Parte 14 (capítulo especial)

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Christian

Había estado planeando esto por mucho tiempo, no podía creer que después de tanto al fin hubiera llegado este momento, y lo irónico es que en medio de todo este caos las cosas han avanzado mucho mejor con Dahian que antes, aunque estamos todo el tiempo en peligro de ser expuesto a las autoridades, ahora todo parece más tranquilo.

-¿Puedes salir un rato con Hana mientras termino de arreglar lo de esta noche?.- Lo ojos de Dahiana se despegaron de la televisión para mirarme con pereza

-¿No puedes solo hacerlo mientras miro la tele?.- Desde que Hana nació Dahiana se ha vuelto más perezosa de lo habitual, no le gusta salir mucho y sufre muchísimo cuando ella debe cocinar o limpiar el apartamento

-Nena, es solo un momento.- Tome el control de la tv para apagarla. –Además ahora que ya esta el verano, un poco de sol le irá bien a la bebé.- La mire con burla. –Y a ti

-No es gracioso Blake, y no quiero.- Chillo como una niña pequeña

-Suficiente, levanta tu enorme trasero y ve a caminar, lo necesitas

-Christian Blake, ¿acaso quisiste decirme que estoy gorda?.- Sus ojos se oscurecieron y no pude aguantarme la risa

-Vete ya, loca!.- Ella blanqueo los ojos y suspiró exasperada

-Eres un fastidio, espero que esa sorpresa valga la pena.- Se levantó mientras arreglaba las cosas de la bebé y salía con ella

-¿Puedes comprarle los pañales a Hana? Creo que ya no tiene muchos

-Está bien, ¿necesitas algo más de esta humilde empleada?.- Deje salir una ruidosa carcajada, no podría creer lo dramática que estaba siendo

-No pequeño sol, eres perfecta

-Una perfecta empleada.- Tomó la bebé en el carrito y salió por la puerta dejando salir un cansado adiós, no pude evitar reír de nuevo

Todo estaba listo, puse una canción suave mientras encendía las velas y ponía los platos con pasta sobre la mesa improvisada que había preparado, todo se veía bastante bien, había llamado momentos antes a Dahiana para pedirle que tratara de dormir a Hana, había suspirado de nuevo con cansancio repitiéndome que era una perfecta empleada y que tenía que pagarle un sueldo, estaba loca, le encantaba dramatizar, sabía que estaba más cansada de lo habitual por Hana, pero algunas veces sentía que solo se quejaba para que yo le diera mi atención y la verdad es que amaba eso.

Tome la cajita negra donde estaba el anillo que tenia planeado darle, no se por qué sentía que en cualquier momento iba a vomitar por los nervios, no estaba seguro de cual sería su reacción, pero esperaba que las cosas siguieran funcionando como hasta ahora.

La puerta sonó y mis ganas de vomitar se intensificaron. Fui hasta a ella para ayudarla con la bebé que ahora dormía profundamente, era preciosa, parecía un pequeño angel con su vestido blanco, una de sus manitas estaba tomando su cobija y la otra la tenia en su boca, no podía evitar caer rendido de ternura a esa imagen, la tome con cuidado entre mis brazos aspirando su aroma, aún no podía acostumbrarme a que algo tan pequeño pudiera causarme tantos sentimientos.

-Si la despiertas, te mato.- Sentenció Dahiana en un susurro mientras tomaba los pañales del carrito, le sonreí mientras dejaba un dulce beso en su frente

-Eres tan tierna.- Solté con sarcasmo, ella me miro desafiante mientras pasaba por mi lado y dejaba los pañales en la habitación de la bebé. Puse a Hana en su cuna con cuidado de no despertarla y pase sus cobija sobre su cuerpo evitando que tapara su carita.

El momento había llegado y quería vomitar de nuevo, Dahiana me miro curiosa al ver que yo me había quedado quieto en la puerta de la habitación de la bebé mirando hacía ella

-¿Estás bien?

-Si, es solo que estoy nervioso

-¿Nervioso? Ni que nos fuéramos a casar.- Soltó ella mientras reía, pero su risa se fue apagando poco a poco al ver que yo no me reía. -¿Blake?.- Era exactamente eso lo que quería hacer, casarme contigo, pero mi cuerpo no reaccionaba y las palabras tampoco salían. –No me digas que.- Nunca he sabido cómo lo hace, pero ella siempre ha sabido leerme

-Dahiana Hale...- Tartamudee mientras intentaba tomar la caja negra de mi bolsillo, los ojos de Dahian brillaban mientras seguía mis movimientos. -¿Te gustaría pasar el resto de tu vida con el tonto nerd que tanto odias?.- Mis dedos se movieron torpemente cuando intente abrir la caja, ella me miraba entre sorprendida y ¿asustada? La caja en mis manos

-B-Blake, pero... tú... yo... mierda, esto es...- Ella puso sus manos sobre su boca soltando balbuceos.

-¿Entonces?.- La animé, ayudándole a que las palabras salieran de su boca

-Claro que si idiota, claro que quiero.- Sus ojos se aguaron por un momento pero ella los seco rápidamente. –Eres un completo idiota, pero te amo

-Yo también te amo Dahiana Hale.- Ella se abalanzo sobre mis brazos y yo la tome besándola, besándola de la forma mas dulce que podía, grabándome cada parte de ella, porque era lo que mas me gustaba hacer. 

Cuando rompimos el beso no podía dejar de verla a sus hermosos ojos

-Bueno, ¿me lo vas a poner o lo debo hacer yo?.- Sonreí embobado al darme cuenta que hablaba del anillo. -Es precioso Blake, gracias por esto, gracias por siempre estar para mi.

Y fue entonces que me di cuenta que ese día y el día que nació Hana; fueron los días más felices de mi vida.

HANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora