Negociación

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¿Mobei-jun tenía razón? ¿Estaba exagerando? ¿Y cómo es que no estaba enojado con Shang QingHua? Seguro volvió con él y estarán acurrucados dándose amor. Él también quería eso... En su corto tiempo de matrimonio siempre disfrutaba de la compañía de su Shizun, de las atenciones que le daba y además las comidas que preparaba para su esposo.

–Mobei tiene razón... si me lo contó es por algo. ¿Pero y si solo ha fingido? –Nuevamente daba mil vueltas por la habitación. –Esos afectos no se fingen ¿no? Y este Shizun... no está nada mal... me quiere bien ¿No?

Se hacía mil preguntas como si alguien en ese espacio pudiera responderle. Se llevaba las manos a la cabeza como si tratara de agarrar la respuesta de entre sus hebras de cabello. ¿Debería volver? ¿Shen Yuan lo estará extrañando?

De por sí ya era un poco extraño llamarlo Shen Yuan, para él siempre sería Shizun. ¿Debería simplemente olvidarlo todo y seguir como si nada? No, eso no estaba bien. Sería como no darle importancia a lo que dijo e incluso es como ignorar eso y ni él mismo podía ignorarlo. Tenía que pensar detenidamente.

Ya eran dos personas que le habían dicho un consejo similar, quizás era hora de empezar a tomar ese asunto con mucha más seriedad. Se sentó como cuando estaba revisando sus deberes con su amado Shizun y se contuvo las ganas de volver a enloquecer sólo por el recuerdo. Tomó un pincel, tinta, papel y comenzó a escribir los aspectos positivos y también los negativos de toda esa nueva información. Pensaría este asunto con cabeza fría.

–Shizun me ha dado muchas cosas como cariño, paciencia, se casó conmigo, me ha puesto sobre la secta, me ha defendido de Liu QingGe, me permite cocinarle, me sigue enseñando cosas y seguro puede enseñarme nuevas con su vida pasada. –Anotaba diligentemente. –Y la parte negativa... solo me ha mentido. ¿De verdad estoy haciendo el problema grande y me estoy ahogando en un vaso de agua? ¡AYYYY! ¡NO PUEDO SOLO! –De la frustración nuevamente empezó a llorar. –Necesito una tercera opinión... solo quiero estar seguro. –Tomó sus cosas, tomó a Xin Mo y nuevamente abrió un portal.

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Los días seguían pasando y la realidad era que todos en la montaña Cang Qiong ya sabían que algo sucedía con Shen QingQiu. No había salido de su casa y no estaba atendiendo sus deberes pero lo peor es que no había comentado nada con nadie.

Era evidente que Liu QingGe no se iba a quedar de brazos cruzados sabiendo esto. Fue hasta el pico Qing Jing y por suerte para el Shen QingQiu aceptó recibirlo, aunque no era una imagen muy agradable.

–No sé qué es lo que está pasando pero no puedes seguir así.

–¿Por qué lo dices? —Shen QingQiu le servía un poco de té.

–Porque por tus ojos me puedo dar cuenta que llevas varios días llorando. Y ya que no veo a tu bestia por aquí intuyo que tiene algo que ver con él. Es muy extraño que no esté aquí consolandote, debió ser muy grave.

Era verdad. Shen QingQiu tenía los ojos muy hinchados y es que en las noches no había dejado de llorar esperando a que Luo Binghe regresara por fin. Normalmente podría fingir muy bien como siempre pero ahora la situación lo superaba.

–¡Si! ¡Si pasó algo! —Ya estaba empezando a llorar nuevamente pero quiso mantener tanta compostura como podía frente a su shidi— Pero no importa...estoy bien...

–De verdad no se te ve nada bien. ¿Quieres hablar de la situación? –Pesé a que Liu QingGe era una persona muy estoica, siempre le preocupaba todo lo que tuviera que ver con su hermano mayor.

–No...no puedo decirte nada —Limpiaba algunas lágrimas que se le escapaban— Pensándolo bien también debí hablarlo contigo pero ya tengo suficientes problemas. Si te cuento te irás también...

–¿Cuando me he ido? Cualquier cosa que me digas lo aceptaré. Todo lo que venga de ti debo de aceptarlo, ¿o como podría llamarme tu hermano marcial? ¿Qué tan malo tiene que ser como para que la bestia haya escapado? Y si él no te acepta, reitero, yo lo haré.

Tenía serias dudas sobre eso. La última vez que dijo la verdad terminó en esa situación pero la determinación en los ojos de Liu Qingge le dio el mínimo de confianza suficiente.

–De acuerdo. Solo...por favor mantén la mente abierta...

Y así, los dos compartieron un par de tazas de té mientras Shen Qingqiu le relataba toda la historia, claro también incluyó detalles que consideró relevantes para Liu Qingge. Éste lo escuchó atentamente como prometió, tenía sus momentos de impresión pero ni así lo interrumpió hasta que terminó la historia.

–Y esa es la verdad...tú también perdóname por no poder decírtelo antes.

–Tienes tus motivos, pero ahora entiendo muchas cosas. –Se sirvió un poco más de té y se lo bebió despacio. –No estaba lejos de lo que pensaba, en que estabas poseído, pero màs bien tu no eras Shen QingQiu. De quién me hice amigo fue de ti porque ciertamente, eso solo comprueba mi teoría de que Shen QingQiu y yo nunca podríamos llevarnos bien. Así que... es un gusto Shen Yuan.

–¿Entonces no estás enojado? ¿Lo dices en serio? —Por unos segundos la luz había vuelto a los ojos de Shen QingQiu.

–Muy en serio, ya te dije que acepto todo de ti y que bueno que viniste a mejorar la reputación de QingQiu. Ciertamente tu eres mejor. –Sin esperarlo, Shen QingQiu se aventó hacia su shidi y lo abrazó muy fuerte. –¿Es... estas bien?

–¡Gracias Liu-Shidi! ¡No tienes idea de lo que significa para mí! —No se detuvo a pensar y sólo lo abrazó. En serio estaba agradecido y se había evitado un problema más. También había pasado por su mente la idea de tener que huir siendo perseguido por el dios de la guerra— Pero...se lo conté a Binghe y ya van varios días que no aparece...—Regresó a su lugar, deprimido de nuevo.

–Si no vuelve, yo estaré aquí para apoyarte, sostenerte y... cuidarte. –Ligeramente sus mejillas estaban teñidas de rojo. Al menos así tendría al fin una oportunidad con Shen QingQiu. –"Ojala la bestia no vuelva, será mejor así." –Pensó para él mismo.

–Es muy amable de tu parte pero no quiero causarte más problemas de los que ya te he causado. Aunque me siento un poco menos culpable ya que te dije la verdad.

–Será un placer conocer más de ti Shen... Yuan. –Inmediatamente su hermano mayor sonrió y eso relajo a Liu QingGe. –Permíteme prepararte algo de comer, se ve que no has comido bien.

–Déjame ayudarte. No me sentiría bien si haces todo solo y...así podría contarte como era mi antigua vida. —Después de tantos días llorando por fin parecía tener un buen rato.

5 etapas para seguir amandote.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora