Caótico Deseo|| Terminada

Trece.

Jungkook decidió llevar a la menor a la empresa, ya que ambos tendrían que trabajar a excepción de Jimin, que decidió pasar la tarde en su hogar y mantenerse relajado. Ahora mismo se encontraba allí, escuchando la dulce voz de "Bruno Mars" por los parlantes de su equipo conectado a Bluetooth mientras observaba las fotografías que tenía en una pequeña caja, recordando cada escena y sonriendo al recordar lo anticuado que era su ex pareja al tomarle fotos con la Cámara polaroid.

La calefacción de su hogar era agradable, por lo que solo traía puesto una camisa blanca de dos tallas más grande y un boxer Calvin Klein del mismo color. Su cabello negro húmedo por su reciente baño y sin nada de maquillaje en su rostro, sintiéndose libre de no tener que verse tan lindo como cuando salía, aunque su ventaja más grande era: que no necesitaba maquillarse para serlo.

Tomó la copa de vino a un costado de sus piernas, observando la fotografía que sostenía entre sus dedos en donde él estaba posaba como bailarín, entonces se dio cuenta de lo mucho que extrañaba aquellos tiempos en dónde la danza contemporánea era su vida. Y sonrió al recordar la Academia en Busan con sus compañeros ansiosos por ingresar al escenario, sus vestimentas algo descubiertas, pero hermosas y el maquillaje artístico; recordar eso le hizo cosquillas a su corazón. Realmente quería volver a eso y descubrir que aún tenía el talento.

Love on the brain de "Rihanna" comenzó a sonar por los parlantes gracias a la app de Spotify, siendo motivador para que se ponga de pie y empujara su pecho hacia adelante, arqueando su cuello hacia atrás y espalda hacia adelante al volver al suelo en cuclillas, dando tres pasos hacia atrás para luego girar delicadamente con una pierna alzada, sentándose y flexionando un poco sus piernas, girando su cuello mientras sonreía a ojos cerrados, recordando fácilmente aquella coreografía que tanto le costó aprender a sus dieciséis. Entonces se dio cuenta de lo mucho que extrañaba demasiado bailar y que todo esos años lejos de Busan, de la Academia que tanto le había enseñado, fue algo maravilloso.

Se dió cuenta de cuál era su verdadero sueño y estaba dispuesto a retomarlo.

"No dejes de amarme. No pares de amarme. Acabas de empezar a amarme... " sonrió al recordar el momento en que le cantó ese pedazo a YoonGi meses después de haberse conocido y el como esas mejillas poco regordetas se habían pintado de un rosado maravilloso que tanto había adorado de ver. Porque a pesar de aquella apariencia que su ex tenía le hacía ver fuerte e intimidante, por dentro era una persona tímida y amorosa; algo que siempre amó de él, algo que jamás olvidará.

— Seguirá en mi corazón, por más que siga adelante... por más que traté de olvidarlo.

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La de cabellos castaños guardó sus carpetas una vez que el profesor de literatura dio por acabado la clase en la cual había aprobado un exámen corto, ya que el contrato que su aún no-jefa le había dado a la universidad fue aprobada y le darían aquél papel universitario para poder comenzar a escribir ese mismo año, mientras cursaba otros al mismo tiempo. Pensó que eso sería algo difícil, pero si se esforzaba lo suficiente no lo sería o al menos eso creía.

Uno de sus compañeros se quedó observándola desde la puerta, esperándola para ir juntos a la salida y platicar un poco en el camino como venían haciendo desde la semana pasada en la que entró a aquella Universidad. Ambos se conocieron dentro de la empresa y al saber que asistían a la misma les pareció algo realmente genial e interesante, por lo que comenzaron una pequeña amistad solo en esas ocasiones.

Choi Yeonjun estudiaba solo para tener un papel universitario y una carrera diferente, si es que su vida de Ídolo llegaba a acabar en cualquier momento, sintiéndose genial de que Lucía también tomara esa clase y le haya ayudado a escondidas con algunos puntos de aquél exámen, haciéndole prometer que leerían una composición que realizó para su grupo.