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Tomé aquel bolígrafo al tiempo que me sentaba en la pequeña y redonda mesa en nuestra cocina, donde reposaba también su carta que había recibido hace casi dos semanas y a la cual aún no sabía cómo responderle con palabras suficientes como para explicarle lo entusiasmada que me encontraba con su propuesta. El radio sonaba a un volumen bajo mientras una suave brisa se colaba por las ventanas abiertas, eran mediados de Julio, habían pasado poco más de un mes de su partida y ya lo extrañaba con una intensidad desconcertante y ferviente. Recuerdo el día que vinieron aquí, a nuestro hogar, declarando cómo recluta obligatoria a todos los hombres mayores de dieciocho años, y aunque de eso casi un año, no fue hasta hace dos meses que le pidieron presentarse para finalmente hacerlo partícipe de la guerra que se había desatado.

Para él no fue una decisión difícil de aceptar, amaba a su patria y haría lo que fuera para defender las tierras que lo vieron crecer, pero por otro lado estaba yo, quien había sido su recién esposa, no llevábamos ni dos años casados y ya había partido de mi lado, pero creía en su palabra.

"Hago esto por ti, por tu bienestar, cariño mío. Te prometo que volveré cuando menos lo esperes."

Y en verdad deseaba que fuera así.

Miré la carta una vez más y suspiré con una sonrisa de aquellas que sólo la persona a quien más amas en el mundo es capaz de poner en tu rostro. Apoyando ligeramente el bolígrafo sobre la hoja en blanco, me dispuse a trazar la fecha, seguida de un par de palabras cariñosas.

Julio 18, 1915.

"Amor mío, mi Thomas...

Una sensación de tranquilidad, alegría e intriga se instaló en la boca de mi estómago mientras leía las palabras en su carta, ese trozo de papel que había venido en el correo hace dos semanas y me mantuvo despierta pensando en las palabras que podrían describir el torrente de emociones que instaló en mí con sus bellas frases y esos sueños trazados en papel como una promesa, o mejor aún, un compromiso.

"Quiero hacerte mía cada noche hasta que jamás olvides la intensidad de mi amor por ti."

"Voy a besar cada centímetro de tu piel para marcarlo y proclamarte como mía."

"Desnudaré tu alma mientras mis labios se presionan con gentileza en tus mejillas."

"Formemos una familia, ¿quieres? Porque yo seré el hombre más feliz del mundo si me permites tener un bebé contigo."

Y definitivamente quería eso, pero esperaba poder transmitirle mi emoción en un pedazo de papel. La música del radio sonaba a mitad de aquella canción cuando la voz del autor se vio interrumpida y opacada ante la del locutor en la estación de radio, informando la situación de aquella horrible guerra que se desataba en el continente. La Gran Guerra.

—Lamentamos interrumpir esta bella pieza musical pero debemos informarles a todas las familias inglesas, que esperan el regreso de nuestros soldados a casa, lo siguiente —el hombre hizo una pausa al tiempo que ponía mi bolígrafo a un costado de la hoja, con toda la intención de prestar mi completa atención a las noticias—, un pelotón inglés ha caído, desaforadamente no tenemos los nombres de los soldados que lo conformaban pero sabemos que les será informado a las familias que han sufrido una pérdida en el transcurso de este día y el de mañana, también se les otorgará una indemnización a las familias como agradecimiento y honra a aquellos que dieron su vida por nuestra patria. Lamentamos mucho esta pérdida y nuestro más sentido pésame.

Loki & Tom's ImaginesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora