Primeras ilusiones

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Me encontraba sentada en la silla del escritorio con el libro delante, los lacasitos el la mano y con el sentado en la cama. Llevábamos bastante tiempo estudiando aunque a mi se me había pasado demasiado lento, no se le dan tan mal las mates la verdad... Decidimos descansar un poco y el se levanto de la cama acercándose a mi, sus apetecibles labios estaban a pocos centímetros de los mios... Nos mirábamos a los ojos intensamente con una mirada le decía "Besame lo necesito..." el cojio mi cara con sus dos manos, no apartaba sus ojos de mis labios ni yo de los suyos, se acercó lentamente a mi hasta que sus labios estaban junto a los mios, fue extraño, demasiado, cada vez que le veía yo ya no sentía las mariposas en el estómago, sentía al zoo entero asesinando me por dentro, pero ese momento era distinto, estaba el zoo como siempre pero ni me asesinaban, sólo hacían pequeñas cosquillas que provocaban mis grandes escalofríos. Nuestras lenguas chocaban tímidamente, yo no sabia que hacer. Definitivamente, el mejor beso de mi vida, y quiero que se repita una y otra vez por el resto de nuestros días...
- Te quiero...- susurro el sin separar su frente de la mía y nuestros labios seguían realmente juntos. Se acerco igual de lento que hace poco y volvió a besarme, tan dulce como el primero, tan apasionado como el de hace pocos segundos.
¿ Por que el? No entiendo por que el que peor me lo hace pasar es del que estoy enamorada, el que me acaba de besar dos veces como nunca antes lo habían hecho.
- Yo también. - lo amo, no quiero, pero es así, es lo que hay y yo ya no puedo hacer más.
- ¿quieres que nos vallamos a tomar algo? Creo que lo de mates es suficiente por hoy. - cuando termino de decir eso me dio un beso en la mejilla y cojio un lacasito el cual yo robe.
El empezó a hacerme cosquillas por robarle el lacasito. Todo volvía a ser como antes (menos por los besos).
Salí corriendo por toda la casa gritando como si me quisiera matar en vez de hacerme cosquillas.
El corre mas que yo ¡Maldito sea! Me agarro de la cintura, ya no me hacia cosquillas, estábamos en frente de una ventana, vimos el arco iris ya que antes había estado lloviendo. El agarrando mi cintura con las dos manos puso su barbilla en mi hombro viendo las vistas de mi ventana. Esta escena me recordaba a la frase que tantas veces me habían dicho "Para conseguir el arco iris hay que soportar la tormenta" ...

En busca de un "Te amo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora