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-Hey, creí que no vendrías, te ves algo raro, ¿Pasa algo?

-Es que no iba a venir. La misma mierda de siempre, no lo sé, me pesa.

-Va, oye, que no es para tanto, no te maltrates pensando tanto, distráete, come, mira todo eso, podríamos salir, o escaparnos, con Alex, o Dave, si quieres, y nos arreglamos con un par de tragos.

-No estoy de ánimos, Damon, en serio.

-Por favor, Grah, sabes que siempre puedes sentirte mejor si intentas cosas nuevas.

-Hoy no, Damon, fin de la conversación.

-No te entiendo, intento ayudar.

-¿Cuál es tu problema, eh?, ¿Puedes dejarme en paz ahora? No es buena idea seguir hablando, de verdad, me estás cansando, Damon, no quiero y ya está, déjame solo.

-Pero qué puta mierda has de haber desayunado esta mañana para estar así. Dios, si sólo quiero ayudarte. Búscame cuando tengas una razón para tratarme mal, carajo.

"Como si fuera mi puta culpa" murmuró Damon para sí mismo, alejándose de su compañero y caminando hacia la mesa con comida, tomó una copa de vino, mientras presenciaba la mirada juzgona de su madre.

-¡Alex! Queridísimo, ¿Dónde te has metido, eh? Ven aquí, ven aquí.

Graham había pasado las últimas horas de pésimo humor, detestaba verle la cara a su padre y no sentirse suficiente, él siempre sería el héroe del pueblo, siempre sería el hombre ejemplar y Graham... Graham siempre sería "el hijo de", no sólo eso, él sabía que podía contar con su padre, le tenía mucha estima, eran bastante cercanos, y aunque su padre no le exigiera mucho, Graham se sentía en deuda, se le rompía el corazón al verlo llegar cansado cada día y aún así siempre dispuesto a ayudar. Mientras él, él no soportaba nada, se molestaba con facilidad, no era ni la mitad de su padre, le daba problemas a su madre y discutía por lo más mínimo. Era inteligente, era artístico, ¿Pero eso de qué servía en un lugar como ese? Sobre todo si aportaban a su imágen como una femenina.

Era un buen chico, pero eso no era suficiente.

Graham Leslie Coxon se exigía todo lo que su padre no le exigía y más, no quería ser mejor que él, sólo quería sorprenderlo. El señor Coxon no era alguien de muchas palabras, era alguien más bien calmo y de movimiento lento, Graham no aspiraba a ser como él, era imposible con sus movimientos ansiosos y nerviosos, de actitud algo mezquina e incómoda, sólo quería hacerlo feliz, verlo enérgico y ser el responsable de ello.

Como si no fuera suficiente, ahora lo mortificaban las situaciones con Damon, ¿Qué diría la gente? No solía dudar de su padre, pero no quería manchar su reputación, su apellido, ¿Qué pensarían del hijo "maricón" del militar honrado del lugar? Incluso podrían juzgar a su padre de haberlo criado mal. Nadie podía enterarse de aquello, nadie; quizás incluso era mejor si él mismo pretendía no haberme enterado, quizás debía cortar toda comunicación con Damon.

Había estado intentando convencerse a sí mismo sobre que no era más que una especie de juego, pero el no tener idea de cuántos más habían hecho algo parecido, simplemente le impedían ver aquello como una casualidad. No podía convencerse de que no era nada, no conocía otros amigos del mismo sexo que se hubieran besado, ni siquiera que se hubieran tomado la mano, o que hubieran hecho algún chiste al respecto, de hecho, no recordaba haber oído una palabra sobre el tema que no fuera un insulto hacia alguien que claramente no era homosexual. Que él supiera, los amigos no se besan de broma, mucho menos seriamente, y si Damon no era su amigo, entonces era un conocido, o un desconocido, y alguien no cercano no debía obtener tanta atención suya. Porque un amigo no lo besaría, un amigo no hacía esas cosas.

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⏰ Última actualización: Dec 28, 2024 ⏰

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Dear Damon - GramonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora