3x02: ꜱᴛʀᴀɴɢᴇ ᴛᴏᴡɴ.

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Por desgracia, seguían pasando los días dentro de Gravity Falls y poco había descubierto de este pueblo, probablemente, lo más significativo era que Jesús era Soos y él se había hecho dueño de la cabaña de misterio como decía en el diario, por desgracia, eso era poco avance, o, mejor dicho, era como si no tuviera un avance. Además, cada que iba a la cabaña de misterio por respuestas, el hombre era tan inteligente que sabía evadir mis preguntas de una forma tan absurda. Confuso, sí, pero así era Soos. Parecía ser una persona torpe, pero en realidad era muy inteligente que me sorprendía.

También, intenté ir al bosque de Gravity Falls por mi cuenta, explorar el lugar un poco, y no lo sabía, tal vez comenzar mi propio diario con criaturas que no se encontraran en el diario de Stanford Pines, pero, por desgracia, mi cobardía era enorme y no me atrevía ni dar un sólo paso a ese sombrío lugar, pues cada cosa allí era misteriosa, en especial los mosquitos que te dejaban marcas en la piel con escritos ─cosa que también miré en los diarios─, pero lo que no entendía era su mensaje: "El ramegedun volve", ¿qué significaba aquello? ¡No lo entendía!

Sin contar que, aunque literalmente no había tenido avances en encontrar a los Pines, si había escuchado hablar a los pueblerinos sobre el abominable hombre de las nieves, sobre "el siempre atrás" y aquella cosa enorme que habitaba el bosque llamado Steve, pero no había tenido una experiencia con ellos. Ni tampoco me había tomado el tiempo de visitar la cueva en donde estaban según los dinosaurios, ni mucho menos había ido a la guarida secreta de los Pines, quizá ahí encontraría algo bueno, o tal vez ahí miraría la grieta. Todo era posible, pero a la vez, nada de eso lo había logrado. Pero bueno, a pesar de los insignificantes logros, seguí viviendo y tratando de sobrevivir en mi estadía aquí.

Los días siguieron su paso, hasta que un día logré localizar a Wendy, la cual seguía en interacción constante con Robbie. Ambos salían juntos muy a menudo a comer en donde yo trabajo, en la cafetería de Linda Susan, y no entendía porque anteriormente no los había identificado, si eran casi idénticos, obviamente con su cara más madura, pero casi era lo mismo.

Otro rostro que también reconocí con el pasar de los días fue el de Pacífica. El de ella fue el más difícil, pues el diario de forma constante la describía como una niña rica y mimada con mucho dinero, y dentro de mi estadía en el pueblo nunca miré ninguna familia rica ni un lugar digno de un millonario, a excepción de la casa en donde vivía el viejo McGucket. Vivía, pues aquel hombre ya estaba muerto desde hace tres años.

En realidad, me hubiera gustado mucho conocerlo y conversar con él, pues sino había podido conversar con el autor de los diarios, me hubiera gustado hacerlo con él, para saber que pasaba por la mente de ambos y como fueron todos los sucesos, más allá de lo que leí, pues creía yo, que había más secretos que no se habían revelado, pero, aun así, tenía mucha gente más a la cual me podía compartir información o quizá, yo podía pedírsela.

Regresando a Pacífica, no sabía que había pasado, pero ahora ella trabajaba en una tienda de ropa, y aunque en ocasiones hacia cosas muy torpes y parecía no ser buena en su labor, comprendía que, ella antes era rica y aquel cambio aun le dolía, y por mi parte, me intrigaba. Pero no tanto como la llegada de los Pines que sucedería en tan sólo unos días más, pues según cada verano ellos venían al pueblo, sin falta, tanto los gemelos Stanford y Stanley, como los gemelos Mabel y Dipper. Todos parecían recibirlos con una pequeña fiesta, como si su presencia fuera de un político importante o de un famoso y eso me era curioso, sin embargo, no podía indagar más, pues pocas personas confiaban en mí para compartirme estás pequeñas cosas.

Comenzaba a creer que Gideon era el culpable de esto, que él solía pedir que me hicieran a un lado, pero no estaba segura de aquello. De lo único que estaba segura, es que este pueblo, por extraño que parezca, vivía días normales. Era aburrido y tradicional, pero a su vez tenía un aire de misterio y extrañeza que se me hacía inusual. Tal vez podía ponerlo en una categoría de "extraño", de un extraño pueblo, pues eso era lo que era. Y más al no haber visto algo relacionado a lo que el diario me mencionaba.

ɢʀᴀᴠɪᴛʏ ꜰᴀʟʟꜱ: ꜱᴛʀᴀɴɢᴇ ᴛᴏᴡɴ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora