Disfruta de las noches de verano.

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     -   ¡Despierta Hanna! -los gritos eran de Dana, y me desperté sobresaltada.
    -   ¿Qué hora es? -tal vez Dana había comido ya o algo, solo sabía que yo aún no, y serían ya las cuatro o algo así.
    -   Son las siete de la tarde tía. -me dijo Dana con cara de pocos amigos.
- ¿¡LAS SIETE!? He quedado con mi tío y unos amigos suyos a las ocho, no me va a dar tiempo a nada.
Empecé a ponerme nerviosa y a dar vueltas por el salón. Fui hacia mi habitación y vi que Dana me seguía.
    -   ¿Te vas? Pensaba invitarte a cenar, que mañana me voy después de comer y no te veo en un mes.
Había olvidado que Dana se iba mañana, pero ya no podía decirle que no a mi tío.
    -   Lo siento Dan, pero ya no puedo decirle que no a mi tío. Si quieres puedo intentar salir antes del curro y te invito a comer, ¿quieres?
    -   Está bien, -dijo Dana pensativa. - ¿quieres que te ayude a prepararte para esta noche?
La verdad es que me vendría de perlas, a Dana se le daban mucho mejor estas cosas que a mi.
Antes de decirle que si, ella debió de ver mi cara de pánico ante la situación, porque se dirigió hacia mi armario directamente.
Tardamos poco en elegir el conjunto y al final nos decantamos por una falda ajustada negra y un top blanco muy bonito. Me puse mis Nike blancas altas, ya que yo media 1'62, y todo lo que me ayudase con el tema altura era bienvenido.

Dana me miró con aprobación y añadió:
    -   Llama a tu tío para preguntarle el sitio, que yo te llevo.
Dudé un momento, pero a la vuelta podría dejarme mi tío en casa o podría llamar un taxi, así que accedí, ya que me sentía mal por no haber podido pasar la noche con ella.
    -   Está bien. ¿Estarás en casa luego?
    -   No lo se, pero no llegaré muy tarde. Voy a avisar a unas amigas para cenar con ellas, y si me esperas despierta podemos vernos la última peli de Crepúsculo que nos queda. Seguro que Jacob está aún más bueno en Amanecer.
Me reí ante su último comentario, y accedí encantada, ya que me encantaban esas películas, y cuando se las enseñé a Dana se enamoró de ellas tanto como yo.

Llamé a mi tío, que me dio la dirección del restaurante, y al final sólo llegué unos cinco minutos tarde.

Dana me había dejado en la puerta y no se fue hasta que no vio que localicé a mi tío en la puerta.
La verdad es que habían elegido el peor lugar de todos para esperarme, ya que la zona estaba llena de colillas y al estar al lado de la entrada molestaba un poco el barullo de la gente.

Me acerqué a ellos y vi que el supuesto hijo de los amigos de mi tío no estaba con ellos, lo cual me decepcionó un poco, ya que esperaba poder estar con alguien de mi edad esa noche.

    -   ¿Qué tal todo Hanna? -me preguntó Valeria cuando me vio llegar. Esa mujer me había caído muy bien, la verdad.
    -   Bien, casi no llego a tiempo para cenar. -bromeé.
    -   No te preocupes, aún estamos esperando por mi hijo, que me ha escrito hace nada diciendo que estaría aquí en unos cinco minutos.

Entonces sí que iba a venir, era un alivio, la verdad. No es que no me cayesen bien los amigos de mi tío, pero a veces podía resultar un tanto aburrido no tener a nadie... digamos joven, cerca.

    -   Te va a caer bien, Hann, Adrián es un chico encantador. -dijo mi tío con una sonrisa enorme.
¿Adrián? ¿Iba a conocer a todos los Adrianes del mundo aquella semana o qué?
Le sonreí en respuesta, y me puse a juguetear con el móvil hasta que Tom avisó de que vio el coche de su hijo. El coche en cuestión era un BMW negro bastante bonito, y que no pasó desapercibido.
No me había fijado en quien era el chico hasta que salió del coche.
Entonces Valeria y Tom se acercaron a él y le dieron un abrazo y la mano respectivamente.
Mi tío imitó a Tom, y cuando acabaron los saludos Valeria se giró hacia mi con una sonrisa.

Mis ojos no creían lo que veían. No es que el nombre fuese una coincidencia, es que el chico era Adri. El Adri con el que me había chocado en dos ocasiones. Realmente el mundo era un pañuelo.
    -   Hanna, te presento a mi hijo Adrián...
    -   Adri -cortó a su madre antes de seguir con las presentaciones innecesarias.
    -   Bueno, eso, este es Adri, Adri, esta es Hanna, la sobrina de Ian.
Adri se acercó a mi y me dio dos besos.
    -   Encantado, Hanna. -me dijo sonriendo divertido ante la situación.
    -   Bueno, vamos a entrar ya, que son las ocho y veinte y la mesa nos está esperando. -dijo Tom con pinta de tener bastante hambre.
La verdad es que yo también tenía mucha hambre, ya que me había pasado la tarde durmiendo, y no había pegado bocado desde esa mañana.
Todos le seguimos hacia una mesa reservada a su nombre.
Yo me senté entre mi tío y Adri. Este último estaba a su vez al lado de su madre, y su padre quedaba al otro lado de mi tío.

