☻︎ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠.8 ☻︎

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Un fuerte sonido se escucho al momento en el que kankuro salió de la habitación, los ojos del nombrado se abrieron con preocupación al saber el motivo de aquel impacto, y no era para más si se trataba de la cabeza de yukiko que había chocado con el respaldo de la puerta.

Un leve quejido se escucho de parte de ella, sin embargo el golpe no la desperto, luego de relajarse un poco kankuro camino asta salir de la posada, en compania de temari quien regresaba de entregar las llaves con el encargado.

-vamonos.- reafirmo una vez llegó con el- ¿aun no a venido?- ante la pregunta de temari kankuro solo pudo decir un NO de forma brusca, el mayor de los de la arena estaba que no lo calentaba ni el sol, gaara se había ido a quien sabe dónde y eso significaba problemas como cada vez que desaparecía.

-A ese maldito mocoso no le interesa en absoluto la misión- escupió con rabia, el comportamiento de su hermano era reprobable, sabía perfectamente que solo contaban con unos cuantos días para completar dicha tarea y a él se le ocurría la genial idea de desaparecer para organizar una matanza en quien sabe dónde.

-tranquilo, ya vendrá cuando quiera- temari intento calmar el enojo de su hermano pero no funcionó este solo se quito su mochila y se la dio para que la cargará, temari la tomo y se la acomodo en la espalda, los dos empezaron a caminar saliendo del pueblo con yukiko siendo cargada como costal de papas.

»»»»««««

A unos cuantos metros, Gaara observo como se alejaban sus hermanos, dió un último vistazo para luego voltear al callejón de donde había salido anteriormente. La arena de su calabaza salió con fluidez para dirigirse a un montón de cajas apiladas, de atrás de ellas salió un grito desesperado las piernas de un tipo estaban siendo arrastradas con ferocidad.

-¡DEJAME IR!- los gritos incesantes salían de la garganta del sujeto que colgaba de pies enfrente del pelirrojo; las pupilas de Gaara se agrandaron al igual que su sonrisa desquisiada, aquellos gritos le causaban una especie de hormigueo en todo el cuerpo.

En un parpadeo la arena cubrió lo que faltaba del hombre para después hacerlo explotar, las gotas de sangre volaron por todos lados pintando de carmesí el callejón, lo único que no pudo manchar fue a Gaara ya que la arena evito cualquier contando.

Apresar de haber acabado con la vida de ese hombre, no sentía esa alegría que le causaba matar, no era la misma sensación de antes...
No llenaba sus ansías de sangre. Tal vez era por qué solo deseaba sentir una sangre impregnar su arena...

Sentía ese deseo desde aquel encuentro con la chica que lo encaró.

Matarla no sería posible en esos momentos, la necesitaban para lograr la misión; no era como si le importará pero en estos momentos la chica se encontraba indefensa y matarla mientras dormía no le causaría ninguna satisfacción.

 Almas Oscuras ||Gaara|| ❄️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora