Cinco.

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Buenos Aires-Argentina.

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— ¿Cuántos calzones llevas?

—¿Debes decirlo así? -sonrió avergonzado, bajando la mirada nuevamente hacia su maleta, dejando una de sus camisetas favoritas y cruzándose de brazos luego, frunciendo un poco sus labios al pensar sobre el viaje- ¿Debería llevar "dos maletas"?

La menor se acercó a él, cruzando también sus brazos mientras veía la maleta casi vacía, sonriendo al notar la cartera de utensilios para el baño y cremas para la piel que su chico usaba siempre, cuidando de su cutis mucho mejor que ella.

— Voy a extrañarte. -susurró, mostrando una voz tierna que hizo sonreír al rubio, sintiendo después el agarre en su cintura- Deberías llevar dos maletas si luego viajas a Seúl.

— Podría llevar poco y comprar algo de ropa en California o en Seúl.

— Voto por la opción dos. -alzó su dedo índice y medio, haciendo la seña en "V", siendo bastante tierna para su chico- Y... ¿Le dijiste a tu padre?

La sonrisa del de piel pálida se desvaneció rápidamente al recordar que no había hablado de aquello con su "padre", pero prefirió que este no se enterara, ya que después de esos tres meses él iría al país en donde su chica viviría y en donde su padre le dijo que tenía prohibido pisar. Sin embargo YoonGi no le veía nada de malo el ir al país en donde su madre lo crió antes de haberlos dejado.

— Cariño. ¿Cuándo partirás a Seúl?

— Uh, el viaje dura un día y siete horas, así que pensé en ir está misma noche. -sonrió tiernamente, terminando de guardar unas camisetas de su chico y cerrando la valija- Seguro me dolerá el trasero. -la tierna carcajada de YoonGi la llenó de ternura, riéndose junto a él mientras avanzaban había la sala de estar, arrojándose ambos allí-

— Voy a extrañarte mucho, pequeña.

La menor observó el perfil de su novio, enamorada de esa pequeña nariz, de esos labios tan hermosamente rosados y esos ojos pequeños que hipnotizaban e intimidaban en ocasiones. Min YoonGi, es decir, "Issey Hamada" era un hombre tan hermoso. Sentía que era su tipo por tener muchas cosas en común, por sentirse cómoda a su lado y porque eran muy unidos cuando el tiempo era el suficiente. Entonces se sintió un tanto culpable de que las pequeñas discusiones llegaran a ellos, por querer ser independiente y por sus sueños ambiciosos, pero su novio era tan comprensivo que eso lograba hacerle saber que había elegido bien con quien en un futuro podría casarse.

Se deslizó hasta llegar a él, pasando una de sus piernas hacia el costado y quedando encima de su regazo, viendo lo nervioso que él estaba cuando se acercó un poco más, pasando sus brazos por los hombros anchos. YoonGi creyó que lo besaría cuando sintió la respiración de la menor sobre sus labios, pero solo apoyó suavemente su frente con la suya, haciendo que cerrara sus ojos al igual que ella.

— Pienso cambiar mi look de cabello. ¿Qué opinas?

— Que cualquier cosa te quedará genial. -escuchó la dulce risa de la menor, haciéndole sonreír mientras acercaba sus manos hacia la cintura pequeña, tocando inconcientemente el cabello largo de su novia-

Caótico Deseo|| TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora