3x07: ʀᴏʏᴀʟ ᴘᴀɪɴ.

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"I got some sleep and I needed it

Not a lot just a little bit
Someone's always trying to keep me from it
It's a crying shame
It's a royal pain in the neck
I'm just trying to get by
With my pride a little bit intact"

Royal pain de Eels.

El ser amiga de un triángulo tenía sus cosas buenas y malas, y aunque el tiempo conviviendo con aquella criatura, me había traído estrés y diversión, le había comenzado a tomar cariño, más que nada, por la buena persona que era... en ocasiones, pues, me ayudaba a portarse bien mientras estaba Gideon cerca, haciendo que las miradas del joven peliblanco no fueran tan "graves". De igual manera, Bill era muy cuidadoso cuando venía Soos, por desgracia, no era cuidadoso cuando iba a la cafetería de Linda Susan, y eso provoco que la señora terminara corriéndome del lugar, siendo una desempleada sin dinero, en un pueblo sin amigos ni familia: quedándome en la deriva.

Y, aunque sabía que eso era "plan con maña" para hacer un trato con él, me contuve de hacerlo, pues no estaba dispuesta a seguir cometiendo alguna estupidez con Bill Cipher, y, aunque también me molestaba qué, por su culpa y sus constante interrupciones de mi vida personal no haya podido avanzar más a mis proyectos para conocer a Gravity Falls, me agradaba aquel demonio. Pues no era una completa mentira en que comenzaba a considerar a aquel triangulo parlante como un amigo, porque sí, aunque parezca imposible, Bill me agradaba. Le estaba tomando aprecio, pues aquel demonio era lo que nunca creí.

Además, con él solía bromear mucho sobre Steve, la codorniz inquisitiva, la calabaza con rostro y emociones humanas, entre otras cosas; también solía hablarme sobre las múltiples dimensiones que existen como la dimensión de las segundas oportunidades, entre otras. Solía informarme mucho de otras cosas, excepto de las que quería saber: como los misterios de Gravity Falls, sobre el zodiaco y su función, pero no podía esperar más, pues Bill era más listo de lo que creía como para contarme esas cosas, además era bueno, o quizás... no tanto.

Bill era una combinación de ambos ─bueno y malo─, y eso lo hacía extremadamente agradable. Además, de cierta manera, se podría considerar como un guardián, pues me había salvado la vida una vez, en la cual, mientras recorría el pueblo, una puerta misteriosa apareció frente mío y me recordó que en el diario decía que esa puerta te llevaba a algo malo y desconocido, al cual no podías regresar por nada. Como también cuando me salvo de no caer en el pozo sin fondo.

La verdad era que, poco a poco, la vida con el demonio fue una completa rutina cómoda, y aunque en ocasiones dudaba si las intenciones del demonio seguían siendo malas, o habían cambiado, me hacía feliz tenerlo de acompañante, aunque fuera un dolor de cuello en algunas ocasiones, pues me hacía reír y me entretenía, y aquello era lo único que me agradaba de esto.

Y aunque mi diario y los diarios de los Pines comenzaban a pasar por segundo plano ─por culpa de mi falta de tiempo─, se me había ocurrido la grandiosa idea de comenzar a hacer esas cosas en la noche, pues bien, el demonio estaba ahí para presionarme y alegrarme ─cuando era necesario─, y eso era una gran ventaja, lo malo era que poco a poco comenzaba a parecerme un zombie. Pues, aunque nos quitara horas importantes de nuestra vida, el sueño era indispensable para un humano, y en ocasiones, lo odiaba, pues el dormir ocho horas me quitaba tiempo para hacer lo que yo quería.

¡Bernadette!

La inconfundible voz de Bill se hizo presente, haciéndome saltar de mi silla, aventando el café y salpicando mi diario y unas cuantas hojas más, sacándome un bufido ante mi reacción perjudicadora, aunque la culpa principal era de Bill, que cuando mi vista se fue hacia él, viéndolo de manera acusadora, él se rio haciendo trucos con su bastón, esperando que riera, pero sólo me limité a tratar de limpiar la salpicadura de café, cansada y con los ojos ardiendo.

─Estoy despierta ─murmuré cansada limpiando todo y evitando mirar al demonio, que comenzó a reír ante mi aspecto zombie, pero al percatarse que mi ánimo no parecía cambiar, me siguió como una sombra mientras limpiaba fijando completamente su vista a cada uno de mis actos.

Y sin pedirle nada, él automáticamente comenzó a ayudarme a limpiar, de hecho, con un chasquillo las manchas habían desaparecido, sólo la sensación de mi cuerpo del café seco seguía en mí, aun así, agradecía el tiempo que Bill me había hecho a ahorrar con ese apoyo.

─Estoy cansado de ayudarte ─murmuró aquel demonio, apareciendo un vino de repente y tomándolo por su ojo, sacándome una mueca de asco, mientras hacía que una copa apareciera en mi mano, la cual, miré con duda y al final le di un trago, sintiendo un amargo sabor en mi boca y en mi garganta que me incómodo al instante─. Sólo lo hago porque somos "mejores amigos".

─Ahora que lo dices en voz alta, ¿haremos pulseras de juego? ─comenté en forma de broma, colocando la copa en el escritorio, limitándome a no volver a tomar de está, y Bill entendió la indirecta y la desapareció.

─Tampoco te sientas muy llevada conmigo, eh ─soltó el demonio, haciendo que levantara mi ceja izquierda ante la manera en que lo había dicho.

─¿"Te sientas llevada"? ─cuestioné con burla, molestando al demonio.

─Sé que me entiendes ─murmuró soltando una risa, mientras poco a poco mis ojos se cerraban─. Podemos hacer un...

Y al escuchar esas palabras, como magia o una alarma, abrí los ojos de golpe y estallé en un grito fuerte, entendiendo a lo que se quería referir la criatura.

─¡No!

─Bernadette...

─No haré un trato contigo ─aclaré, molesta─. No te tengo confianza.

─Auch.

─Y... no dejaré que... "entres en mí" ─dije todo aquello con una molestia notable que comprendió de inmediato aquella criatura, que inclusive rio por mis expresiones y por mis palabras, creyendo que estaba bromeando o no tomándolo tan en cuenta, molestándome. Pero después de ello, una vez más se puso pensativo, se colocó a lado mío y me envolvió mi cuello con su brazo, como queriéndome ahorcar, tomándome por sorpresa.

─Sabes que veo el futuro, ¿verdad? ─comentó con cinismo, a lo cual asentí, pero al ver que no pensaba alejarse ni decir algo más, hablé.

─Sí.

─Tarde o temprano entro en ti ─murmuró apretándome más hacia él, pero sin ahorcarme tanto, provocando que me diera un escalofrío mientras lo empujaba a un lado, molesta.

─Espero sea tarde.

─Que graciosa.

Y al instante solté un bufido, rascándome los ojos molesta y cansada. Tratando de mantenerme despierta, tratando de ignorar la molestia y el cansancio, mirando hacia la ventana dándome cuenta que una vez más aquel pajarillo no estaba presente, acordándome cuando interrogué a Bill sobre esto, acordándome como con frecuencia interrogaba a la criatura en busca de respuesta de este tipo, o sobre las dimensiones, el oráculo, el ajolote que tanto se hablan en el diario. Los cuales, Bill evadía las respuestas de manera furiosa y repentina.

Era extraño Bill. Era extraño vivir con él y era extraño todo lo que me pasaba.

Suspiré y miré mi celular, dándome cuenta que ya era junio. Y según mis lecturas, los Pines regresan aproximadamente el 27 de junio a Gravity Falls, y ya era 10. Pronto ellos estarían aquí y pronto aclararía mis dudas sobre ellos.

Y todo cambiará...

Pero por mientras, tenía que sacar a Bill de mi vida al menos unos minutos.

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En un verano de misterios, Mad-ClepGirl (Dianessa)🐧

ɢʀᴀᴠɪᴛʏ ꜰᴀʟʟꜱ: ꜱᴛʀᴀɴɢᴇ ᴛᴏᴡɴ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora