Signal

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Antes de que incluso me diese cuenta, ya me estaban despertando para irme  a clases. Aún con pereza, me levanté y me puse mi uniforme.

Baje a la sala común de Slytherin y me puse en marcha. Fue un trayecto bastante corto.

Al llegar, inmediatamente me senté en la fila de adelante. Faltaban algunos alumnos por llegar incluido el profesor Slughorn.

Un par de horas después ya todos estaban en el aula pero mis ojos no podían dejar de mirar a Alice. Estaba radiante su corbata estaba algo desarreglada pero se podía ver qué el nudo estaba bien hecho, su cabello pelirrojo estaba atado por una cinta negra que la hacia ver más encantadora. Aún no podía creer que existiese una persona tan hermosa como ella.

De pronto me vi interrumpido porque Lily se acercó a ella y se fueron abrazadas juntas a otro lugar. El sentimiento amargó se esparció rápidamente por toda mi boca. La pelirroja siempre tenía que estar en el medio, siempre pegada a Alice.

Mientras mis sentimientos se revolucionaban tan solo un poco, a mi lado llegaba Andrómeda quién empezó a hablarme pero no podía prestarle atención. Mi mente seguía pensando en aquél dúo que cada vez estaba más junto, en un momento nuestras miradas se conectaron, ya no existía nadie más, solo nosotros.

Las clases ya había terminado, aún seguía mirando nuestras miradas conectadas, Alice no había roto el contacto y quizá hubiese durado más si un molesto James no hubiese venido a separarnos.

—Peli-peli, vamos-Tomó su mano libre y la jaloneo hacia su lado.

—James pero yo...- Quería hablar pero el azabache la interrumpió.

—Pero nada Alice, recuerdas nuestro trato-Le recordó aunque eso sonaba más a una amenaza.

—Si pero yo-

—Alice-La cortó enseguida en un tono amenazante. Mi sangre comenzó a hervir.

—Está bien. Lo siento Reggie, debo irme -Rompió nuestro contacto a la vez que lo hacía con mi corazón, lo eligió a el.

Me miró apenada y eso albergó las esperanzas de que tal vez ella no quería irse.

Alice era mía, siempre lo fue. No podía evitar sentir posesividad ante la pelirroja, sabía que era una persona y no un objeto pero sentía que aún así, ella me pertenecía. En el transcurso de los eventos puede ser que haya metido un poco bastante la pata, pero ahora sé que debo recuperarla. Y eso estoy en camino a hacer.

—Está bien Alice pero antes hay algo que debo decirte. ¿Podrías dejarnos a solas James? Lo miré con ojos suplicantes pero sabía que el estaba dudando demasiado si hacerlo o no-. ¿Por favor? Prometo que no le haré daño -Eso pareció convencerlo porque a regañadientes se retiró diciendo que sólo me daría cinco minutos. Para mí, eso era más que suficiente.

—Bien-Tomé aire armandome de valor antes de continuar-. Sé que la he regado mucho contigo Alice y de verdad que tienes toda la razón al ignorarme o incluso odiarme. No hay justificación para lo que hice y vengo a pedirte perdón con mi corazón en mano-Vi que iba a hablar pero la detuve levantando mi mano, indicando que haga silencio antes de que el valor se esfumara-Lo siento, de verdad lo siento por no haberte valorado cuando lo debía hacerlo. He tenido que sufrir todas estas semanas para darme cuenta de todo lo que significas para mí pero ahora que lo sé no pienso rendirme. Ni ante James, ni ante ti, ni ante nadie-Los ojos de Alice eran como las puertas de su alma, reflejaban todas sus emociones. En este momento podía ver cierta conmoción en ellos y una pizca de alegría con tristeza. La parte alegre me impulsó a seguir adelante-. No sé si será tarde, espero que no pero aunque sea quiero que me des una oportunidad de leer esto-Saqué una carta que había hecho un día atrás. Había estado incómodo la última parte de la clase gracias a ello pero Alice lo valía-Aquí expreso todo lo que he pasado para abrir mis ojos y si la lees, quizás puedas entenderme y en su defecto, perdonarme-La abracé rodeando su cuello con mis brazos y no tardé en sentir su agarre suave en mi cintura-. Te quiero Alice, ahora lo sé-me separé de ella justo a tiempo.

James entró segundos después inspeccionando detalladamente la escena pero parecía que no había nada mal. Alice no pudo darme una respuesta pero sí vi cómo escondió la carta detrás de su espalda. Sonreí.

—peli-peli, debemos irnos-La llevó arrastrando lejos de mí, no quitaba mi vista de ella y ella tampoco lo hacía de mí. Agitaba su mano en forma de despedida.

—¡Piensalo-Grité cuando reaccioné y pude ver como ella sacudía su cabeza riendo.

Andrómeda apareció para llevarme como James había hecho anteriormente con Alice, era hora de ir a comer.

—¿Por qué tienes esa sonrisa de idiota plasmada en tu rostro?-Preguntó cuando ya estábamos cerca del comedor.

Sólo hice lo correcto Andi-Dije cortamente sin borrar mi sonrisa.

Di por terminada la conversación aunque Andrómeda quería saber más. No se lo diría todavía.

Ahora todo quedaba en manos del destino o de Alice mejor dicho sólo quedaba esperar.