Rose y sus amigas se preparaban para asistir a un club cerca del hotel, usando vestidos cortos y ajustados para dar una apariencia más elegante, pero coqueta a la vez. Jisoo y Hwasa estaban algo molestas con la de cabellos rubios por su atrevimiento de coquetearle a Taehyung, pero, ¿qué podían hacer? Cuando le gustaba alguien era capaz de todo y siempre ignoraba las palabras de advertencia que ellas les daban. Ahora mismo se colocaba un labial rojo y soltaba su cabello largo, escuchando el insistente golpe en la puerta por parte de alguna persona molesta. Fue la de piel morena que decidió abrir, tensándose completamente cuando visualizó a Lucy que ni siquiera correspondió a su sonrisa tímida.
— ¿Esta es la habitación de Rose? -su tono de voz era hostil, haciéndole saber a la morena que no venía en son de paz, preocupándola a que algo pasara entre las dos, pero cuando estaba por decirle que se habían equivocado la rubia decidió acercarse-
— ¿Quién molesta a esta hora? -su falsa sonrisa se formó en su rostro cuando vió a la menor, queriendo reírse de su peinado tan de niña y su vestimenta adolescente- ¿Qué quieres?
— Hablar contigo.. A solas.
— No puedo; con las chicas planeamos ir a una discoteca, así que.. Adiós. -quiso cerrar la puerta en su cara, pero la menor fue más astuta y empujó hábilmente la puerta, sorprendiendo a la de cabellos rubios por su fuerza, haciéndola sentir más débil cuando le sonrió con superioridad por unos segundos- ¡¿Quién te creés que eres para venir a molestar y obligarme a hablar contigo, perra?! Vete ahora, que ya tenemos que irnos.
— Me importa un carajo que tengas que irte. -volvió a golpear con su puño la puerta de entrada a la habitación y hablando siempre con el mismo tono, asustándola un poco de lo que pudiera hacerle, de lo que le esperaba si no obedecía- O hablas conmigo o te rompo la nariz; elige.
Lucy jamás había actuado de esa manera con alguien, pero la verdad es que esa chica no tenía agallas para enfrentarla después de haber tocado y coqueteándole a su novio; no dejaría pasar eso, porque sabía que el problema aquí era Rose y no Taehyung o ella en su relación. Tal vez su forma de pedirle que hablaran era un tanto brusca, pero ya no quiso ser amable cuando trató de cerrarle la puerta en la cara a esperar que se vaya y ella no fue hasta allí por nada; pudo haberse ido con Tae a la cena con los demás y fingir que nada pasaba como siempre ocultaba sus emociones, pero prefirió ir a hablar en son de paz con la más alta aunque por dentro ya quería darle un buen golpe que no serviría más tarde. No valía la pena ensuciarse las manos, ¿no? Bueno, tal vez un poco..
Rose había aceptado al final, pero no quería hablar en su habitación ni en la de la menor; le pidióue que fuera donde estaba la piscina del hotel. Tenía su palabra de que iría, por lo que se quedó esperándola unos minutos en esa reposera genial, observando el agua cristalina de la piscina. Después de esperar unos treinta minutos más la vió llegar con una chaqueta que tapaba sus hombros descubiertos por ese vestido ajustado, haciéndose la pequeña e inocente frente a algunas personas que pasaban por allí.
— Ya estoy aquí. ¿Qué quieres? -se sentó en la reposera frente a ella, desviando su mirada hacia otro lado como si no prestara atención-
— ¿Qué quiero? Que dejes a mi novio en paz; eso quiero. -al recibir por completo su atención decidió sentarse otra vez, para no parecer amenzante estando levantada- Ya deja de insistir en querer estar con él, porque no te hará caso; pierdes tu tiempo ofreciéndote a alguien que ya tiene pareja y solo te humillas a ti misma como mujer.
— ¿Que yo me humilllo? -su risa sarcástica logró molestarla un poco- Por favor; Taehyung es el que se humilla estando con una niña de veinte como tú, cuando puede tener a una mujer de su edad como yo y mucho más atractiva, de su clase y sobre todo: de su misma nacionalidad.
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Caótico Deseo|| Terminada
Fanfiction"Como el Ying y el Yang que están destinados a estar juntos. Como la rosa y sus espinas que son difíciles de cortar. Como Saturno y el anillo que jamás lo abandonará o como los Cisnes con su amor verdadero. Así se sentía Jimin, y su amor eterno haci...