Era la mañana del treinta y uno de octubre, Pro había salido con Mack a hacer las últimas compras de Halloween para la fiesta que daría esa noche en su casa.
—Bueno ahora que estamos saliendo oficialmente ¿qué te parece si te invito a venir con mis amigos a la fiesta de hoy en mi casa ? Vamos a ver una peli y a estar tranquilos. Pediremos comida asquerosa que nos va a matar poco a poco por dentro, es un planazo.— Pro pensaba que iba a ser muy difícil convencerla pero la cosa no fue así.
—Claro, me apunto, ya va siendo hora de que quede alguna vez con tus amigos sobre todo ahora que estamos saliendo.—
—¿En serio? Genial bueno ya sabes vienen los de siempre y también van a estar Emily y Fiona, son las compañeras de banda de Menchu y de Miya, son muy simpáticas así que te van a caer bien.—
—¿Y queréis quedaros en casa? No sé me parece raro, aquí el Halloween es muy importante creía que iríais por ahí. De donde vengo no sé celebra mucho pero aquí... pensé que irías de fiesta o algo.—
—Bueno... No me gustan las fiestas, mucho ruido fuerte, mucha gente... Me agobio muy fácil con esas cosas. Así que nos quedamos en casa y evitamos problemas.—
—Bueno tu tranqui. Te dejo aquí que me tengo que ir a entrenar. Nos vemos a ¿las siete?—
—Muy bien a las siete te veo allí.—
Se dieron un beso y cada una se fue por su lado. Pro caminaba más rápido de lo normal para evitar encontrarse con algún susto. Le gustaba Halloween pero prefería verlo desde dentro de su casa dónde podía estar segura, desde que unos chicos la persiguieron tirándole huevos podridos mientras le gritaban.
—Holis ya estoy en casa.—
—¿Trajiste-?—
—Sí traje Nestea, Menchu. Dos botellas de un litro y medio.— Pro dejó las bolsas en la mesa de la cocina. Cogió un delantal y se puso a hacer la comida para la película. —Hoy no van a estar mis padres así que va a ser guay.— se puso a hacer un baile "de Halloween".
—No vuelvas a hacer eso en tu vida.—
—Envidiosa.—
Aún quedaban dos horas para que empezase la "fiesta" pero Lana y Miya fueron antes para ayudar a Menchu y a Pro ya que no se fiaban mucho de ellas.
—¡¡HOLA!! Ay madre amo vuestros disfraces, tú vas claramente de...— Pro señaló a Miya sin tener ni idea de cuál era su disfraz.
—Voy de Todoroki, inculta.— le dijo Miya con cara de superioridad.
—Ahhhh claro claro de ese mismo. Y tú... Lana ¿de que narices vas?—
—De mí misma está claro.—
—Bueno... Pasar anda Menchu y yo estamos preparando las cosillas.—
Lana pasó a la cocina y le pegó un empujón a Menchu, que estaba amasando la masa de las galletas.
—¡¡Lana!! Un poco de cuidado hija.—
—Todo mal todo mal. Sal de la cocina y llama a Miya, deja a los expertos.—
Menchu azotó el delantal y le hizo una señal a Miya para que entrase a la cocina. Pro y ella se fueron a poner el disfraz.
—¿Así está bien?— le preguntó Miya a Lana que era la única que sabía allí de cocina.
—Bueno vas bien, pasable.-
—Creo que tienes algo justo ahí...— Miya acercó su dedo a la nariz de Lana y la manchó de chocolate. Ella cogió un puñado de harina y se lo tiró. Aquello llevo a una guerra de comida que hizo que quedasen tanto ellos como la cocina todos manchados. Se resbalaron por culpa de lo pringoso que estaba el suelo y no dejaban de reír.
—¿Qué tal vais chicos todo b-?—Pro se quedó con cara extrañada como siempre mirando al suelo.
—Anda Pro que bien te queda ese disfraz de ¿hada?— Miya intentó calmar otra vez la situación.
—Ahg, soy Fawn, de Campanilla... No entendéis nada. Vaya asquito de cocina por favor. Voy a salir de aquí para evitar ponerme de los nervios que sepáis que quiero esto limpio en una hora.—
Ya eran las nueve y por suerte consiguieron tener todo listo. Estaban sentados cuando de repente sonó una música rara de discoteca que venía de las escaleras. Cuando se giraron para ver que era vieron a Menchu en la barandilla lista para tirarse. Pro corrió e intentó frenarla pero Menchu ya se estaba deslizando.
—¡PAM! Parkour. Tarán apreciar mi disfraz. ¿Soy o no la persona con más estilo que hayáis visto nunca?—Menchu se colocó los cuellos de la camisa mientras hacía cosas raras.
—¡¡Eres Beetlejuice!! Que genial te quedó.—
—Anda sabes de qué va ella y no sabes que yo soy Todoroki manda narices.—
—Menchu me hizo ver Beetlejuice en bucle. Como para no saberlo.—
La puerta sonó y al abrirla estaba Mack (fumando claramente) y dos chicas con unos cubos en la cabeza y unas batas. Eran Fiona y Emily, las integrantes de la banda en la que Menchu tocaba.
—¿Se puede saber de qué vais vosotras dos?— preguntó Miya sin entender nada.
—Si está clarísimo. Vamos de cubatas.— les dijo Fiona mientras entraba agarrada de la mano con Emily.
Todos se sentaron preparándose para empezar a ver la película. Mack se fue un segundo al baño así que aprovecharon ese momento para escoger la película. Decidieron ver "El silencio de los corderos". Fue la primera que pillaron así que esa eligieron.
La película empezó y todos estaban muy tranquilos. De repente sonó un ruido, como de un cristal rompiéndose.
—¡La madre que... qué fue eso!—gritó Menchu abrazándose a un cojín.
—Tranquis, viene del baño voy a ver si se rompió algo.— dijo Pro levantándose para mirar qué había pasado. Emily y Fiona estaban haciendo chistes sobre un posible fantasma. Pro entró al baño.
—Uy pues aquí no veo nada...— de repente la puerta se cerró de un golpe.Las luces del baño empezaron a parpadear y empezaron a sonar ruidos demasiado fuertes mezclados con risas. Pro intentó pedir ayuda pero estaba tan asustada que ni si quiera podía respirar.
—¿!PRO QUE ESTÁ PASANDO?!— gritó Lana que como ya sabéis no suele ser muy expresiva.
— ¡¡TENEMOS QUE HACER ALGO, HAY UN FANTASMA!!— Menchu intentó buscar algo con lo que abrir la puerta.
Miya se dió cuenta que Mack estaba utilizando el móvil para poner esos sonidos y manipular las luces, recordó que hacía un rato había sido la única que entró al baño. Corrió hacia ella para quitarle el móvil pero Mack le pegó un puñetazo que hizo que Miya se cayera al suelo. Lana corrió a ayudarlo.
Menchu también se dio cuenta de lo que estaba pasando y fue hacia Mack. En ese momento se le olvidó totalmente el trato de no pelearse con ella y agarró una botella de cristal y se la rompió a Mack en la cabeza. Consiguió parar los sonidos y las luces pero la puerta del baño seguía atascada. Además Pro no respondía. Solo podían oír como cada vez le faltaba más el aire. Emily agarró una de las sillas de la cocina y con ella rompió la puerta del baño. Sacaron a Pro y la sentaron en el sillón.
—Sal de mi casa.— Le dijo Pro a Mack mientras aún estaba temblando y le costaba respirar.
—Vamos...sabes que solo fue una broma.—
—¡Que salgas ahora mismo de mi casa!—
—Sois todos unos paraditos, no tenéis sentido del humor.—
Menchu enganchó a Mack de la camisa y la llevó hasta fuera, después cerró la puerta muy fuerte.
Los amigos se encontraban con una chica sin apenas respirar, y un chico que estaba en el suelo inconsciente por un golpe. Y aún quedaba noche, porque la cosa se iba a complicar mucho más.
