Cap 17: Un nuevo amanecer

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Ian salió de la casa cojeando y se dirigió a su coche, buscó en la guantera y cogió el revólver auxiliar que tenía para las emergencias. Seguía diluviando con fuerza y descubrió que en el suelo había algunas pisadas en el barro. Después de cinco minutos siguiéndolas llegó a un puente donde se perdía el rastro.

-¡Aquí me tienes! Soy yo al que quieres.

Ian siguió avanzando por el puente hasta que un sonido de disparo y un fuerte dolor en el hombro le hicieron caer contra el suelo. Se intentó incorporar cuando vio una silueta que poco a poco se acercaba.

-Pudiendo salvar tu vida... ¿prefieres perderla por Olivia y su hijo, que no son ni siquiera tu familia?

-Es que ya sé que pasa, Adolfo, sé por qué te culpas. Siempre has estado muy equivocado: no fue ella... no era tu madre la que no te quería.... sino tu padre.... Para él hubiera sido más fácil si no hubieras nacido, pero, ¿sabes lo mejor?

-¿Qué?

Ian empezó a reírse a carcajada limpia mientras el agua empezaba a calarle en la ropa. Adolfo siguió avanzando mientras apuntaba la cabeza del inspector.

-Que en esta partida de ajedrez siempre has ido por delante. Sabías las jugadas que íbamos a hacer... pero al final del juego el azar se ha adueñado de tu partida. Y aquí... yo te doy ¡Jaque mate!-Gritó mientras sacaba el revólver de su bolsillo y asestaba un impacto certero en la cabeza de Adolfo, quién cayó de rodillas y finalmente estampó su cara contra la mojada madera.

Ian respiró profundo y se tumbó sobre el frío suelo. Comenzó a llorar desconsoladamente cuando a lo lejos empezó a escuchar las sirenas de policía. Lo había conseguido: el espantapájaros había caído y él había salvado la vida de las dos personas más importantes de su vida.

Unos minutos después, que para Ian fueron eternos, llegaron dos agentes de policía que lo ayudaron a llegar a la ambulancia, mientras otros acordonaban la casa y los forenses recogían el cuerpo sin vida de Adolfo. Benjamin junto a Olivia se encontraban dentro de otra ambulancia recogidos de la lluvia y el frío. Tras el cristal Olivia le mandó un pequeño gracias a Ian.

Unos días después

-Buenas tardes, ¿Ian Torres?

-Buenas, se encuentra en la planta tercera, habitación ciento cuarenta y cinco.

-Muchas gracias.

Olivia y Benjamin entraron a la habitación del hospital donde se encontraba Ian Torres.

-¡Ian!-Gritó Benjamin mientras se abalanzaba a los brazos del inspector.

-Cuidado, Benjamin, ¿qué tal estáis?

-Bien, nos encontramos recuperándonos de aquel día.

Tras una hora de hablar, Olivia mandó a Benjamin a por dos cafés con leche y aprovechó para hablar con Ian. 

-Ian, tengo que contarte una cosa.

-Algo me dice que no son buenas noticias.

-Agradezco todo lo que has hecho, incluso estaré eternamente en deuda contigo, pero...

-Ya sabes que cuando hay un "pero", lo anterior dicho no tiene valor.

-Nos vamos a ir a Buenos Aires. Creo que es lo mejor para Benjamin.

Ian sonrió mientras cogió la mano de Olivia y susurró.

-Adelante, yo estaré bien. Necesitáis volver a empezar, pero prométeme que Benjamin será siempre el primero en tu lista de prioridades.

Olivia asintió y se juntaron en un cálido abrazo. Cuando Benjamin entró Olivia se secó las lágrimas de la cara y dejó sitio para Benjamin.

-¿Cuándo te dan el alta, papi?-Preguntó Benjamin.

El espantapájarosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora