"No me importa dejar todo lo que me hace feliz por alguien que me hace incluso más feliz"
Lincoln Loud, a sus 18 años, ha cometido muchos errores, pero ninguno se compara al pecado que ha llevado sobre sus hombres durante 3 largos y duros años, y qu...
Finalmente hemos llegado al centro de la historia, ya vimos como las Loud vieron todo, pero... ¿Qué es lo que Lincoln veía? ¿Qué es lo que él sentía? Es momento de ponernos en su perspectiva y tratar de entender al muchacho que destruyó a su familia.
Quise explorar algo distinto a otros fanfics, donde Lincoln solo hace todo porque quiere sexo o mamadas así de estúpidas. Aquí quise crear una mentalidad algo más perturbadora, porque este Lincoln sí que tiene una obsesión y lo verán aquí. A pesar de eso, no intenten justificarlo, porque ya verán que Lincoln Loud no es una buena persona.
Muchas gracias por todo el apoyo, veamos si este capítulo puede tener muchos votos para celebrar que ya estamos en el final. ¡Disfruten!
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...
— ¡Ya deja de seguirme, Lincoln! —exclamó incómoda—. Ya olvidé lo del vídeo, por favor, déjame en paz... S-Solo quiero ir a casa.
— Vamos, de seguro necesitas ayuda con algo.
— ¿No deberías estar en la e-escuela?
— Sabía que hoy faltarías a tu clase para ir a comprar el nuevo libro de la colección de romance juvenil —respondió, manteniendo el paso para no permitir que la chica se alejara demasiado—. Por cierto, ¿Te perdiste? Llevamos ya media hora así, y tu casa ni siquiera queda por aquí.
— ¡¿SABE DÓNDE VIVO?! —gritó mentalmente, su padre le había advertido varias veces que en caso de acosos jamás debe darle pistas sobre donde vive. Sin embargo, jamás pensó que sería Lincoln Loud el enfermo que la seguiría.
— ¿Por qué no quieres hablar conmigo, Cristina? Ya te dije que lo siento...
— Y yo ya te perdoné, Lincoln, no sé que más quieres de mí —dijo de la forma más calmada posible, no quería pedir ayuda públicamente ya que lo harían mierda al chico. Dentro de todo, sentía algo de lástima por como lo trató.
— Quiero que admitas que necesitas ayuda, todos necesitan ayuda con algo —respondió, pegándose más a ella, poniéndola aún más nerviosa.
— P-Por favor... Quiero ir a mi casa.
— Vamos a tu casa entonces.
— N-No puedes ir, debo pedirle a mi padre permiso antes de llevar visitas.
— Tu padre está trabajando, no hay nadie en tu casa —decía impacientemente.
— ¿A-Acaso no debes pedirle permiso a tu familia?
— Lo que ellos digan no es de importancia para mí, en este momento... —le tocó el hombro—. Puedo demostrarte que tal vez me necesitas y ni siquiera tienes idea de ello.
— L-Lincoln, te voy a pedir amablemente que te vayas de aquí —dijo con todo su cuerpo temblando—. N-No te necesito ahora, s-si gustas otro día nos vemos...
