Cap 18: El nuevo Ian Torres

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Llegó diciembre y los campos se extendían desnudos y parduzcos bajo la luz de los coches que circulaban por la ciudad.\\ En el interior de las casas las personas se acervaban las unas a otras, y una vela solitaria en la mesa del comedor de la comisaría anunciaba el primer domingo de Adviento.

Ian se detuvo en la puerta, Gustavo todavía estaba sentado en el sillón de jefe de comisaría devorando junto a su ayudante una caja de donas.

-¡Amigo mío!-Gruñó Gustavo cuando vio al inspector.

Ian entró, se inclinó, le dio un abrazo a Gustavo y le estrechó la mano a Jorge.

-Tienes mejor aspecto que la última vez-Dijo Ian.

-Dicen que me van a jubilar antes de Navidades - Sonrió Gustavo antes de mirar la mano de Ian - Vaya garra diabólica. ¿Qué te pasó?

-Gestas de guerra.

- Un buen recuerdo. - Gustavo sonrió.

-¿Alguna novedad sobre Adolfo Ruth en los tribunales?

-No, la jueza lo va a declarar como enfermo mental, lo que no tendrá ninguna relevancia para la clausura del caso.

Ian asintió la cabeza y dio unas palmaditas en la espalda a Jorge, agradeciéndole el gran trabajo que hizo durante la persecución en la llamada por teléfono.

-¿Qué tal les va a Benjamin y Olivia?-Preguntó Jorge.

-Sorprendentemente bien-Sonrió Ian.

* * * * *

Ian subió las inclinadas pendientes que conducían desde el hospital hasta su apartamento. En ese instante empezó a notar la vibración del móvil. Lo sacó y observó que era Olivia quien lo llamaba.

Hacía fresco y el sol brillaba débilmente desde un cielo azul pálido. El inspector empezó andar por el lago mientras hablaba por teléfono con Olivia.

-¿Cómo te encuentras?

Se detuvo en la orilla a contemplar a una pareja de cisnes que pasaron a su lado flotando inmóviles y silenciosos por la superficie gris.

- Algo mejor, supongo que con el paso del tiempo iré acostumbrándome a esta nueva vida. ¿Cuándo supiste que Benjamín era mi hijo?

- Yo supe desde el primer momento quién era el padre de Benjamin-Dijo ella-Pero todavía no sabía que estábamos esperando un hijo cuando mi ex se enteró de que estaba embarazada.

Ian se llenó los pulmones de aire fresco. Lo notaba como agujas, sabía a invierno. Cerró los ojos dando la cara al sol y se preparó para escuchar.

-Cuando lo descubrí, él ya había elegido. Se había marchado de México y regresó a Chile. Yo tenía dos alternativas. Darle al niño un padre en México que lo quisiera y lo cuidara como si fuera suyo, mientras creyese que era suyo, o no darle ningún padre. Era absurdo. Ya sabes lo que opino de las mentiras. No tenía elección, a lo que se suma que era todavía demasiado joven. ¿Qué vida le hubiese quedado a Benjamín?

-Comprendo-Dijo Ian-Lo comprendo todo.

-¿Crees que es verdad lo que dicen de los cisnes?-Dijo él-¿Que son fieles hasta la muerte?

-¿Qué opinas tú, Ian?

- No creo en esas cosas, pero si me gustaría que pudiésemos empezar de nuevo- Ian suspiró - Fingir que no ha pasado nada.

-Lo sé.

-Pero también sé que no puede ser.

Ian se dio cuenta de que había conseguido ajustar el tono de voz de modo que pareciese una constatación, pero también que la duda palpitase en el fondo.

-He pensado irme de viaje-Dijo él.

-¿Ah, sí? ¿Adónde?

-No lo sé. No me busques. Y mucho menos en el sur de África.

-¿El sur de África? 

- Es de una película, en la que la mujer le dice esa frase cuando se va de viaje.

- ¿Y cómo termina la película?-Preguntó Olivia- ¿Se vuelven a encontrar?

-Por supuesto.

-¿Cuándo volverás?-Nunca-Dijo Ian-No volveré nunca.

El espantapájarosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora