Rika
Esto venía sucediendo desde hacía dos meses, cada vez que leía un mensaje de @FGhost mi corazón golpeteaba bajo mi caja torácica, y eso no sucedía cuando empezamos a hablar. Me gusta escribir, como que demasiado, pero soy demasiado cobarde como para escribir algo y subirlo a alguna página o plataforma en internet, por lo tanto, me conformaba un poco entrando a plataformas roleplay. Lugares diseñados donde puedes tomar un rostro conocido, crearle una historia personalizada y darle vida al personaje, aunque claro, a diferencia de una historia donde únicamente es escrita por el autor, era más como una historia colectiva donde dos o más personas podían participar.
Me encantaba interpretar y crear personajes para fantasía y aventuras, o por lo menos era así hasta que me topé con @FGhost. Era sarcástico cuando nos encontramos las primeras veces, todavía lo sigue siendo, pero luego de descubrir nuestra química al rolear, nos convertimos en la mitad del otro. No voy sin él a ningún lugar que involucre el rol, y creo que él tampoco va sin mí.
@FGhost: Voy a estar un poco ausente. Tengo asuntos las cuales atender.
Nunca habíamos compartidos números telefónicos, sin embargo, ambos habíamos creado una cuenta en una plataforma exclusiva para roleadores, en la cual se podían compartir mensajes, audios y llamadas, estos últimos no habían sucedido. No mezclábamos lo que teníamos en internet con nuestras vidas privadas. Él no me contaba lo que hacía como usuario fuera de la plataforma, y yo tampoco lo hacía. Era por ello que sentía demasiado extraño el palpitar apresurado de mi corazón en los últimos días cuando hablábamos.
@PButter: ¿Todo bien?
Quise golpearme al escribir aquella pregunta y enviarla, no hacíamos aquello. No quería dar otra impresión.
Observé la pantalla del teléfono por algunos segundos, pero no obtuve ninguna repuesta y aunque sentí una pinza de decepción, también me sentí un poco aliviada.
Habíamos sido compañeros de rol por más de cuatros meses, quizás se pueda creer que es mucho tiempo, pero no suficiente cuando disfrutas hablar y rolear con una persona.
—¿Cómo sabes que es un chico? —escuché la voz de Jules apenas dejé el teléfono boca abajo sobre la mesa y me dispuse a intentar comer un poco de mi ensalada de atún.
Tenía apenas dos meses en Royal Crown College a la cual había logrado entrar con una beca en artes y, por lo tanto, necesitaba mantener mis notas excelentes. RCC se consideraba lo mejor de la educación en el país, con enseñanza desde primaria hasta los primeros años universitarios. Era famosa por haber implantado educación a las personas importantes y de renombres, diciendo que si lograbas entrar tenías un puesto asegurado en las universidades y empresas más importantes.
—¿Cómo sabes qué no lo es? —contrataqué con otra pregunta.
—Por lo que yo sé. Puede ser una chica que te quiera hacer el delicioso. —dijo con una sonrisa en los labios sentándose en el otro lado de la mesa.
Estaba casi segura de que @FGhost era un chico, pero ella disfrutaba burlarse de que no lo era. Empecé a jugar con mi ensalada, no tenía mucho apetito, por lo menos no de una ensalada, sin embargo, era todo lo que me podía permitir con mi presupuesto hasta que consiguiera un trabajo, pues me negaba a pedirle ayuda a mi padre.
Mi papá no había estado contento de que hubiese dejado nuestro pequeño pueblo para ir a la ciudad, pero me había esforzado mucho, y cuando me ofrecieron la beca, sabía que aquella era una oportunidad la cual no podía desaprovechar. Se había encargado de llamarme todos los días desde que me había mudado a los dormitorios los cuales si no fuera por la beca la cual cubría también la vivienda, definitivamente no podría pagarlo si no fuese con la ayuda de papá.
No me mal entiendan, pero RCC era exageradamente costoso, pedirle dinero a mi padre el cual trabajaba de sol a sol en el restaurante de la familia, nunca podría cortar el cordón umbilical. No quería que tuviese esa preocupación y definitivamente quería hacer aquello por mi cuenta, solamente éramos él y yo.
Estar en una nueva ciudad y tener que hacer amigos nuevos era un poco agotador si me lo preguntaban, pero no podía echarme hacia atrás. Había conocido a Jules cuatro años atrás cuando su madre había dado algunas de sus creaciones para una subasta a la cual mis padres habían sido invitados. Cuando había entrado a RCC, me había sorprendido que me reconociera y bueno, lo demás era historia.
Arreglé mis lentes de monturas color negro y la observé. — ¿Sabes que eres un cliché andante, verdad? —me molestó con una sonrisa, provocando una en mí. Sabía que lo decía por mis lentes, sin embargo, prefería usar los de monturas, los de contactos me irritaban los ojos de manera horrible. —Solamente te falta el novio jugador de futbol con el cuerpo de modelo de Adonis. —sonrió.
Estaba por decir algo cuando observamos como una chica alta y rubia se acercaba hasta nuestra mesa, ella definitivamente era el cliché de RCC. Rubia con el cabello platino, alta, buen cuerpo, presidenta del consejo escolar y con la cual todos los chicos de RCC soñaban.
—Kingston. —no recordaba que hubo dicho mi nombre alguna vez. Ella siempre se refería a mí como Kingston, nunca por mi nombre.
—¿Puedo ayudarte? —pregunté. Me observó con unas de sus perfectas cejas levantada, según lo que escuchaba, era que nunca iba a la escuela sin maquillaje, sin embargo, parecía hacer un trabajo excelente al maquillarse, pues para una chica superficial como Lynnette, siempre llevaba un maquillaje sencillo e impecable.
—¿No quieres unirte a nuestra fraternidad? —preguntó, obligándome a levantar una ceja. Había escuchado que no era la presidenta, por lo cual, su pregunta me parecía inquietante. —No me mires como si acabara de ofrecerte robar un banco. —protestó, observándome con dureza. Era la abeja reina, Lynnette no era de las que aceptaban un no como repuestas.
Sabía que la mayoría de las chicas morían por pertenecer a esa fraternidad, y era algo que había estado rondando mi cabeza, quizás pertenecer a un grupo evitaría seguir siendo la chica que nunca tuvo tantos amigos.
—A ella le encantaría. —fueron las rápidas palabras de Jules, haciendo que la observaba con sorpresa.
—No estoy hablando contigo, Foster. —dijo duramente, pero ni siquiera observó a mi amiga.
—Pero digo que le encantaría, después de todo, no quieres que alguien diga que no estás haciendo un buen trabajo. —Jules era la única persona que parecía enfrentar a Lynnette.
—¿Entras o no entras, Kingston? —volvió a preguntar, nuevamente ignorando a Jules.
—¿Puedo pensarlo? —quise saber.
—No lo hagas mucho. No eres la única. —dicho aquellas palabras, se alejó con pasos firmes. Nunca me había sentido insegura con mi cabello castaño rojizo, mis pecas en el rostro o mi apariencia, pero Lynnette hacía que cualquiera se cuestionara sobre su aspecto luego de conocerla.
—Es una mimada. —dijo mi amiga y ambas reímos. —Mira disimuladamente, pero la mesa del abusador mayor de RCC está observándonos. —observé como su mirada se deslizaba hasta una mesa en específico y cuando mis ojos se encontraron con una mirada penetrante, supe que me encontraría en problemas durante mi estadía en RCC.
Romeo King se encontraba observando hacia nuestra mesa y no precisamente con mirada amigable.
—
—
Hola!...Bueno, como ya saben, ando escribiendo algo nuevo, sé que muchas esperaban la historia de Rowan y Amanda luego el final de FWY, pero quería escribir algo nuevo antes de ellos. Les digo que tengo mucha emoción para con esta historia, hacía mucho que no escribía algo nuevo y esto me tiene muy emocionada.
Espero que les guste este nuevo proyecto y disfruten de los personajes, me enamoré de algunos y otros, bueno, ya verán. Disfruten y nos leeremos en los comentarios 😊
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Entre Mentiras
Teen FictionRomeo tuvo su Julieta Bonnie tuvo a su Clyde Jack tuvo a su Jill ¿Quién dijo que la vida se hizo para que todos fueran felices? Desde temprana edad, aprendes lo que son la maldad y la fealdad en las personas. Desconfiar de los demás no es difícil;...