"No me importa dejar todo lo que me hace feliz por alguien que me hace incluso más feliz"
Lincoln Loud, a sus 18 años, ha cometido muchos errores, pero ninguno se compara al pecado que ha llevado sobre sus hombres durante 3 largos y duros años, y qu...
Finalmente el capítulo 9 que nos cuenta la historia de Lori Loud, la supuesta "hermana perfecta" que siempre se ha mostrado como la cúspide. Les agradezco el apoyo a esta historia, estamos a 2 capítulos de concluirla.
En fin, es hora de comenzar, entre todos los capítulos este es el que menos cambios sufrió, pues fue la trama de Lori la que planeé primero. Las otras sí tuvieron cambios, por algo hay unos cuantos problemas de continuidad xd
En fin, empecemos.
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...
— ¿Cómo te llamas? —preguntaba el hombre del caramelo, con una gran sonrisa.
Frederick Douglas, reformador social estadounidense, mencionó una vez que es más fácil construir niños fuertes que reparar adultos rotos. Y es que no existe nada tan ilimitado como la capacidad de un infante para aprender, desarrollarse y soñar. Cuando eres un niño no existen cosas como el orgullo, el arrepentimiento ni los vacíos existenciales, eres libre de jugar y aprovechar cada minuto de tu vida para formar los recuerdos que más ánimos te darán cuando seas un adulto y te toque mantener la frente en alto. Criar a un niño no es sencillo, nadie te enseña a ser un padre, y es por eso que da tanto miedo ver crecer a tu pequeño, porque es en ese momento en el que descubres si hiciste un buen trabajo. Sin embargo, ese temor, esa espina clavada en el cerebro de los adultos, no se compara a la pesadilla que es tener un hijo que ya no tiene salvación alguna, que se condenó y no tiene modo de repararse.
— Mi nombre es Lori, ¿Realmente va a darme el dulce?
Y esa pesadilla, no se compara a ser ese hijo y tener padres que ni siquiera notaron el momento exacto en el que dejaste de construirte una vida, y tu mundo se rompió en pedazos al mismo tiempo que tu inocencia era arrebatada. Esa soledad, ese profundo abismo en el que no hay nadie para abrazarte y decirte que todo estará bien, es eso lo que crea un adulto roto. No se puede construir niños fuertes si no hay padres dispuestos a apoyarlos, y sin niños fuertes, solo nos queda un futuro de gente dolida, triste y solitaria. Hay cosas que se pueden reparar, como un corazón roto, un cuerpo roto, una mente rota, pero...
— Si vienes conmigo te daré todos los que quieras, una niña tan bonita como tú merece probar los mejores manjares —tocó suavemente el cabello de la niña, incomodándola.
— No sé... Si mis padres me van a dar permiso.
— ¿No dijiste que ni siquiera te prepararon el desayuno hoy?
— Están muy ocupados... Yo no soy la única hija que tienen.
— Pero ese no es motivo para olvidarse de ti, pequeña... —le acarició el brazo—. ¿Qué tal si hacemos lo siguiente? Yo te daré de comer hoy y así ellos no tendrán que preocuparse por ti, tendrán mucho más tiempo para sus deberes y así harán especia para ti. ¿No suena bien?
— ¡Me agrada esa idea! Quiero que mis padres pasen tiempo conmigo, así que si usted se encarga de mi comida ellos tendrán más tiempo libre.
— Entonces... Ven a mi casa un rato —le ofreció la mano—. Yo no te dejaré sola, Lori.
