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Era una noche fría, de esas la cual acompañas con una taza de chocolate. Las calles estaban húmedas por la pequeña llovizna que caía suavemente, el viento viajaba sin prisa ni presión.

Me encontraba en mi coche observando cómo personas entraban y salían de aquel bar, Jefferson, mi cuñado, del cual nunca había sabido de su existencia hasta ahora, me dijo que ahí encontraría mi primera pista, que desde aquí podría iniciar mi investigación sobre la muerte de mi esposo. Pero ¿Cómo sabría yo cual era la pista? Todo esto es muy confuso. Sin más preámbulos salgo del coche.

Al entrar al bar, una ola de calor impacta sobre mi cara. Hay tantas personas; algunas bailan, otras están sentadas sus mesas bebiendo sus respectivos vasos y otros están frente a una tarima aplaudiendo y tarándole dinero a unas mujeres que bailaban semi desnudas sobre un tubo.

Me acerco a la barra y un joven amable se dirige hacia mí – Buenas noches, hermosa dama, ¿qué le gustaría beber?

- Un Martini, por favor – me siento en una silla de esas que giran.

Me doy la vuelta en la silla hacia el público que está aplaudiéndole a las bailarinas. Este es el típico bar donde los hombres salen a beber y disfrutar de la vista que le brindan las mujeres con poca ropa.

- Nunca la había visto por aquí – Me doy la vuelta para observar al chico de la barra que tiende mi bebida.

- Mmm... sí, solo que muy pocas veces – Le miento porque no quiero que sospeche algo.

- Nunca olvido los rostros y su rostro nunca lo había visto por aquí.

¡Mierda! ¿Y ahora como salgo de esta?

- Si, tienes razón. Nunca he estado por aquí.

El joven sonríe ampliamente – No quisiera ser metiche, pero, ¿qué le trae por aquí?

- Un amigo me recomendó este lugar para distraerme un poco – Me doy la vuelta y observo a las chicas bailando.

- Bueno, si tu deseo es distraerte y no emborracharte, te voy a recomendar una bebida.

- ¿Cuál? – Me volteo para observarlo.

- Se llama "Sexo en la Playa".

¡¿Enserio?! Estará de broma este tipo. Lo miro con una ceja arqueada.

El joven se empieza a reír. Lo observo detenidamente. Es alto, de tes morena, tiene unos ojos grandes y marrones, una sonrisa que, desde mi punto de vista, es perfecta.

- Me hace gracia tu gesto, soy Rafael – me estrecha su mano en forma de saludo.

- Jane – Levanto mi mano para estrecharla

De pronto empezó a sonar mi música favorita y desde ahí todo cambio.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco... y perdí la cuenta de los vasos que me he tomado. Estoy feliz, por fin siento un poquito de felicidad, tenía mucho que no sonreía.

Sin pensarlo mucho me subo a la tarima, empezó a sonar "Radioactive", sin miedo o temor empecé a bailar en el tubo al ritmo provocativo de la música, daba vueltas, movía mis caderas de un lado para el otro, me desato mi coleta para mover mi larga melena, subía al tuvo para hacer maniobras y volteretas.

Todo el mundo tenía los ojos en mí, pero no me importo, estaba disfrutando el momento. ¡Mi momento! Terminé la canción enrollada en lo más alto del tubo, solo sosteniéndome con una mano y una pierna, estaba sonriendo hasta más no poder, entonces fue ahí donde lo pude ver. Era el tipo de la foto, estaba sentado en un sillón negro. En sus piernas estaba una rubia quien le sonreía mientras él le hablaba, su vista choco con la mía por unos escasos segundos.

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⏰ Última actualización: Feb 21, 2022 ⏰

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