Capitulo 3- La asociación

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En el camino fueron en completo silencio después de aquellas palabras de Alejandro, pues cada quien iba sumergido en sus propios pensamientos. Antes de entrar a la residencia de Cesar este los freno:

-Cesar: Por favor, no vallan a decir nada de lo que hablamos delante de mi familia, y nada de que me voy; ya me ingeniare que les voy a decir. Ellos no saben en donde estuve todo este tiempo. Y no quiero arriesgarlos mas de lo que prácticamente están, se que lo entienden.

-Alejandro: tranquilo Capitán entendemos perfectamente, y he estado pensando en algunas cosas que me gustaría comentarle a ambos en privado.

Apenas Alejandro menciono la palabra "privado" Cesar y Rodrigo llegaron a una conclusión casi que instantánea de lo que el joven quería decir.

-Rodrigo: ya sabemos que no estas de acuerdo con que el Capitán no te de información de lo que le gusta a su hermana, pero entremos, no me hago joven y el Capitán tiene cosas que hacer y nosotros también.

Cesar y Alejandro quedaron con cara de confundidos, pero Cesar observo hacia atrás de ellos de forma disimulada y entendió lo que Rodrigo quiso decir, los estaban siguiendo, así que luego de esas palabras entraron.

Ya dentro los recibió Doña Maritza con mucho afecto, pues su hijo había regresado después de mucho tiempo, bueno, no solo Doña Maritza, el pastor alemán y el labrador llegaron corriendo como si su vida dependiera de ello, aunque después de todo estaban viendo a la persona que más afecto le tienen. Su compañero de viaje y aventuras, como ellos lo ven. Luego de unos saludos a sus fieles mascotas se acerco Doña Maritza para abrazar a su hijo.

-D. Maritza: ¡HIJO AL FIN! Dios mira como estas de flaco vamos a la cocina a que tú y tus amigos coman, no puede ser, nueve meses sin alimentarte bien, mira como regresas pareces un loco de la calle, deberías bañarte hueles a todo menos a bueno.

Cesar no sabia donde meter la cara, su mamá siempre lo trataba como si fuera un niño, pero no se quejaba, y ni que se le ocurriera, o bien Doña Maritza podría partirle la cabeza con una sartén, porque a pesar de su edad, mantiene su agilidad y fuerza. Mientras Alejandro y Rodrigo reían en silencio, aunque Alejandro observaba los alrededores esperando ver a la chica que le roba el sueño sin ella proponérselo.

Por otro lado, Stephanie que fue a la cocina para hacerse una ensalada de frutas y llevarse una que otra chucherías, vio a su hermano, y a los dos oficiales que le acompañaban y reconoció a su pretendiente que al verla no le quitó la mirada de encima, ella simplemente lo ignoro (como de costumbre). Fue corriendo hacia su hermano y le brinco encima como si fuese un gran oso, Cesar se desbalanceó un poco pero sonrió a carcajadas, pues se sentía feliz de tener a su pequeña cerca montada a caballito como cuando eran niños.

Todos en el lugar sonrieron al ver la escena que los hermanos presentaban, y doña Maritza se limpio unas cuantas lagrimas de alegría que se le escaparon. Stephanie se bajo de su hermano y miro a todos en la cocina de nuevo, cuando fijo su vista en Alejandro este se sonrojo.

-Stephanie: ¿se puede saber donde estabas?, pareces un loco de la calle, y mírate estas flaco y barbudo. Debo decirlo, te ves fatal.

-Cesar: ¡Ah no pues! Todos contra Cesar, ya mí mamá me lo dijo enana, no tienes que repetirlo.

-Stephanie: Y a mí que me importa que mami ya te lo haya dicho, te lo estoy diciendo yo, mi vida social se iría a la ruina si te ven como un pordiosero.

Alejandro quedo sorprendido al ver que Stephanie se dirigía así hacia su hermano mayor, en definitivo, se enamoro aun mas con el temple de esa mujer. Y es que sin que ella lo quisiera él la protegería de todo aquello que quisiera hacerle daño a tan hermosa dama, que suele comportarse como niña, pero eso solo hace que se vuelva más loco por ella. Y así, con esa idea en mente de proteger a su pequeña, porque él sabia que llegaría a enamorarla, y lo iba a intentar hasta conseguirlo, llamó a cesar:

-Alejandro: Cesar –en un tono muy serio- necesitamos hablar.

En eso Stephanie lo mira como si tuviera monos en la cara, una sanguijuela, o bien fuera como un bicho raro.

-Stephanie: ¿de qué tendrías que hablar con mi hermano?

-Alejandro: asuntos confidenciales de trabajo... señorita.

Ya para ese momento Cesar estaba a punto de estallar en risas, pues su hermana estaba algo molesta, pues no le gusta quedar como chismosa, y aunque, esa no fuera la intensión de Alejandro logro que ella se medio molestara; y como a ella no le gusta quedarse con la palabra en la boca:

-Stephanie: pues entonces ¿Por qué le dices "Cesar" y no "Capitán"? como cada vez que vienes.

-D. Maritza: tú debiste estudiar leyes y no medicina, ya déjame al pobre Alejandro quieto muchacha. Tú que sabes de que deben hablar.

-Cesar: eso es cierto –se acerco al oído de su hermana y le susurro- no todo es sobre ti, enana.

Y con eso Cesar salió corriendo y Stephanie detrás de él. Dieron una vuelta y con eso acabaron el juego, pues ella debía terminar sus deberes de estudio y él resolver el asunto en el que se había metido sin proponérselo.

Llegaron al despacho de la casa y comenzaron su reunión cada uno esperando que alguien más iniciara la conversación hasta que surgió el valiente que se harto de solo verse las caras y prácticamente perder el tiempo en eso.

-Rodrigo: muy bien como veo que ninguno de los dos piensa hablar lo haré yo, y me vale realmente si no están de acuerdo y deciden acusarme con los altos mandos, pero es que ya no soporto la situación. Necesitamos que Patiño sea descubierto – dice este de manera autoritaria- no puedo estar cumpliendo sus ordenes sabiendo que esta haciendo algo injusto. Cesar ¿Qué hiciste para que te diera una baja sin tu querer comunicarle eso a tu familia? ¿Qué cosa tan grave hiciste para que te metieran en prisión? Porque el cuento de insubordinación no me lo trago.

-Cesar: realmente tienes razón Rodrigo, no solo fui acusado de insubordinación, se me acuso también de pertenecer a una red de narcotráfico, y aquel 1° de noviembre, cuando "atrape" –dijo haciendo comillas con sus dedos- a aquel narcotraficante todo para mi se volvió un desastre –dice pasando la mano por su rostro- Patiño me tiene entre la espada y la pared, me esta obligando a dejar mi carrera y viajar por el mar transportando "tela" – vuelve a hacer ese gesto de comillas con sus manos- debo ir a Colombia y comenzar allá, pero la verdad tengo miedo, temo por mi familia, porque Patiño pueda hacerles algo.

La cara de Alejandro al escuchar que el almirante amenazo con dañar a la familia de Cesar fue todo un poema. Rodrigo al comprende la angustia de Cesar propone algo que a los otros los deja anonadados.

– muy bien, todos los aquí presente sabemos que el Almirante Patiño es una alimaña de primera, a mi me hizo unirme a sus fuerzas desde que supo que tengo una hija de 9 años. Y lo último que quiero es que mi hija sufra. Así que propongo una asociación. –

Alejandro que se había mantenido en silencio mira a Cesar y luego a Rodrigo y así repite un par de veces mas, hasta que decide hablar.

-¿Cómo que una asociación? ¿Qué tratas de decir Rodrigo? ¿Quieres que unamos fuerzas para que exactamente?

-Rodrigo: ¡ay Alejandro! ¿Para que mas? Obvio que para limpiar el nombre de Cesar y encerrar a Patiño, ese hombre siempre esta queriendo salirse con la suya.

Cuando Cesar iba a afirmar aquello, alguien toca la puerta del despacho.

Toc... toc

-Cesar: pase

En eso Stephanie se asoma por la puerta.

El Capitán del M-1903Donde viven las historias. Descúbrelo ahora