1° Parte

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Enji Todoroki, conocido por sus súbditos y todo el mar como Endeavor, ha sido un líder estricto pero respetado y justo entre los suyos. Ha gobernado durante largos siglos en el mar, enfrentando a los enemigos que intentaban atacarlos y aislando a su reino de posibles amenazas como esos horribles mortales con piernas... Eran unos estúpidos pero altamente destructivos y el rey nunca menospreciaba las capacidades de sus enemigos, a pesar de que fueran incapaces de respirar bajo el agua.

Sin embargo, es consciente que algún día su tiempo se acabará, se convertirá en espuma para volverse uno con el mar y uno de sus hijos tomará su lugar. El problema era que ninguno había nacido lo suficientemente poderoso para mostrarse como un digno sucesor, hasta que nació el heredero ideal para gobernar los siete mares: Shoto.

El joven Shoto Todoroki, el más joven y presionado de sus hermanos, era un hermoso aunque inexpresivo tritón, nacido con heterocromia y el cabello bicolor, que sería el siguiente en el poder del mar ya que su padre lo había marcado como el sucesor perfecto, pero es una carga demasiado grande que no quiere ni cree merecer.

Por suerte, habían momentos en los que podía ser él mismo, nadando hacia la superficie, mirando un mundo que, a pesar de que físicamente no estuviera tan lejano al suyo, fuera infinitamente diferente, acompañado de su amigo más leal e involuntario cómplice.

-Todoroki, no creo que sea buena idea acercarnos tanto a la superficie. Si el rey se entera, tendremos problemas. -Pero, al igual que muchas otras veces, el mencionado siguió su camino, en silencio, sabiendo que el pecoso de ojos verdes lo seguiría y guardaría su secreto porque, en el fondo, Izuku Midoriya también sentía curiosidad.

La mayor verdad era que Todoroki estaba curioso por el mundo humano porque quería escapar de su entorno, de esa presión equivalente a la que dicen sentir los humanos bajo el agua... Si él fuera humano, podría salir de ella para siempre.

Existía alguien más que sabía de los anhelos y las salidas clandestinas del príncipe del mar y era su dama de compañía, la elegida por el mismo rey Endeavor, debido a su seriedad y responsabilidad: Momo Yaoyorozu. Sin embargo, la sirena tenía una ligera debilidad por Shoto, así que trataba de cuidarlo y ser la voz de la razón, sin decirle la verdad al rey; lo cual era complicado pero comprendía las razones de Todoroki para ser así.

A veces, el joven tritón y sus compañeros se acercaban a una alejada comunidad humana, por lo que sabía que no todos los humanos eran tan bélicos y terribles como su padre creía; la mayor prueba de ello era Mei Hatsume.

Mei Hatsume, una chica de cabello rosado, ojos grises y una gran sonrisa es, en realidad, la única humana en la que confiaba. Ella pertenecía a una tribu separada del reino y nadie creía en lo que ella decía, se rumoreaba que está loca debido a que imaginaba un futuro completamente extraño, al que muchos temían y, ya que cada cosa que decía parecía parte de su acelerada imaginación, nadie la tomaría en serio, incluso si se le ocurría revelar que conocía un tritón pero a ella no se le había ocurrido hacerlo, le agradaba Todoroki y no quería que nadie lo cazara.

El invento favorito de Todoroki, que era el único que se acercaba a Mei, era un extraño objeto creado con vidrio que servía para ver los objetos lejanos mucho más cerca, casi como si los tuviera frente a él y, ya que era el único que reconocía la genialidad de la chica, ella le regaló sus binoculares, a cambio de que él le hablara de cómo era bajo el agua.

Muy feliz por poder agregar algo a su colección de cosas humanas, además de que fue un regalo hecho especialmente a él, Todoroki le agradeció con un asentamiento de cabeza a la humana -generalmente, no le dirigía más de un par de palabras y dejaba que ella le explicara de las cosas humanas-, se retiró nadando con velocidad con sus amigos.

Manantiales (IIDATODO) AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora