IV

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Aren consiguió mucha ropa nueva que luego tuvo que guardar en un armario de Yuta, obviamente este último se rehusó en un principio y tuvo que ceder, porque no había otro lugar para poner sus cosas.

Mientras paseaban, muchas abuelas quedaban mirándolo y felicitandolos por tener una familia y un lindo hijo. El nerviosismo al escuchar a una de las señoras poseyó el cuerpo de Yurina que no supo que decir, pero Yuta fue el encargado de responderles a todas ellas, agradeciéndoles, tal como hizo con aquel hombre en el elevador.

—¿Que estás haciendo?

—Carajo, me asustó señor Lee— ella dijo saltando en su lugar por la repentina aparicion de Mark en la oficina.

—Perdón, no quería hacerlo—él rió, otra vez estaba tomando cafe—. Llámame Mark, ya no más señor Lee, no eres mí secretaria.

—Desearía serlo—confesó volviendo a hacer lo que estaba haciendo.

Antes de que Yuta la llevara a su casa, se encargó de pedirle todos los papeles que Aren había traído consigo cuando llegó. Primero, tenía que seguir con la investigación y segundo, tenía que inscribir a Aren para que asista a una escuela. Quince días sin educación podría ser una pérdida muy grande.

—Estoy organizando los papeles de Aren, necesita ir al colegio—Mark asiente antes de empezar a hablar.

—Es una ternurita.

—Siendo honesta, me sorprendes. No sabía que te gustaban los niños, y menos después de escucharte decirle a Yuta que podía simplemente desecharlo en un orfanato si la prueba salía negativa.

Él toma un sorbo y la mira con una sonrisa.

—Por que yo sé muy bien que esa prueba va a salir positiva y que mí amigo va a tener de cuidar de él.

Lo miró por unos segundos, él estaba muy seguro de eso, tanto que podía apostar con cualquiera gran cantidad de dinero sin miedo a perder.

El celular de Mark empieza a sonar, mira la pantalla y frunce el ceño al ver que era Yuta, Yurina dejó de prestarle atención pero al escuchar el nombre de su jefe salir por la boca de Mark, hizo que se detuviera a oír la conversación. En estos momentos, debería estar en el laboratorio extrayendose sangre, ¿por qué llamaría a Mark?

A pesar de no estar en alta voz, ella podías escuchar del otro lado de la línea gritos y llantos, algo estaba yendo mal.

—Hey, necesito un poquito de ayuda aquí— el japonés dice, por su tono de voz, estaba visiblemente estresado.

—¿Que está pasando?

—Aren no quiere sacarse sangre, he intentado de todo, y dice que te quiere a ti

—Ahí voy— Mark termina la llamada y bufa—. ¿Tienes la dirección del laboratorio en donde está Yuta y Aren?

La secretaria asintió y rápidamente se la envió por mensaje, sin preguntar qué estaba mal, aunque le pareció raro que no la haya llamado a ella pidiendo ayuda.

—¿Esta eres tú?— él pregunta tomando un dibujo del escritorio, Yurina emitió un sonido para confirmar. —¿Y esto es una cucaracha? —la confusión tiñó su cara.

—Sí, es Yuta.

El tipo soltó una carcajada antes de irse.

Mark llegó todo desorientado al lugar, hasta que en una esquina vió a su amigo golpeando rítmicamente el suelo con su pie y sus brazos cruzados a la altura de su pecho. No tenía una buena cara y él no lo vio hasta que Aren corrió y abrazó fuerte sus piernas, con lágrimas en los ojos. Mark lo levantó y se acercó a Yuta.

¡Sorpresa! » nytDonde viven las historias. Descúbrelo ahora