"Un ser no humano acaba de escapar de Homey Airport, más conocido como el Área 51, en el desierto de Nevada".
Esa frase resonó en la mente de Kathy por horas. Había estado mirando qué había sucedido en las redes sociales, pero todo el mundo estaba tan desconcertado y sorprendido como ella. Nadie sabía nada, ni hasta los propios periodistas eran capaces de descifrar qué era lo que había ocurrido.
Sorprendida, se encontró a sí misma viendo una petición de una página web para asediar el lugar, que había dado comienzo a todo tipo de teorías desde que se fundó. La gente enloqueció en unas pocas horas, y Kathy estaba convencida de que mucha, mucha gente iría hasta allí para descubrir qué estaba sucediendo.
Se habían formulado cientos de teorías en los últimos cuarenta años. Unos decían que había alienígenas ahí dentro. Otros, en cambio, estaban seguros de que había monstruos. Por otro lado estaban los paranoicos y extremistas, que aseguraban que la verdad del mundo se guardaba en esas instalaciones. Pero, por mucho que la gente teorizara, nadie sabía realmente qué ocurría dentro, y, en cierto modo, a nadie le importaba realmente si todas esas suposiciones eran correctas o no. Lo importante era tener la idea más loca o más absurda y compartirla en internet. Ahora mismo parece ser que vivimos en un lugar donde un titular es más importante que los hechos en sí.
Kathy permaneció quieta delante del televisor, sabiendo perfectamente que estaba apagado. Un cosquilleo le recorrió la espalda, y que no tardó en expandirse a todo su cuerpo. Ese sentimiento de culpa volvía a atormentarla, y con él, el miedo. Se acomodó la manta y vio que tenía unas manchas que no sabía identificar, pero no le dio importancia y se dijo a sí misma que ya la lavaría cuando tuviera tiempo.
Por lo que había visto, ahora todo el mundo tenía miedo de todo; todos creían lo que estaba de moda en el momento. La duda de si era real o no atormentó a Kathy hasta la hora de dormir. Mil dudas le recorrieron la cabeza, y había estado tan ensimismada toda la tarde que no había sentido la necesidad de comer nada, ni siquiera aun llegada la noche. Después de lo que había visto en las noticias había quedado en un estado de shock del que no era capaz de salir, y en el cual había permanecido durante tantas horas que había perdido la cuenta. Sólo fue cuando cayó finalmente rendida en el sofá que pudo notar un hilo dorado apareciendo dentro de ella: vida, emoción
Kathy despertó rodeada por unas luces tan brillantes que la cegaron durante unos segundos. Parpadeó hasta acostumbrarse a la luminosidad de la estancia. No pudo evitar soltar un grito al ver su cuerpo completamente cubierto por un traje reluciente como el hierro pero flexible como la tela. Miró a su alrededor y vio que no estaba en su sofá, ni tampoco en su cama; estaba tumbada en una mesa de metal. Algo dentro de ella quería escapar, escalar las paredes blanquísimas redondeadas y correr. Aterrada por la situación, Kathy se levantó y caminó por el pasillo. Al fondo había un gigantesco ventanal que daba a la nada, a una vorágine oscura llena de pequeños destellos. Kathy aceleró el paso y se percató de que lo que estaba viendo era el espacio, y, al mirar a su derecha, vio que la Tierra flotaba imponente en medio del vacío. El terror la inundó, pero consiguió sacar fuerzas para continuar por el camino que seguía a su izquierda.
El pasillo extremadamente iluminado cada vez se volvía más oscuro, tan oscuro como las vistas que acababa de ver. Se giró al escuchar un ruido. Entonces vio que algo pequeño, como un niño, pasó delante de ella demasiado rápido como para saber qué era. Kathy corrió y corrió hasta llegar a la mesa metálica donde había despertado. Allí se topó con una pared, y se preguntó adónde habría ido la cosa que acababa de ver.
Un ruido raro se acercaba hasta ella, y Kathy sabía que no era lo suficientemente valiente como para poder girarse.
—Kathy —dijo, pero lo que ella escuchó no fue gracias a sus oídos. Era como si esa voz extraña hubiera aparecido dentro de su mente de la nada.
Notaba que algo iba a posarse en su hombro, y un escalofrío le recorrió el cuerpo. Se giró lentamente con los ojos cerrados, y, de lo intensa que era la luz del cuarto, pudo ver una silueta frente a ella a través de sus párpados. Parecía un hombre de baja estatura y con la cabeza muy grande.
—Kathy —repitió. Ella abrió los ojos, y una luz blanca la cegó por completo.
ESTÁS LEYENDO
El hombre gris
Детектив / Триллер2019. Kathy tiene un sueño por el cual acaba encerrada en un hospital psiquiátrico. 1977. Harold descubre una criatura extraña que le obliga a cambiar su vida para siempre.