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No hay un color
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Los gritos de aquella se escucharon con fuerza haciendo eco en el callejón donde había nadie más que ella y aquel cadáver, la sangre seguía saliendo del cuerpo de aquella mujer mientras que la otra seguía mirando con horror aquella escena, se tapó la boca con ambas manos por el susto mientras miraba con auténtico terror aquello, solo pudo escuchar una risa sombría por aquellos lugares tan solitarios de esas calles de Londres, la de cabello castaño cayó sin quitar sus expresiones al suelo temblando sin poder crear todo eso, se escucho varios pasos acercarse con rapidez alertandola de que estaban ahí por el asesinato acabado de cometerse, al llegar a la escena del crimen pudieron ver a la chica llorando sin saber que pensar para ver a la otra mujer, se llevaron a la castaña hasta el departamento de policía tratando de saber si pudo haber visto algo con respecto al asesinato, ella explicó que sólo la vio ahí, turnada ya sin su vida, la policía supo que decía la verdad y por eso la dejaron irse.

Llegó hasta la cantina burdel en el cual ella residía, trabajaba como mesera en aquel sitio y se llevaba bien con las demás mujeres por no decir algo ofensivo como "prostitutas", estando dentro de aquel sitio todas se le habían acercado para saber el del por qué estaba con aquella cara de espanto y muy pálido, una de ella se acercó para hacerla reaccionar, la pobre estaba helada de aquel miedo que no supo responder a ninguna pregunta que le habían todas ahí, mejor se encaminó a su habitación encerrandose en la oscuridad que había en aquella habitación ni se molesto en enserder la lámpara, se escondió en las viejas sábanas de su cama ocultándose con temor a que le pasará lo mismo que aquella mujer.

[...]

A la mañana siguiente, ____ se despertó con una amplias hojeras por lo mal que había pasado en la noche, aún no podía digerir bien lo que había pasado la noche anterior, las demás no se preocuparon por preguntar ya que se habían enterado de todo al leer el periódico, ella al ver el cadáver era normal que se pudiera tal cual como terminó en la noche, le entregaron una taza de té en la hora del desayuno para que se sintiera un poco más tranquila pero eso no le ayudaría a pegar un ojo en la noche, el recordar esa simple imagen le hacía querer llorar y sentir impotencia al no poder haber llegado antes cuando ella le hablaba por auxilio.

-____ - le llamó la atención una rubia de ojos grises -. Vamos a salir, si quieres venir vamos, te haría bien

-estoy bien aquí - respondió sin quitar la mirada de la taza de té -. Solo me gustaría dormir

La rubia solo asintió a lo que dijo la castaña, entendía su situación y si pedía espacio para poder estar sola y asimilar todo era mejor estar sola, suspiro al oír como la puerta se cerraba haciendo sonar la campanilla que estaba en la puerta, miró lo solitario que estaba la cantina restando algo alterada ya que sentía que era esa noche donde corrían sin parara buscando donde estaba su amiga ahora muerta, sus lágrimas salieron otra resbalando por sus mejillas y valiendo al suelo o en sus manos, por la ventana había pasado un hombre más o menos de su edad de cabellos albinos y homoculo, al verla la reconoció al instante, al ver que estaba triste supuso fue por el asesinato que había cometido el día anterior, no le tomó importancia a eso si no que había algo raro, al poder ver los colores de los demás para saber si su alma era buena o mala con ella fue algo curioso, no había un color, era como un lienzo en blanco el cual no había nada de profundidad, no mostraba ninguna emisión, nada de que reflejará su alma.

Frunció el ceño sin despegar la vista de la muchacha quien seguía llorando sin poder ver un solo color sobre ella, no había nada ahí como si no estuviera viva, era un ser sin un color en especial, eso llamó su atención.

-Interesting - pronunció en voz baja despegando la vista de la muchacha -. Dudo que no tenga un color, debe tener alguno - dicho aquello se marchó

[...]

Desde hace días _____ sentía una mirada particular después del asesinato de su amiga, aquellas miradas no venían de los clientes, eso era seguro ya que los conocía a todos sabiendo como eran y a quien miraban, pero esta vez las cosas eran difuerbetes, todo tenía un ambiente un tanto sombrío como si quisiera escarbar en su alma desgarrandola para saber que ocultaba, trataba de seguir sin importarle que alguien la observaba como si fuera un búho, aquella noche la castaña estaba sola en la continua, no había clientes, no estaban las demás o el encargado del establecimiento sólo era ella, la niebla de la calle y una casta luz que alumbraba un poco el lugar, otra vez sintió esa mirada extraña sin saber que hacer o donde voltear, estaba asustada y ya no quería seguir soportando todo eso unas noches más quería saber, de donde era que venía aquella mirada, otra suposición que tenía era que se estaba volviendo loca con todo aquel asunto.

-será mejor que no grite -una voz masculina le hizo dejar de limpiar la barra del bar -. Solo quiero saber, ¿por qué no tiene ningún color?

-¿un color? -interrogó extrañada a sus palabras -. No se a que se refuerce señor

-solo es un pequeño ataque de curiosidad - seguía mirando a la contraria y empezaba a desesperarse del por qué no había ni un solo color sobre -. Todos los demás muestran colores que me hacen saber si su alma es buena o mala, si dan amor o odio a los demás y tu... - hizo una leve pausa -. No tienes ningún color en especial

-¿no tengo un color? - se volteo para ver, en ese instante las luces se apagaron de inmediato para que no pudiera ver de quien se trata -. ¿Eso es malo?

-no lo sé - respondió con simpleza -. Es fascinante el echo de que no tengas un color, no veo nada, es como un lienzo el blanco que no significa nada

-tal vez por que no tengo algo en especial -habló go desanimada llamando la atención del albino -. Yo solo soy una mujer que vive trabajando como mesera en este lugar de su niñez, alguien que nunca ha tenido algo por que agradecer

-de igual forma debe de haber un color - respondió al instante -. Aún así no lo hay

Dicho lo último este se marchó dejando con una gran duda a la castaña, esta trató de seguirlo en aquellas calles escasas de luz y de gente, no lo vio por ningún rincón y se dispuso a vlnver a donde vivía pensando con más curiosidad aquella conversación, no era nada especial para ella lo que dijo aquel hombre de aires misteriosos, pero en parte, quería una respuesta...

𝐓𝐰𝐨 𝐰𝐞𝐞𝐤𝐬 𝐨𝐟 𝐉𝐚𝐜𝐤 ── Jack el destripadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora