𝐓𝐰𝐨 𝐰𝐞𝐞𝐤𝐬 𝐨𝐟 𝐉𝐚𝐜𝐤 ── Jack el destripador

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Algodón de Azúcar
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Los niños corría con rapidez por toda la feria que llegaba al menos dos veces al año, los juegos eran las partes que más les gustaban sobre todo, la rueda de la fortuna, aquella atracción de una gran rueda de metal que daba vueltas con pequeños bago es que giraban hacían do que subieran y bajaran, contemplando desde la altura varias partes de Londres y si era de noche era la cosa más linda que los ojos de aquellos cuidadas podrían ver al compás de una ritmo lento y constante. Se podía escuchar la música que salían de aquellas cajas musicales que llevaban algunos integrantes del circo o un simple vendedor para llamar la atención de los demás, habían dos niños en particular que jugaban por varios rincones de la feria, escondiéndose en los puestos o comprando alguno que otro caramelo, una niño albino corría al lado de una niña rubia por aquellos lugares mirando con asombro todo lo que había para probar, lo poco que tenían era suficiente para comprar muchos dulces como las manzanas acarameladas, entre otros, con eso les bastaba.

-____ vamos a comer manzanas acarameladas - dijo el pequeño albino -. Después de eso podemos ir a la rueda

-está bien -asintió con su cabeza mientras le daba una amplia sonrisa al niño albino

Los dos se encaminaron hasta el puesto de las manzanas acarameladas notando que había con diferentes detalles dulces, algunas sólo tenía la miel creada por el azúcar de territuda, otras tenía dulce leche y que otra pedazo de chocolate, los ojos de ambos niños se iluminaron al ver con deseo a aquel postre que comían pocas veces, el vendedor al ver que estaban necesitados de aquel montón de auscar optó por regalarles la manzana que quisieran, con algo de lena las aceptaron para no hacerlo sentir mal y marcharse a comer señas con tranquilidad, miraban pasar la gente de la feria en su mayoría casi solo había gente humilde y era un tanto rato ver alguno de trabajo importante, tal vez ver a sus hijos pero de lo contrario no. Mientras comían sus manzanas la tarde caía con lentitud y sin prisa, dejando que aquellos tonos de azul del cielo se volvieran entre amarillo, naranja y rojo por la puesta del sol, la pequeña rubia miraba el cielo despejado en aquellos todos tan brillantes y hermosos que luego se volverían oscuros y opacos.

-vamos ___ - el pequeño albino la sacó de su trance -. Ya casi será hora de subir

-oye Jack - la niña hizo que el contrario se detuheita y la observará con extrañes -. Me da miedo subirme a esa cosa

-oh - pronunció sin saber que hacer para que su amiga pudiera acompañarlo, a lo lejos de ellos pudo ver aún vendedor de algodón de azúcar -. Ya regresó, no te vayas

La pequeña asintió.
Jack corrió esquivando a las personas que pasaban para poder trasladarse de un lugar a otro, al estar donde el vendedor pidió un gran algodón de azúcar de color rosa, se encaminó devuelta donde estaba su querida amiga quien le miró con curiosidad por llevar dicho dulce que a ambos les encantaba.

-sube conmigo a la rueda de la fortuna - le extendió el algodón -. Yo te cuido

-esta bien - suspiro mientras tomaba el algodón y lo probaba un poco -. Solo no le sueltes

-no lo haré - extendió su mano la cual la pequeña aceptó

Ambos tomados de las manos trarain de subirse a la rueda grande de metal que tanto llamaba la atención de los demás, esperaron un buen rato hasta que el cielo empezaba a dar un tono oscuro dando paso a la noche, cuando fue su turno ____ tenía miedo de subir pero aquel leve apretón de manos de parte de Jack le dio el suficiente valor para poder poner un pie en aquella cabina metálica de color rojo fuerte, sonrió al ver que no estaría sola en su pequeño momento de terror, se subió cerrando un poco sus ojos del miedo que aún podía sentir, el pequeño bagon tambaleó un poco asustandola, se aferro un poco más a Jack quien trató de calmarla, cerró sus ojos aún asustada mientras subían lentamente hasta la sima de la rueda, la niña no abrió los ojos hasta que una luz le hizo hacerlo, Londres estaba iluminado y aquellas luces artificiales se unían a las luces de las estrellas y la luna, sin duda era una hermosa vista, Jack sonrió al ver que ___ sonreía con dulzura olvidado su miedo a que se pudiera caer, llamó su atención para que le higuera ver que no había nada que temer, que él estaba con ella y que no se caería.

-vez que no tenías que tener miedo - afirmó el pequeño albino con una sonrisa tierna -. Además no te iba a soltar

-gracias Jack - le abrazo con uno de susus brazos para que el algodón de azúcar que tenía en la otra no le llenará alguno de sus cabellos

Entre los dos se acabaron aquel dulce esponjoso que se derrite apenas tiene contacto con la boca. El viaje fue bastante lento en aquella enorme reuda hasta que al fin pudieron bajar, los dos bajaron con tranquilidad y una radiante sonrisa de inocencia.

[...]

Años después ____ visitaba cada año la rueda de la fortuna con un algodón de azúcar grande de color rosa revisando viejos tiempos, era rara la vez que volvía a ver Jack ya que su vida había sido drásticamente cambiada al igual que la de ella, pero aún así en cierta parte se comunicaban de vez en cuando a pesar de todo lo ocurrido.
Era de noche y la rubia estaba dispuesta a subir hasta que alguien detuvo su andar.

-¿me dejas acompañarte? - aquella pregunta le sacó una sonrisa, hacia unos meses que no veía al albino

-no debes preguntarlo Jack, es como si no me tuberías confianza - sometió agarrando su mano y subiendo juntos

Aquella noche estaba igual de iluminada que la primera vez que se habían subido al igual que compartieron el algodón de azúcar que la femenina había llevado...