Eran alrededor de las 2 de la madrugada y Dahiana no podía para de dar vueltas en la cama. A diferencia de su esposo, aún no podía acostumbrarse a eso, que dormía placidamente a su lado. Los ojos de Dahiana se turnaban mirando a Christian y de nuevo al anillo que ahora llevaba en su dedo anular. Aunque no era la joya más cara del planeta podía decir que era la más linda que sus ojos nunca antes habían visto. Ver el anillo la hizo pensar en que la única forma en que Christian pudo haberlo pagado fue con una de las tarjetas de su padre. Lo que le parecía aun más extraño era como después de tanto tiempo esas tarjetas seguian activas. Bueno seguramente era la forma más rápida de rastrearnos, pensó mientras se giraba y miraba a las dos personas que más amaba en la vida. Dahiana no podía dejar de pensar en que tenía que encontrar otra forma de conseguir dinero. Aunque cambiar su apariencia había sido buena idea, ahora solo tenía en mente que debía pensar en Hana. Conseguir un trabajo consistía o en que solo uno trabajará o que encontraran trabajos en donde sus horarios se acomodaran lo suficiente para poder cuidar de Hana.
-¿Qué haces despierta cariño?- Los ojos grises de Christian atraparon los ojos perdidos de Dahiana. -¿No puedes dormir?- Aunque pudiera, no quería. De hecho podría hasta decir que las ojeras no eran producto de cuidar a Hana, era porque cada vez que cerraba sus ojos solo soñaba en cosas malas. Se acercó lo suficiente a su hombre hasta quedar perfectamente encajada en el pecho de este. El pelinegro no volvió a decir palabra. Paso su mano por la espalda de Dahiana intentando calmarla de algo que ni siquiera él sabía que era. Esto en vez de relajar a Dahian logró el efecto contrario. Dahiana solo podía sentirse culpable, culpable de como había arruinado la vida del hombre que ahora la abrazaba como si su mundo dependiera de ello. Y aunque no era la primera vez que lo pensaba, sentía que ahora era diferente. Mientras todos estaban arruinados por su culpa, ella se sentía en el puto cielo y a este punto le parecía la cosa más egoista.
-Quiero entregarme Blake
-¿Qué? - Christian intentó alejarse un poco para poder escuchar a la ahora rubia, pero ella insistió en quedarse escondida en su pecho. -Dahian ¿qué acabas de decir? - Intentaba mantener el tono de su voz lo suficiente alto para que Dahiana lo escuchara pero lo suficientemente bajo para no despertar a Hana. -Que mierda estás diciendo. ¿Estas jugando conmigo no? - Movió su cabeza negando la pregunta del pelinegro. Christian suspiró profundo, no entendia nada lo que estaba pasando hasta intento pellizcarse el brazo por si estaba soñando pero no era así
-Estoy arruinando tu vida y de paso arruinare la de nuestra hija. Por favor Blake entiendeme. - Sus ojos se aguaron, quería desaparecer
-No puedes estar diciendo esto. - Christian se intento mover de nuevo. Esta vez logro incorporarse lo suficiente para ver los ojos llorosos de Dahian. La atrajo hacia él y la estrecho entre sus brazos, ella relajo su cabeza en su pecho de nuevo mirando hacía Hana, su pequeña descansaba tranquilamente ajena a todos los problemas del mundo. -¿Qué hay de los planes que ya habíamos hecho? - No había ningún plan real, pensó la rubia. ¿Podrían acaso pensar en un buen futuro en las condiciones en las que vivian? Ella no quería seguir fingiendo. Ella quería que esos ojos grises volvieran a ser libres y si para ello tenía que arriesgar su libertad no le importaba en realidad.
-No quiero seguir huyendo. ¿Crees que esto está bien para ella? - Sus ojos marrones no podía dejar de ver a su pequeña. Christian tomó la cara de Dahian y pudo ver claramente que estaba hablando muy enserio. Sus ojos además de estar mojados en lagrimas, también estaban llenos de seguridad y valentía. Solo Dahiana podría hacer cosas como estás, arriesgarse a si misma para salvar lo que más amaba. Pero lo que ella no sabía era que Christian podría llegar ser un loco egoísta que arriesgaría todo por estar cerca de las dos personas que eran su mundo. Con sus manos aún reposando en el rostro de la rubia la acerco a él llevandola por un intenso beso que le decía más de mil palabras y Dahian lo entendió todo, todo lo que el pelinegro le quiso decir
No te dejaré ir
Te amaré aunque mi vida depende ello
Jamás estarás sola
Me perteneces ahora
Dijo tantas cosas en ese beso, que cuando se separaron Dahiana entendió que si quería salvarlos todo dependía de ella. Christian jamás se alejaría de ella aunque ella misma se lo rogará. Dahiana cerró sus ojos mientra susurraba un "te amo" para Christian. Sabía que no sería el último pero era consciente que con la desición que acababa de tomar problamente el proximo volvería a ser en un largo tiempo.
Me siento mal porque no he sido capaz de terminar HANA. En verdad deseo darle un final bonito, pero llevo un bloqueo horrible que no me deja avanzar. Espero poder actualizar más amenudo ahora. Disfruten el capítulo. El proximo lo haré un poco más largo.
Besos de chocolate
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HANA
Short Story"-¿Vas a volverlo hacer Dahiana, vas abandonar a Hana cómo lo hiciste conmigo? -Christian, lo siento." Tercera y ultima parte de la Trilogía de Dahiana 1 parte (DAHIANA) 2 parte (CHRISTIAN)