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-¡Demonios! -chillo kankuro en cuanto vio a yukiko - ¡Podrías comportarte por una vez en tu vida! - la nombrada levantó la vista viendo le por un microsegundo y después volvio a lo suyo.
- cállate kankuro, deja de meterte en mis asuntos- respondió neutral, buscando entre los bolsillos del hombre que yacía en el suelo
-¡ Es el colmo que ni a los muertos respetes!- exclamó irritado pasando le de largo
Yukiko bufo, poniéndose de pie.
-sabes kankuro si yo fuera tu, no gritaría de esa manera en un sitio como este - dijo acercándose mientras guardaba en la mochila, las casas que había conseguido
- guardatelo, no necesito que una mocosa como tú me de consejos - La conversación dio fin, en cuanto Temari saco de manera violenta su abanico para soplar cientos de kunais que iban en su dirección.
Una segunda ola de enemigos apareció para detenerlos, estos estaban mucho más agresivos que los anteriores, por no decir que tenían cara de ser unos sanguinarios de lo peor.
No pudieron dar ni un paso, cuando una gran montaña de arena los atrapó, y los arrastró asia atrás, el estruendoso sonido se escuchó con fuerza, al mismo tiempo que unas cuantas gotas de sangre salpicaron las paredes.
Entre las sombras se podía apreciar la silueta de alguien moverse con desesperación... Pues sostenía con fuerza su cabeza mientras que su postura estába encorvada y de rodillas.
-¡Cuidado!- grito yukiko formando un muro de hielo, al momento de ver cómo una estaca de arena se acercó a ellos dispuesta a devorar a quien se le pusiera enfrente...
El impacto fue tan duró, que logro agrietar el hielo, un segundo impacto fue lanzado por el pelirrojo quien a un no se recuperaba de su agonía
la cara de Temari palidecio por completo, sus nervios estaban a flor de piel, debido al estado de su hermano, sabía cómo se ponía gaara y el estar encerrada con el en un calabozo no ayudaba en lo absoluto.
Aunque Temari fuese una mujer que no se dejaba intimidar, el solo echó de ver a su hermano menor así le calaba asta los huesos...
Kankuro al verla se acercó a ella y puso su mano en su hombro, de algún modo necesitaba de mostrar compostura, aunque estuviera en las mismas condiciones...
Una segunda capa de hielo reforzó el muro que ya había creado yukiko, la castaña volteo averlos acusadora, era claro que esto no estaba en la misión. Y tan pronto como salieran de está lo hablarían.
Su mirada viajó a sus dedos pues estos estaban poniéndose blancos, Maldijo entre sus adentros ya que esto no significaba nada bueno, si gaara no se tranquilizaba ahora estarían en problemas...
Apretó los dientes con fuerza, bajando la cabezal varios mechones le cubrieron la cara, y una inmensa frustración rodeó su aura. ¿Tan débil era que no podía aguantar más?