Pedimos la carta y media hora después ya teníamos la cena en la mesa. Yo había pedido una ensalada Gourmet de primer plato, y de Segundo unos medallones de solomillo con salsa de queso Rochefort. La verdad es que el segundo plato no me convencía demasiado, pero mi tío me aseguró que era algo muy bueno, y que merecía la pena.
Como no me convencía, en lo que llegaba y no la comida, me había alimentado a base de la tabla de quesos y jamones que había para picar antes de comer.
Mientras comía pan con queso, Adri no había parado de mirarme curioso, pero la verdad es que me daba igual, porque me moría de hambre.
De hecho en una ocasión me manché un poco la mejilla, y Adri me limpió con el dedo, lo cual me puso la piel de gallina.
Nadie pareció darse cuenta de ese gesto, y actué como si nada volviéndome hacia mi tío.
Entonces el padre de Adri se dirigió a mi:

    -   Bueno Hanna, tu tío me ha dicho que estás estudiando Biología Marina en la Complutense de aquí de Madrid, ¿me equivoco? -dijo Tom bastante interesado.
    -   Sí, -contesté contenta de hablar de otros temas que no tuviesen que ver con negocios e hipotecas de casas. -es algo que he soñado desde siempre, y me encanta mi carrera.
    -   Adrián está estudiando también en la Universidad, va a hacer ahora su tercer curso de Arqueología.
    -   ¿Arqueología? -pregunté asombrada mirando hacia Adri.
    -   Creo que me enamoré de todo eso la primera vez que vi Jurassic Park.
Me reí ante su comentario y todos en la mesa hicieron lo mismo.
Seguimos hablando un rato, y me excusé para ir al baño un momento, ya que me estaba empezando a agobiar por no haberme levantado en más de una hora.
Fui al baño, y pasados unos cinco minutos decidí que ya era hora de volver a la mesa, ya que no quería ir mi ausencia fuese sospechosa. Cuando salí me choque con alguien.
    -   ¿Otra vez igual Hann?
    -   Hanna. -le corregí enfadada. Cómo no, era otra vez Adri. -¿Me estás siguiendo?
    -   Si te soy sincero no, me estaba agobiando en la mesa, tú tío parece realmente interesado en mi carrera, y ya me estoy aburriendo de hablar de ello una y otra vez. Al no ser una carrera común, la gente se interesa especialmente, ¿sabes?
Le miré comprensiva, y asentí.
    -   A veces me pasa lo mismo, no hay mucha gente que estudie Biología Marina.
Adri miró hacia los lados como si estuviese a punto de robar un bando, y entonces me preguntó:
    -   ¿Te aburres?
Dudé ante su pregunta, pero asentí. Entonces me agarró del brazo y me llevó hacia una puerta que llevaba a una zona sólo autorizada para el servicio.
    -   Vámonos. Nosotros aquí ya hemos cumplido. Al salir llamaré a mi madre y le diré que te encontrabas mal y te acompañé a la salida.
    -   Adri, no tengo coche, además, no podemos hacerles eso, estaban contentos por poder cenar todos juntos.
    -   Lo primero: ya hemos cenado, y lo segundo, yo si tengo coche. Vámonos a dar una vuelta, enséñame algo de esta gran cuidad. Hay que disfrutar de las noches de verano, ¿no crees?
La verdad era que no me apetecía nada estar allí en ese momento, y aunque Adri no era la mejor compañía del mundo ni le conocía demasiado, la idea de hacer algo así me resultaba más atractiva de lo que quisiera admitir, y la verdad era que salir por la noche en verano era algo que me encantaba.

    -   Está bien, -dije convencida. -pero si mi tío me mata será culpa tuya, guapito.
    -   Oído cocina.
Se dio la vuelta para salir por alguna puerta de emergencia, pero antes de tirar de la palanca que nos llevaría a la calle, me miró sonriendo y dijo:
    -   ¿Con que te parezco guapo, no?
    -   Cállate, era una forma de hablar. -le dije pegándole un puñetazo amistoso en el brazo.
    -   Pero no lo has negado.
Puse los ojos en blanco y tiró de mi hacia la salida antes de que pudiera decir nada más.

Irme así con un desconocido era una irresponsabilidad por mi parte, pero teniendo en cuenta que mi tío si le conocía, no tenía de que preocuparme, ¿no? Simplemente estaba a punto de hacer un nuevo amigo, o al menos eso esperaba.

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⏰ Última actualización: Aug 23, 2021 ⏰

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