Aceptación

3.7K 572 101
                                    

Lui QingGe pasó los últimos días a lado de su hermano marcial. Había cocinado, limpiado y siendo un apoyo moral para él. Una parte de él se sentía muy cómodo con la situación y podría llegar a acostumbrarse.

—Shen QingQiu... he notado que tu humor ha mejorado. ¿Te ha servido la compañía de este shidi?

—Si y te lo agradezco... solo que en las noches... –Se mordió los labios para reprimir cualquier amenaza de llanto– Me preocupa ya casi van a ser 6 días.

—Si necesitas que me quede más tiempo lo haré con gusto. —Intencionalmente tomó el dorso de la mano de Shen QingQiu. Evidentemente, esperaba que con el tiempo su relación mejorara y mejor si aquella bestia molesta no volvía a aparecer.

—Gracias pero no podría pedirte eso, tienes que atender tu pico y suficiente paciencia has tenido conmigo y más al enterarte de toda la verdad.

—Por él contrario, yo estoy muy agradecido contigo y deja de agradecer por favor es lo mínimo que puedo hacer por ti.

Justo cuando el señor del pico Baizhan estaba a punto de abrazar a su hermano marcial, la puerta de la casa de bambú se abrió de una manera ruidosa y unos pasos apresurados llegaron hasta la habitación de Shen QingQiu. Él hombre que había entrado se había quedado congelado ante la escena, no dejaba de ver cómo su tío marcial tenía su mano sobre la de su Shizun. La cara se le comenzaba a poner muy roja por la ira pero al mismo tiempo sabía que debía controlar sus instintos asesinos contra Liu QingGe.

La mano de Lui QingGe se alejo de la de Shen QingQiu en cuanto sintió la mirada de aquel demonio sobre él. Volteo a ver a su hermano marcial quien tenía casi la boca abierta por la impresión.

—Shizun... estoy de vuelta. —Dio unos pasos hacia dentro de la habitación. —¿Podemos hablar? —Luo Binghe le dirigió una mirada asesina a Liu QingGe, dándole a entender que debía de irse.

—¿Estás seguro que quieres quedarte solo con esta bestia? Puedo correrlo si así lo deseas... —Sin ninguna intención de irse, solo esperaba la indicación de Shen QingQiu para levantarse y correr a esa persona que lo hizo sufrir tanto.

—Si no le importa Liu shishu, esto es algo entre este discípulo y su Shizun. —Las chispas entre miradas de rabia eran casi palpables, pero ninguno de los dos perdería la cordura ante su persona más importante, no querían causarle más dolor.

Shen Qingqiu había salido de su impresión y ahora se encontraba de pie con la expresión más seria que cualquiera de los otros dos había visto en su vida.

—Liu Shidi puedes retirarte. Yo me encargo de esto –Todo lo había dicho con la misma seriedad que denotaba su cara.

Liu en realidad no se quería ir, pero respetaría toda decisión que tomara Shen QingQiu. Lo que es más, esperaba con todo su corazón que echara a patadas a Luo Binghe. Se levantó, pasó a un lado de ese demonio y antes de salir de la casa miró a Shen QingQiu.

—Si me necesitas, sabes dónde encontrarme. —Finalmente aquella pareja de esposos al fin estaba sola.

—Shizun yo... —No sabía por dónde empezar. —Perdón, Shen Yuan yo lamento lo que hice...

Shen Qingqiu no lo dejó continuar solo empezó a golpearlo con su abanico una y otra vez. De verdad estaba muy enojado.

—¡No se que hice para merecer un discípulo como tu! ¿Qué penitencia estoy pagando? ¡Y aun no he pensado en el castigo que tendrás por haberte desaparecido tantos días! Y yo que me quede aquí esperando a ver si aparecías... ejem...—Retomó su postura sería antes de decir cualquier otra cosa.

—Shizun perdón... Fui un tonto y este discípulo reaccionó de la manera equivocada. Ahora se que todo lo que me contó es porque me ama y quiso sincerarse conmigo. Usted siempre me amo y eso lo demuestra. Es solo que este discípulo no supo cómo reaccionar o como tomarlo. Me sentí vulnerable y traicionado... —Se acercó a su esposo y lo abrazó fuerte. —Solo rezo porque pueda perdonar a este tonto discípulo y permita conocer más de usted como Shen Yuan. —Comenzó a sollozar y a derramar lágrimas sobre las túnicas de Shen QingQiu. —Solo pido su perdón y más aún sabiendo que seguramente sufrió por mi repentina partida. Como esposo fallé, pues lo lastimé cuando juré nunca hacerlo.

—No es necesario que uses mi verdadero nombre. Si alguien que no sabe la verdad lo escucha no habrá una manera lógica de explicarlo —Volvió a golpear su cabeza con su abanico— ¿Estás llorando en serio? Este maestro debería ser quien llorara, fue una pésima actuación de tu parte debería expulsarte o un castigo peor —Estaba resistiendo cualquier impulso de abrazarlo también al menos tenía que mantener un poco de orgullo y ¿Por qué no? ¡No era justo ser el único que sufriera! Su tonto esposo no podía tenerla tan fácil por más que lo extrañó cada minuto de cada día.

—Este discípulo no puede aceptar un castigo como ese. He sufrido estos últimos días y lo menos que quiero es estar más lejos de mi esposo. —Binghe se postró ante su maestro en señal de disculpa. —Aceptaré cualquier otro castigo que le imponga a este tonto alumno.

—No te atrevas a volver a hacer algo como eso de nuevo. No sabía dónde estabas y lo mejor que se me ocurrió fue esperar para saber si regresarías pero los días pasaban y...—Se cubrió con su abanico reprimiendo de nuevo su llanto— Si lo haces de nuevo si te expulsare te lo advierto. Ya levántate.

—¿De verdad no me castigará? —Los ojos de Luo Binghe se iluminaron e inmediatamente se incorporó. —Jamás volveré a irme así Shizun. —Lo abrazó con fuerza y tomando por sorpresa a su esposo. —Shen Yuan, te amo mucho y jamás te lastimaré nuevamente. —Nuevamente comenzaba a comportarse como un cachorro empalagoso.

—No olvides lo que te dije no me puedes volver a hacer algo así jamás —Le devolvió el abrazo, después de todo también había extrañado el simple hecho de tenerlo cerca— No sé si deba decirlo pero...estoy abierto a contestar cualquier pregunta que tengas para mi respecto a lo que te conté.

—Me gustaría conocer todo de ti esposo, quiero conocer que hacías, cómo era tu mundo, tu familia, tus pasatiempos y... ¿Cómo me conociste en tu mundo?

Luo Binghe tomó la mano de Shen QingQiu para volver a la mesa de su habitación y seguir charlando.

—Mi familia...es cierto que no siempre pienso en ellos pero cuando lo hago es con cariño, sí los extraño. Entre menos hablemos de mi vida anterior es mejor creeme —Ni a Binghe le confesaría que realmente era un nini— Y te lo dije...eras mi preferido y todo eso antes de conocer como eras realmente. La verdad es que... transmigrar fue de lo mejor que me pudo pasar en mi vida —Sonrió con calidez ante ese pensamiento.

—Por favor, cuénteme historias de su vida anterior Shizun. —La cara de Luo era como la de un niño ilusionado.

Shen QingQiu en realidad se sentía mucho más tranquilo y contento de saber que su esposo estaba mucho más calmado y que estuviera aceptando la realidad que le tocó vivir. Sabía muy bien que eso haría que su relación se elevara un muchos nuevos niveles.

5 etapas para seguir amandote.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora