Ira

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Llegó a su palacio en el reino de los demonios, en su réplica de la casita de bambú comenzó a romper todo lo que se encontraba en su paso. Pensó todo ese tiempo que lo mejor es que ese Shen Yuan nunca lo hubiera tratado bien y lo peor de todo es que ¿cómo hacía ahora para arrancarlo de su corazón? Una parte de él deseaba con todo el corazón sacarlo de su mente y retirar todo afecto, pero la otra parte lo seguía amando con locura y eso lo enfureció muchísimo más. No había nada más despiadado que mentirle en su cara. Todo lo que había hecho hasta ahora era amar a un ser que nunca conoció en realidad. Cuando por fin terminó de romper todo, se echó a la cama y en ella estaba el aroma de Shen QingQiu, aspiró fuerte y no pudo evitar volver a llorar.

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En el lado norte del reino de los demonios, el señor del pico An Ding iba llegando al palacio de Mobei-Jun. Ya no tenía problemas con entrar y salir de dicho palacio, todos los subordinados ya lo conocían y como era de esperarse, llegó sin ningún problema hasta el estudio de su amado.

–Dawang, ya estoy aquí. –Tomó asiento en uno de los sillones que tenía en ese pequeño despacho. –¿Me extrañaste? –Mobei-Jun solo movió los ojos para mirarlo, asintió y volvió al trabajo. –Jejeje yo también... –Tal vez era él momento adecuado para preguntar, después de todo sus dos "hijos" en esta dimensión se llevaban bien y eran amigos, podría ser que supiera algo del paradero de Luo Binghe. –Dawang, en los últimos días ¿ha visto a Luo Binghe?

–No. ¿Por qué la pregunta?

–Pues es que Shen-Dada y él tuvieron un problema y pues no ha regresado desde hace 4 días. Shen-Dada está muy preocupado.

–Ya veo -Se levantó y empezó a caminar- Voy a salir un momento, tengo algo que atender.

–¿Dawang?

Cuando Mobei salió de la oficina, abrió uno de sus portales y al cruzarlo se encontró con Luo Binghe que seguía acostado en la cama mientras sollozaba.

–¿Qué haces aquí? –Binghe se incorporó y se limpió las lágrimas, odiaba que lo vieran llorar. –¿Cómo sabías que estaba aquí?

–Era más o menos lógico que te encontraría aquí –Veía a su alrededor todo el desastre– ¿Estás bien?

–No, para nada. –En un arranque de rabia lo pensó y obviamente tenía que contarle a Mobei-Jun lo de Shang QingHua. Tal vez sería malo de su parte, pero más podría ser su rabia. –¡Tú también debes de saber la verdad! ¡Ven y siéntate!

Mobei-Jun aceptó, se sentó entre todo esa destrucción viendo muy atentamente a Luo Binghe. El rey demonio comenzó a contar la historia, justo como lo hizo con su contraparte y por el contrario, Mobei-Jun estaba impasible no demostraba emoción o afectación alguna al respecto. Cosa que desconcertó completamente a Luo Binghe, de verdad esperaba que ese hombre comenzara a lanzar flechas de hielo por todas partes.

–De acuerdo. Creo que si hay mucha información que procesar –De nuevo se puso de pie y estaba dispuesto a abrir un portal para irse.

–¿No estás enojado? –Luo se incorporó levantándose de la cama y dispuesto a detener a Mobei. – Qinghua te engaño. ¿No estás molesto?

–No estoy enojado, ¿Debería de estarlo? Es verdad, es una historia que de no haber sido porque me la dijiste tú, no la hubiera creído pero es comprensible porque lo ocultaron. Qinghua me ama y yo a él, es todo lo que debería importarme. Posiblemente si se tratara del verdadero Shang Qinghua no tendríamos una relación así que creo que estoy mejor así.

–Pero... él no es de este mundo. Te mintió en la cara y posiblemente no te ama, solo lo hace para sobrevivir.

–Eso no me importa. No tengo porque dudar de sus sentimientos hacia mi solo porque ocultó quién es en realidad. Como dije es una historia bastante increíble y respeto su decisión de no querer contarla. ¿De verdad confías tan poco en Shen QingQiu como para tener esos pensamientos? Deberías alegrarte porque te confesó algo que podría poner en riesgo su relación.

Luo Binghe solo se quedó sorprendido con esa respuesta. ¿Desconfiaba ahora de Shen QingQiu? A parte de esa vez, ¿le había mentido antes?

Mientras lo meditaba, Mobei-Jun atravesó nuevamente el portal de corta distancia y volvió a su palacio. Nuevamente entró donde su oficina y encontró a Shang QingHua escribiendo en pergaminos y todo lleno de tinta en la cara. Esa escena de verdad lo enterneció y no podía evitar pensar cuanto lo amaba.

–QingHua —Tocó un poco su cabello para llamar su atención.

—¡Dawang! Tardó mucho, yo esperaba que volviera pronto pero como no apareció, me puse a escribir. ¿Qué haremos hoy? —le  sonrió mientras se levantaba de la silla y se acercaba a su novio.

–QingHua...estuve con Luo Binghe y me contó todo lo que pasó.

—¿Qué... qué le contó? —El hermano avión sintió como toda su sangre se helaba. ¿Estaba hablando de la verdad que contó el hermano pepino?

–Me contó toda la historia.

Eso no podía ser cierto...¡Torpe hermano pepino! ¡Estaba bien si quería arruinar su propia relación pero no tenía que meterse con la suya! Seguro Mobei-Jun querría matarlo ahora o al menos golpearlo como lo hacía antes o peor...querría dejarlo.

—Yo... puedo explicarlo... es que yo... no creía o creo... que me creas y yo... eh... —¿Ahora por dónde empezaba? ¿Era el mejor momento para volver al mundo real? —¡Ahhhhhh! No se como explicarlo... ¡Dawang por favor no me mate! Pero si le decía la verdad tal vez no me creería, me dejaría y y y usted dejaría de amarme. —Las lágrimas comenzaron a correr por sus mejillas como cascada. —Y es que... ¡Yo lo amo mucho!

–QingHua —Lo sujetó de los hombros para mirarlo a los ojos— Tu realmente me amas, ¿No es verdad?

—¡Demasiado! ¡Tanto como para no irme de este mundo! —Las lágrimas no dejaban de salir incontrolablemente. —¡Perdón!

–No tienes que pedirme perdón —Le secó las lágrimas— Si tú me amas no me importa de donde vengas. Yo confío en lo que sientes por mi. Fue una historia...interesante, entiendo porque no querrías decir nada. Lo que importa es lo que sentimos así que no tienes por qué seguir llorando.

—¿De verdad? ¿Aunque yo sea el creador de todo esto? Yo... de verdad hice lo mejor de mi para darte un buen papel. —Se limpiaba la cara con sus ropas y seguía sollozando. —Usted me gusta mucho, Dawang.

–No tienes que explicarme nada. Yo también te amo —Le robo un beso y empezó a caminar— Aún tengo algo de trabajo que hacer, hazme compañía mientras termino.

Shang QingHua tomó fuerte su mano y de verdad sentía un gran alivio de que no lo echara o lo matará por la verdad. Incluso lo tomó mucho mejor que su "hijo" mayor y tenía razón de ser, pues Luo Binghe era toda una doncella delicada.

Ya una vez más tranquilo, mientras estaba sentado en el regazo de su rey y éste trabajaba, se atrevió a preguntar.

—¿Dawang, me dirá dónde está Binghe? Shen-dada está muy preocupado.

–No. Voy a respetar su decisión de querer estar solo por el momento. Creo que aún debe organizar sus pensamientos.

—De acuerdo... —No quiso insistir y por el contrario consideró que sería un buen momento para tomar el rumbo de las cosas a algo más romántico. —Dawang... —Le susurró al oído. —¿Tardará mucho? Podemos hacer cosas más interesantes. —Se movió un poco aprovechando donde estaba sentado.

–No. Yo estaba pensando exactamente lo mismo. Solo serán 10 minutos más —La expresión de su rostro no había cambiado pero sí le afectaba cualquier cosa que hiciera Shang QingHua. Y después de la historia que había escuchado si sentía cierta necesidad de una "reafirmacion".

5 etapas para seguir amandote.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora