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Los alfas estaban en el sofá cuando empezaron a sentir un leve olor a limón amargo, así que apresurados subieron a su cuarto y encontraron a Gustabo soltando jadeos de dolor mientras agarraba su vientre.
C.-Cariño que pasa, estas bien?-.
G.-Joder joder, Zoe no deja de patear y me duele demasiado el estómago.- Dijo con los ojos cristalizados, realmente dolía cuando los bebés se movían.
Viktor empezó a soltar su aroma para calmar al Omega y a los cachorros, cosa que funcionó hasta que escucho otro quejido del menor. Jack movió a Gustabo para poder quedar detrás de él con el rubio entre sus piernas, apoyado en su pecho y Viktor se acostó en la cama quedando cerca del vientre de su pequeño.
V.-Hey bebés, no sean así con mamá, nosotros sabemos que están ansiosos por salir pero porfa quédense quietitos. Falta muy poco para que papá pueda verlos pero hasta entonces sean buenos con mamá-. Dicho esto empezó a dejar besos por todo el estómago de Gustabo, viendo como este se relajaba y acurrucaba más en Conway.
C.-Aguanta muñeca, tan solo falta una semana y ya podremos cuidar de ellos fuera de ti. Eres muy fuerte Omega-.
G.-Tengo miedo de que nazcan, una vez afuera de mi ya no van a estar 100% seguros. Y si soy una mala madre para ellos? Y si no se como cuidarlos? Los bebes son muy frágiles-. Últimamente los ataques de inseguridad respecto a los cachorros le agarraban mucho y es que le daba miedo no conseguir ser igual de buena madre como lo es Michelle.
V.-Pero que dices cielo, tu seras el mejor de los tres y que no te quepa duda que si no sabemos hacer algo siempre podemos llamar a tu madre o a tu padre. No estamos solos en esto, tranquilo-. Viktor y su poder de calmar a sus chicos era realmente increíble, sabía exactamente que palabras decir para darles seguridad a estos y hacerlos sentir mejor. Definitivamente los 3 se complementaban excelente.
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Hoy era un día normal, Conway y Volkov habían salido a comisaria por una urgencia de la maya y mientras tanto Gustabo se quedó en casa terminando de decorar el cuarto de sus bebés. Estaba moviendo peluches cuando de pronto sintió una contracción muy fuerte y como un líquido resbalaba por sus piernas. Claramente sabía que significaba y empezó a caminar muy lento en busca de su celular, las contracciónes eran realmente dolorosas y apenas si podía caminar. Nesecitaba de sus alfas, le daba miedo estar solo en ese momento. Y gracias al cielo escucho como empezaba a sonar la "Tusa" su tono de llamada. Ni siquiera miro el nombre estaba más concentrado en mantener la calma y respirar.
