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He tomado la decisión de ir al hospital donde estuvo interno mi difunto esposo, para revisar las cámaras de seguridad. Tal vez ahí este mi primera pista de lo que me ocultaba y qué tiene que ver ese hombre en la historia de él.

Al llegar al hospital voy directamente donde el seguridad.

- Buenas noches –saludo a Jonatan el seguridad– necesito que me ayudes en algo, además me debes un favor –le recuerdo.

Jonatan es el seguridad del hospital, somos amigos desde la secundaria. Él fue mi mejor amigo hasta que conoció a Jenifer y me abandonó. No le llevo rencor por ello, ni nada por el estilo, pero es muy doloroso que tu mejor amigo, con el que compartías todo y hablaban sobre todo, te abandonara por la nueva chica de la clase.

- ¿Qué necesitas, enana? –Me llama por el apodo que siempre utilizó para referirse a mí.

- Mata e' coco –sí, también yo le tenía un apodo–, necesito que me dejes ver las grabaciones de las cámaras de seguridad.

- Uff, eso será difícil –me respondió poniendo cara de decepción.

- Jonatan, es urgente. En mi cuarto encontré una foto de un hombre extraño y, eso no es todo, unos minutos antes de Michael fallecer, él estaba sentado justo en frente de la puerta de la habitación donde se encontraba él.

Jonatan abrió mucho los ojos, sorprendido.

- ¿Crees que lo puede haber matado? –Pregunto con un nerviosismo notable en su voz– Sabes que eso no se puede, pero por ti hago lo que sea, enana; mucho más si sospechas que mataron a tu difunto esposo –dijo dando la vuelta dirigiéndose con gran velocidad hacia la sala de control.

Al entrar, el cuarto es pequeño. Tiene 4 monitores donde se ve cada ángulo de donde está cada cámara; la habitación solo tiene 2 sillas, donde se sientan a vigilar todo lo que sucede.

Jonatan tecleo algunos códigos en el teclado y al instante pude ver la grabación minutos antes de que falleciera Michael.

Observé atentamente todas las cámaras por si notaba algo extraño.

- Ahí está –señalé una pantalla.

Pude ver cómo el mismo hombre de la fotografía entraba por la puerta principal del hospital, segundos después, se le ve entrando por el elevador, luego salió del elevador justo en el piso donde se encontraba Michael; se le ve cómo camina por el largo pasillo.

Con dolor en mi alma, me echo a llorar, sin pena de ser vista por Jonatan.

- Me arrebataron a mi esposo –logro decir.

- No sabemos si eso sea cierto, enana. Tal vez era un viejo amigo que se enteró de que Michael estaba hospitalizado. Lo mejor sería que le hagas una autopsia, a ver si tus sospechas son ciertas.

- Tienes razón –me seco las lágrimas.












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Verdades que matanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora