómoda amistad, y esto estaba haciendo maravillas con su autoestima, lo que a su vez ayudaba a su confianza para la enseñanza. Ahora, cuando pasaban tiempo juntos lejos de las miradas curiosas, parecían estar realmente a gusto el uno con el otro, e incluso empezaban a anticiparse a las necesidades y deseos del otro.

La bruja de Gryffindor también se alegraba de que sus sesiones con Emily Ware fueran más cómodas cada vez que se reunían; parecía tener una afinidad natural con la joven Gryffindor. Hermione nunca había sido mentora, pero le complacía ver que Emily estaba progresando con el apoyo que le brindaba.

La pobre chica había pasado por muchas cosas, y parecía muy indecisa en todo, y tener a una compañera bruja nacida de muggles como apoyo parecía estar haciéndole más fácil la transición al mundo mágico. También resultó ser la situación perfecta para Hermione, ya que se estaba reintroduciendo en él después de su ausencia autoimpuesta. Emily no sabía nada del mundo mágico y Hermione necesitaba experiencias positivas. Esto significaba que estaban descubriendo todo juntas, porque para Hermione sin el espectro de la guerra cerniéndose sobre ella era como verlo todo por primera vez.

Minerva se alegró de ver que tanto Hermione como Emily estaban cada vez más relajadas, y pensó que parecía que se estaba creando una tímida confianza entre las dos. La profesora de Transfiguración las dejaba cada vez más a su aire durante las visitas programadas de Emily, y Hermione había aumentado voluntariamente -con la aprobación de Severus, porque interfería con su horario de elaboración de Pociones las visitas de la joven a dos veces por semana.

Emily y Hermione se encontraban en ese momento sentadas juntas en el despacho de Hermione -bueno, en realidad de la profesora Vector-, adyacente al aula de Aritmancia. Era ese momento, después de la cena, en el que los profesores estaban en sus despachos, a disposición de cualquier alumno que necesitara su ayuda.

Se había decidido entre Hermione y Severus que ella ocuparía el despacho de la profesora de Aritmancia y él su despacho junto al aula de Pociones durante ese tiempo. Si surgía algo que Hermione sintiera realmente que no podía manejar -lo que él dudaba-, entonces podría llamarlo para consultarle.

Ya les había dicho a sus alumnos de Aritmancia que se dirigieran a él en el despacho de Pociones si necesitaban ayuda, pero si eran lo suficientemente tontos -cosa que los alumnos de Aritmancia no debían ser- como para dirigirse a Hermione, entonces se sentiría muy disgustado con ellos. Por supuesto, Severus estaba seguro de que Hermione sería capaz de responder a cualquier pregunta que le plantearan, pero ya tenía bastante con lidiar con dos aprendizajes y un horario de enseñanza a tiempo completo.

𝐶𝑢𝑟𝑎𝑟 𝑎 𝐻𝑒𝑟𝑚𝑖𝑜𝑛𝑒 | 𝑆𝑒𝑣𝑚𝑖𝑜𝑛𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora