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𖥸𖥸𖥸

-No... no lo entiendo.- dijo este mientras leía la nota que acababa de recibir.- Por qué?

Fred sin duda estaba de los nervios... como que "todo estaba bien" pero no lo estaba? Es que ella necesitaba ayuda? No lo comprendía.

Ahora... su otra parte soñadora gritaba sin parar pues ella lo seguía amando. Él aún era importante para ella...

Se sentía tan bien... por un momento, el pelirrojo había olvidado el trabajo y tenía una gran fila de personas que querían comprar sus productos.

-Fred!?- le empezó a decir George, cuando este vio la carta suspiró para tranquilizarse.- Sabes? Por qué no te tomas un descanso? Yo me ocupo de esto.

Fred no contestó, solo subió a la azotea del edificio con una pluma y papel. Pensaba escribirle algo bonito para que ella viera que en realidad si que era importante para ella.

Ha sido un día largo y estoy tratando de averiguar la forma en que esas palabras salieron de tu boca para escribirlas.

Si esto es amor, ¿por qué me duele tanto?

Y a pesar de que no se tu nombre, en este momento siempre lo he sabido, eres la otra mitad de mi corazón.

Fred sonrió satisfecho y una sonrisa divertida apareció en su rostro al ver lo cursi que podía llegar a ser.

Miró la lechuza marrón de ojos verdes quien ya lo miraba con ojos grandes. Frunció el ceño mientras le entregaba la carta para enviarla.

La criatura salió volando y fue cuando Fred se dio cuenta de lo tonto y ciego que había estado.
-May?- dijo este mientras veía como el animal se alejaba volando con su carta.

Aquella lechuza era de May, su amiga Hufflepuff de Hogwarts... aquella chica tímida del salón que prefería esconderse leyendo mientras escuchaba como George y Fred explicaban una de sus tantas bromas.

Ella era su chica de las cartas. May era la chica de las cartas... y estaba dispuesto a encontrarla.

Eso, si aún le quedaba tiempo.

letters to oblivion (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora