Setenta y ocho.

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Jimin terminó de colocarse esa camisa negra, dejando unos tres botones sueltos para exponer un poco su pecho, haciendo visible su cadena de plata y ese lunar en su clavícula. Se colocó unos aretes de argolla mientras veía por el espejo a su novio el cual acordonaba sus zapatos y se levantaba de la cama para acomodarse la camiseta oscura que optó para asistir a ese club nocturno al que irían todos juntos. El menor se sintió algo triste de que YoonGi no le dirigiera la palabra en todo el día después de la discusión con Seokjin; sabía que estaba molesto porque su ex-novia recibía tanta desconfianza de los demás e incluso él mismo se sentía incómodo por todo, ¿pero por qué se molestaba con él? No tenía la culpa de lo que estaba pasando..

Pero le había creído a Seokjin..

—¿Por qué no usas la cadena que te regalé?

No sabía cómo tomar una conversación con su propio novio que se le ocurrió preguntar eso al ver que no llevaba la cadena que él le había obsequiado. Lo observó bajar la mirada hacia su pecho unos segundos para después conectar sus miradas, sin intenciones de colocarse el accesorio.

— No quiero usarla esta noche; espero que no te moleste.

¿Por qué le hablaba cómo si fueran simples amigos y no con el cariño con el que siempre se dirigía a él? Duele..

— Iré a ver a los demás. -habló de nuevo al ver que el azabache se quedó en silencio observándolo- Estaré en la habitación de Taehyung; cuando estés listo, ven.

— Claro.. -sonrió con falsedad, jugando con sus dedos mientras veía como su novio salía de la habitación no sin antes tomar la chaqueta de cuero que dejó sobre la cama que compartían-

Se sentó sobre el pequeño sofá de la habitación con un pesado nudo en su garganta, haciendo presión en sus rodillas al sentirse terrible por la forma en la que YoonGi le hablaba y la manera en la que lo ignoró en toda la tarde hasta ahora. ¿Se lo merecía por desconfiar de Lucy? ¿Era eso? Ahora que lo pensaba, realmente fue un estúpido por pensar que el de cabellos rubios sería capaz de volver con ella cuando la había dejado por él.
Cerró sus ojos con fuerza, queriendo que las cosas volvieran a ser como antes y solo él podría remediar eso si volvía a confiar. Debía confiar en ella, ¿no? Después de todo, la menor lo dejó ser felíz con el hombre que amaba anteriormente y ahora tiene un romance que florece con el tiempo, ajena a ellos y a lo que pueda pasar..

Si, debía hacer las cosas bien.




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La sonrisa boba de Kim Taehyung se debía a la belleza de su novia con ese vestido negro con escote y ajustado que le quedaba hasta en medio de sus muslos, con un corte sobre la zona derecha para más movilidad y le quedaba tan bien que podría tomarla allí mismo, y olvidarse de la maldita fiesta, pero sus pensamientos calientes acabaron en el momento en que escuchó las quejas al verse en el espejo, por lo que decidió acercarse detrás de ella y posar sus manos sobre los hombros pequeños de su chica, observándola por el espejo con una sonrisa comprensible.

— ¿No te gusta el vestido?

— No es el vestido, sino las piernas..-susurró débil, observando sus muslos que volvían loco a su novio, pero para ella eran desagradables, sin embargo, sus pensamientos negativos se desvanecieron cuando sintió su piel erizarse por el deslizamiento de las manos ajenas sobre sus piernas-

— Tus piernas me vuelven loco. -sus manos subieron hacia sus caderas, quedándose allí unos segundos sin dejar de verla por el espejo, notando su cambio de expresión a una que lo embobaba al saber que disfrutaba de su suave toque- Usa el vestido, nena; podré tocarte más fácil cuando estemos sentados en el club o bailando..

— Taehyung...

Su voz juguetona le hizo sonreír de lado, logrando que ladeara su cuello para dejar un beso en su piel como una gota de agua sobre lava ardiente. Se sorprendió en el momento en que sintió aquel bonito trasero apoyarse contra su pelvis y el como los brazos subieron hacia su cuello para sostenerse mientras arqueaba un poco su espalda con el deseo de que la tocara otra vez. Decidió rodear su brazo sobre la cintura pequeña, pegándola más a su cuerpo mientras que su mano izquierda se deslizaba del abdomen de su chica hacia en medio de sus senos, dándose cuenta de que no traía brasier y escuchando ese jadeo junto a una pequeña risa traviesa cuando notó que ya estaba erecto.

— Quiero que me dejes con las piernas temblando.. -susurró sobre su cuello, erizándole la piel con su tono seductor y en la manera en la que acariciaba su cabello oscuro- Mmh, quiero que me rompas completamente..-jadeó cuando el mayor llevó su mano hacia su cuello, sorprendiéndolo una vez más cuando notó que le gustaba eso.. que la tomara por el cuello-

¿Que su novia era más caliente que él? Mmh, pues si.. Incluso ella misma tomó la mano que posaba en su cintura para llevarla a su seno, queriendo que lo apretara y sonriendo cuando él lo hizo. Estaba volviendo completamente loco a su novio y si no se detenía ahora probablemente ni lleguen a ese maldito club.

Ah, de todos modos no querían ir.

Sus manos apretaron esos senos medianos con insistencia, escuchando como la respiración de Lucy irregulaba por el deseo de ser suya y él mismo se sentía sofocado por tanto estorbo de la ropa, por tanto calor; quería fóllarsela y ella quería que lo hiciera. La volteó rápidamente para tomarla de las piernas, notando su expresión embobada por su causa y la besó con tanta necesidad, abriendo sus bocas con hambre mientras él retrocedía con ella rodeándolo con sus piernas, cayendo sobre el colchón para después ver como la menor se separaba para quitarse el vestido con la misma facilidad que una camiseta, sonriéndose con tantas ganas de ser uno solo y mandando al diablo esa noche de amigos. La apretó contra su cuerpo en el momento en que volvió a besarlo, sintiendo sus senos sobre su pecho y el como había metido la lengua a su boca para pelear con la suya y le apretó el trasero con insistencia, recibiendo unn gemido tan melodioso y apetitoso.

— Demonios..-maldijó una vez que se separó para respirar un poco, viendo su boca entreabierta, sus ojos profundos y su cabello revuelto que sin dudas era la imagen más perfecta que presenció- Eres tan rica..

— Entonces, pruébame ya.. -sonrió al morderse el labio, volviendo a besarlo para después ser ella quien estaba debajo, sintiendo la mano en su mandíbula tan bien que quería más presión- Tus manos son mi perdición.. -susurró en medio de ese beso que bajó su intensidad, porque Kim quería ser más lento y tortuoso- Te odio por esto.. ¡Mmh!

Su labio inferior fue mordido y nunca había sentido tan bien que él la mordiera así.

— Tan pequeñita y de veinte años, pero eres toda una Leona..

— Puedo ser lo que tú quieras.. -susurró antes de recibir otro beso, abriendo lentamente sus ojos mientras subía una de sus piernas hacia la cintura de Taehyung- Tu chica, tu puta, tu amante, todo..-sus dedos jugaban con la tela de su camisa blanca, amando esa intensidad con que él la observaba, porque sabía que sentía lo mismo que ella y eso era tan perfecto- Hasta maullar por ti sería un placer..

La sonrisa arrogante y cargada de deseo era todo lo que quería ver esa noche, haciendola sonreír  y gemir cuando esos labios bajaron hacia su pecho, atrapando entre sus dientes su pezón izquierdo con la certeza de que le gustaba eso, lamiéndolo después como si fuera un sabroso dulce, sintiendo el apretón en su cabello por parte de su caliente chica y cuando estuvo a punto de meter su mano para tocar su preciada vagina la puerta de su habitación fue tocada con insistencia. Quiso ignorar a quien sea que estuviera interrumpiendo, siguiendo con el trabajo de estimular aquellos preciosos senos y cubrir la boca de su ruidosa mujer, pero la voz de YoonGi los hizo detenerse rápidamente y observarse con el miedo a que hayan escuchado lo que estaban haciendo, aún así y no fuera algo malo..

— Estamos todos aquí, ya habre.

— Es nuestro último día. Tae y Lucy, abran la puerta~

— Si no habres lo haré yo. -la voz alegre de Jeon se hizo escuchar-

— Mierda.. -se susurraron, decidiendo por levantarse y acomodarse la ropa de nuevo, pero despertaron más la curiosidad de sus amigos cuando el pelicastaño resbaló y cayó al suelo, siendo inevitable que su novia se carcajeara-

Sin dudas se había arruinado su momento íntimo, pero las risas no faltaban, ¿no?

— Debí fotografiarte..

— ¡Ja! Qué gracioso..

Caótico Deseo|| TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora