VIII

2 0 0
                                    

¿Libertad?

Durante el trayecto de vuelta al comedor —y mientras sentía que el corazón se me iba a salir del pecho con cada paso que daba.— el doctor me estuvo explicando lo que yo ya había supuesto.

— Quería informarte de que debemos repetir la última prueba, ya que como sabes el sedante te hizo una mala reacción y no pudimos finalizarla.

— Claro —respondí con la amabilidad más falsa que había tenido en mi vida.—, ¿cuándo serán?

— El lunes, tras la conferencia con el presidente.

   Intercambiamos varias palabras hasta llegar a nuestro destino, en el cual él se dirigió a a la mesa de Hero y yo volví al lado de Anthony, quien me estaba mirando con el ceño fruncido.

— ¿Y Evelyn? —pregunté al no verla ahí.

   — Ha ido a por más agua —señaló a la pelirroja con su cabeza, la cual se encontraba en las mesas donde ponían la comida— ¿Qué ha pasado? —habló esta vez en un tono más bajo.

   — Más tarde hablamos —le respondí en el mismo tono.

   Desde que tomé asiento, mis ojos no pudieron apartarse de la charla que mantuvieron el doctor y el pelinegro, que fue tan breve y concisa como la mía.

   Cuando el señor Zeman se marchó del lugar, Hero me dio una breve mirada de "te lo dije".
 
   — ¿Qué se traen ambos entre manos? —soltó repentinamente Anthony.

    — ¿Quiénes? —preguntó Evelyn mientras se sentaba frente a nosotros— ¿Qué me he perdido?

— Está bromeando —dejé escapar una risa falsa— Anthony dice que el doctor quiere algo conmigo ya que me debe repetir las pruebas médicas.

   Ese fue el tema de conversación durante lo que restó de cena. Evelyn no descubrió la mentira en mis palabras y nosotros dos nos encargamos de continuar con la farsa.

Al llegar de nuevo a la habitación, mientras todos estaban demasiado metidos en sus propios asuntos, Anthony se sentó a mi lado en la cama.

— No quiero ser insistente... —comenzó a hablar mirando su regazo— pero después de lo que me contaste anoche creo que estoy sobrepensándolo todo.

— Es normal —suspiré apoyando mi espada en la pared— aquí pasan cosas muy turbias y a nadie parece importarle.

— Quiero ir contigo y verlo con mis propios ojos. —soltó de repente.

Por un momento me quedé en shock, ¿volver al sótano de los horrores? Eso sí no entraba en mis planes, al menos no por ahora sin tener un plan premeditado. No sabía si la segunda vez tendría tanta suerte de no ser descubierta como la primera.

Quería averiguar lo que sucedía en este lugar, en esta nueva realidad, pero debía recabar más información.

— Primero debemos buscar más información acerca de este lugar —comencé a hablar en un tono más confidencial— acerca de las personas que trabajan aquí, los horarios, si hay cámaras o micrófonos...

El nuevo mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora